Después de estas dos tragedias nacionales, tres hechos condujeron a la recuperación moral, económica y política de la República, a saber: la presidencia de Rafael Reyes, la reforma constitucional de 1910 y la presidencia de Carlos E. Restrepo.
Continuamos con los procesos históricos de la época republicana. Hoy nos ocupamos en la transición del siglo diecinueve al veinte.
La guerra de los Mil Días. La separación de Panamá
Colombia sufrió nueve guerras civiles en el siglo diecinueve. La última de ellas, llamada de los Mil Días (1899-1902), fue un levantamiento de los liberales contra el gobierno regenerador, después de muchos esfuerzos fallidos por conseguir por vías pacíficas las reformas que requería el país. Se inició el 17 de octubre de 1899.
Los primeros combates tuvieron resultados alternos para ambos bandos, hasta la batalla de Palonegro, cerca de Bucaramanga, en la cual se enfrentaron 7.000 liberales con 18.000 conservadores. Duró quince días con sus noches. Dejó más de 3.000 muertos. Las fuerzas liberales, derrotadas y diezmadas, se dispersaron dentro y fuera del país. La contienda continuó desarrollándose como guerra de guerrillas, principalmente en la Costa Atlántica, Cundinamarca y Panamá. Culminó con la derrota de los liberales. El armisticio se firmó el 21 de noviembre de 1902, a bordo del buque norteamericano Wisconsin. Fue la guerra más larga, sanguinaria e inútil de nuestras confrontaciones civiles formalmente declaradas y dejó al país en ruinas, física, moral y económicamente.
Apenas terminada la guerra, y sin que existiese relación alguna entre ambos hechos, el 3 de noviembre de 1903 se produjo la separación de Panamá. En este nuevo evento desastroso para el país convergieron dos situaciones decisivas. En primer lugar, el descontento del pueblo y de las autoridades del departamento de Panamá con el gobierno de Colombia por la desatención a sus necesidades de desarrollo y por la débil comunicación e integración del istmo con el resto del país. En segundo lugar, la presión de Estados Unidos de América, que estaba decidido a realizar la construcción del canal de Panamá después del fracaso de los franceses. A pesar de muchos esfuerzos, el gobierno norteamericano no había logrado un acuerdo con el gobierno colombiano para ese propósito, pero sí contaba con el apoyo de los panameños, razón por la cual intervino incentivando la separación de Panamá. Este apoyo fue solo de carácter político, pero el país del norte estaba listo para intervenir militarmente si los panameños no hubiesen tomado la iniciativa de la separación.
Recuperación económica y moral de la República.
Después de estas dos tragedias nacionales, tres hechos condujeron a la recuperación moral, económica y política de la República, a saber: la presidencia de Rafael Reyes, la reforma constitucional de 1910 y la presidencia de Carlos E. Restrepo.
Rafael Reyes (1904-1909) se dedicó a mejorar las condiciones de convivencia política, la recuperación económica y el reordenamiento institucional del país. Hizo un gobierno de convergencia, con representantes de los partidos conservador y liberal. Reestructuró la división política del país, en procura de mejores condiciones administrativas. Contó con amplio apoyo del sector empresarial. Disolvió el Congreso, que no lo apoyaba. La oposición de algunos sectores políticos se volvió violenta y Reyes sufrió dos atentados contra su vida. Se declaró dictador y aplicó la pena de muerte contra los implicados en esas agresiones. Renunció un año antes de terminar el mandato.
Lo sucedió Ramón González Valencia (1909-1910). Recibió la tarea de convocar la Asamblea Nacional Constituyente que en 1910 aprobó las reformas de la Constitución de 1886, de acuerdo con las necesidades del país, la mayoría de las cuales habían sido propuestas por el partido liberal y sectores del partido conservador poco antes de estallar la guerra de los Mil Días, sin que fueran atendidas por el gobierno de la Regeneración.
El presidente Carlos E. Restrepo (1910-1914), de origen conservador, propuso y realizó un gobierno de unidad nacional, en nombre del partido Unión Republicana, surgido de las voluntades de conciliación de dirigentes de los dos partidos tradicionales. Tres aspectos constituyeron el núcleo de su gestión administrativa: La conciliación entre los partidos, la recuperación económica del país mediante el libre comercio y la tolerancia religiosa.
Continuará.