La combinación de estas dos actividades, comercio y minería, dio origen a la acumulación de grandes capitales, especialmente en Antioquia, que más adelante se utilizarían en nuevas inversiones en la industria manufacturera
Continuamos describiendo los procesos económicos y sociales durante la época republicana en el siglo diecinueve.
La minería en el siglo diecinueve
En las décadas finales de la Colonia Española, la producción de oro en Nueva Granada se limitaba casi exclusivamente al trabajo de mineros independientes, dedicados a la minería de aluvión. Después de la independencia las actividades extractivas recobraron el énfasis que habían tenido en tiempos anteriores, con empresarios que montaron empresas extractivas de mayor tamaño y contrataban trabajadores asalariados.
Se introdujeron mejoras técnicas en la minería de aluvión, y se incrementó la explotación de la minería de veta, muy poco aprovechada por los españoles en la Colonia. Las mejoras tecnológicas principales fueron los molinos de pisones para triturar el material de veta y los molinos de arrastre para separar el oro y la plata de los otros materiales. A finales del siglo se introdujeron técnicas adicionales como los monitores de chorro para lavar las laderas y los taladros rotatorios movidos por motores a vapor. Hacia 1880 llegó al país la primera draga en el Atrato, seguida por varias más en Antioquia.
En la segunda mitad del siglo diecinueve llegaron extranjeros para trabajar en las minas, tanto inversionistas y emprendedores, como ingenieros y técnicos. Poco a poco fueron entrando compañías extranjeras, especialmente inglesas, norteamericanas, francesas y suecas, pero no en la proporción que esperaban tanto el gobierno como los inversionistas locales, ávidos de socios que les aportaran capital y tecnología.
El volumen de producción de oro se mantuvo casi todo ese siglo en niveles intermedios, por debajo de los promedios de la época colonial. Antioquia produjo a lo largo del siglo más de la mitad del oro que se extrajo en Colombia.
Igual que en la Colonia, los empresarios mineros eran también comerciantes que compraban bienes de consumo para venderlos a los trabajadores y mercancías importadas para abastecer las clases altas. La combinación de estas dos actividades, comercio y minería, dio origen a la acumulación de grandes capitales, especialmente en Antioquia, que más adelante se utilizarían en nuevas inversiones en la industria manufacturera y en las obras de infraestructura entregadas en concesión por el Estado.
La artesanía y la industria en el siglo diecinueve
Al finalizar la Colonia española, la manufactura artesanal del Virreinato estaba concentrada en algunos pueblos de Santander, que producían tejidos de algodón y sombreros, y en Boyacá y Cundinamarca que fabricaban tejidos de lana. Las dificultades del transporte debidas a la mala calidad de los caminos poco estimularon estas actividades.
Esta situación poco cambió con la llegada de la República. Empezó a mejorar un poco en el segundo cuarto del siglo diecinueve, cuando se fundaron en Bogotá pequeñas industrias de metalurgia, loza, vidrios y cristales, papel, lienzos de algodón y sombreros. Tropezaron con dificultades, como la falta de preparación de la mano de obra, la estrechez de los mercados y las dificultades de importación de las maquinarias requeridas.
Para el cuarto final del siglo, empezaron a establecerse las primeras industrias manufactureras, en las regiones de Bogotá y de Antioquia. Fabricaban alimentos, bebidas, textiles y artículos de fundición. Varios gobiernos, especialmente en la época de la Regeneración, ayudaron en este proceso con estímulos tales como créditos accesibles y protecciones arancelarias. También ayudó la llegada de ingenieros extranjeros al país, la introducción de maquinaria a vapor y la capacitación de técnicos en mecánica, química y metalurgia. Las primeras instalaciones se dedicaron a producir cerveza, jabones, velas, textiles y beneficiadores de café. Antioquia tomó el liderazgo en la instalación de las primeras industrias gracias a la disponibilidad de los capitales provenientes del oro y al comercio que se había generado en el Estado soberano.
Continuará.