A pesar de la crisis que la hidroeléctrica Ituango ha tenido que sortear durante más de 14 meses, hay mucho por rescatar y las pérdidas serían más devastadoras en caso de tener que parar el proyecto.
Desde el inicio del proyecto hidroeléctrico Pescadero Ituango, la hidroeléctrica ha destinado una parte importante de sus recursos económicos a la inversión social, así lo demuestra su informe de gestión del 2017, en el que se puede apreciar que “la ejecución de un plan de gestión social que comprende programas y proyectos socioeconómicos para mantener relaciones directas con las comunidades, restablecer las condiciones de vida de la población directamente impactada por el proyecto y favorecer una relación armónica del proyecto con el territorio”.
Dicha gestión abarca desde un plan de medios, la restitución de condiciones de vida de las familias y personas ubicadas en el la zona de influencia del proyecto, hasta la integración del proyecto con la región, mejorando temas de conectividad, educación, salud, apoyando proyectos productivos, contribuyendo con el empleo, generando ingresos a los municipios con pago de impuestos, mejoramiento de vías, entre otros.
En el informe 2017 Hidroituango presenta sus inversiones en institucionalidad como dotación de centros carcelarios, casa de gobierno, vehículos para inspecciones, comisarías de familia y centro penal para adolescentes.
En conectividad con intervenciones en vías principales, secundarias, terciarias y caminos de herradura; en infraestructura educativa y hospitalaria; apoyo en la creación de proyectos productivos, además de la generación de empleo.
“De la gestión social se resalta la participación de la comunidad y las familias en ese proceso, el proyecto restituye y va más allá del manejo del impacto, hoy las familias tienen su proyecto productivo, se les ha restituido la vivienda, tienen la asesoría de un equipo interdisciplinario que los acompaña en la inserción de su nuevo proyecto de vida y tienen la oportunidad de participar en el desarrollo del territorio.
Generamos empleo; hay nuevas instituciones educativas, procesos de formación, de prevención con niños, niñas, adolescentes y jóvenes, puestos de salud, en los doce municipios con programas de promoción y prevención; escenarios deportivos, que más allá de una cancha sintética representan una oportunidad para los jóvenes, eso es construcción de país, eso es robarle los jóvenes a la guerra.
Hay una casa para los ancianos en Liborina, mejoramientos de caminos, el proyecto participa en el desarrollo de las localidades”, manifestó Mary Luz Quiroz Zapata, responsable de la gestión social del proyecto y de la consulta con la comunidad indígena Nutabe de Orobajo.
Para Jorge Londoño de La Cuesta, gerente de EPM, “este proyecto tiene un sinnúmero de beneficios; primero, le estaría suministrando a Colombia el 16 o 17 % de la demanda de energía que hoy tiene el país, o sea, estaría asegurando la energía que va a necesitar este país en la década del 20.
Segundo, la inversión que se ha hecho para el desarrollo de este proyecto, que va a tener un costo cercano a los $15 billones, lo que dinamiza la economía, porque todo esto genera empleo, en el mejor de los momentos el proyecto tuvo 11.500 empleados, lo que genera la compra de bienes y servicios de todo tipo, desde alimentación, que se elabora en la zona, hasta la compra de acero, cemento, concreto, maquinaria, computadores, colchones, cobijas, todo eso que viene asociado al desarrollo de la obra.
En tercer lugar, está la oportunidad de desarrollo para el territorio, el 6 % de los ingresos que va a generar Ituango tiene que repartirse en los municipios de la cuenca del río Cauca y van a tener mucha más influencia, por ejemplo, Ituango, Briseño, Toledo, Sabanalarga, Peque, Buriticá, Yarumal, Valdivia, etc., todos ellos van a recibir ingresos que van a multiplicar entre cinco y diez veces el presupuesto de libre inversión que hoy tienen esos municipios, es un ingreso de largo plazo, lo van a tener por los próximos cien años cada año, eso es muy importante para el desarrollo de esa región.
Adicionalmente, para el desarrollo del proyecto hubo que generar mucha infraestructura en la zona, antes para ir a Ituango un carro se demoraba cerca de diez horas, hoy con las vías que desarrolló el proyecto, en las que se han invertido más de un billón y medio de pesos, llegar a Ituango toma entre cuatro y cinco horas de viaje, y cuando termine la obra de vía del sitio de presa a Puerto Valdivia esa zona de Ituango también va a quedar conectada con el Bajo Cauca, antes se tenía que subir a los Llanos de Cuivá para bajar nuevamente por Valdivia.
Todo el tema de mejoramiento de escuelas, de puestos de salud, de canchas deportivas, de proyectos productivos, ambiental, el proyecto está en este momento conservando y protegiendo 20 mil hectáreas de bosque tropical seco, un bosque que está en vía de extinción en el país, y que en el mismo embalse va a ser una fuente de desarrollo económico turístico para estos territorios”.
El panorama no es muy alentador cuando el proyecto en estos momentos está en manos del juez 75 Penal Municipal de Paloquemao, quien en caso extremo podría tomar la decisión de suspenderlo definitivamente.
Al respecto, el periódico EL MUNDO habló con el gerente de EPM, quien expresó: “Voy a hablar desde lo más importante y es el riesgo para las comunidades, toda la contingencia y todas las decisiones que hemos tomado y actividades que hemos desarrollado en estos catorce meses han sido para proteger la vida de las comunidades, principalmente las que están ubicadas aguas abajo, si el proyecto lo suspenden no se crea que con eso la seguridad de las personas va a mejorar, al contrario empeora, el mejor escenario, el escenario más seguro para las comunidades aguas abajo es la terminación del proyecto, no es dejarlo a medias, desmontarlo es casi imposible”.
Explicó también que no hay quién suministre la energía de Colombia en la década del 20, “nos vamos a quedar en un país sin energía y un país que se va quedando sin energía es un problema mayúsculo”.
Además, de la Cuesta agrego que el Estado ha invertido $10 billones, esa plata quedaría enterrada, sin contar lo que se va a dejar de ganar, porque esta es una inversión en el tiempo, esto va a generar impuestos, regalías, empleo, “más desarrollo en términos generales, entonces para qué quedarse en la mitad del camino, si estamos a dos añitos de ver la luz al final del túnel”.
En cuanto a la parte ecológica, el territorio aguas arriba quedaría sin la protección de los bosques y “aguas abajo los trabajos que estamos haciendo van a dejar al río Cauca mejor de como estaba antes del proyecto, eso sí lo aseguro. Cuándo se había preocupado este país de proteger las ciénagas, 20 ciénagas que hay en ese territorio; cuándo habíamos hecho un estudio de biodiversidad como lo vamos a hacer, para emprender labores culturales y educativas con todos los pescadores de la zona, para que hagan el mejor aprovechamiento del río; cuándo se iban a estar analizando las especies y el comportamiento de cada una de ellas. Todo eso se caería en caso de que el proyecto se parara”, sentenció Londoño de La Cuesta.
En este momento hay mil familias evacuadas por la contingencia del proyecto que están recibiendo un subsidio de un poco más de un millón de pesos mensuales, para que vivan en casas de familiares, amigos, vecinos o paguen arriendo. Para que vuelvan a su lugar de origen, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo debe determinar que el nivel de riesgo cambió de alerta roja a naranja, “yo creo que eso lo podríamos esperar para finales de este mes o el mes de agosto”, preciso el gerente de EPM.
A principios de este mes de julio, EPM presentó a los medios de comunicación los resultados de la consulta previa con la Comunidad Indígena Nutabe, que tuvo como resultado acuerdos totales con la implementación de 26 proyectos y 500 hectáreas de tierra escrituradas al cabildo, con las que se restituye la pérdida parcial del territorio y se contribuye con la pervivencia de la comunidad.
“La consulta previa que acabamos de hacer con la comunidad indígena Nutabe de Orobajo es un hito fundamental para esta comunidad, que data desde el siglo XVI, la consulta contribuye a la pervivencia de esta comunidad, a sus costumbres, al trabajo colectivo, a su fortalecimiento étnico”, sostuvo Quiroz Zapata.
Al respecto, Abelardo David Chancí, guardía mayor del cabildo Nutabe de Orobajo, opinó que “el aprendizaje que me deja este proyecto es que uno puede tener libertad para reclamar los derechos en cualquier lugar y hablar con el que toque hablar, porque si uno sabe que tiene unos derechos, uno ya sabe cómo le va a ir, que no es peleando, no es tratando mal a la gente, es por medio del diálogo que se pueden tener las cosas, eso lo hemos aprendido como comunidad”.
Además, contó que “en este momento hay unas cuatro o cinco familias en Sabanalarga, la mayoría estamos en Ituango, unas 42 familias, el cambio es duro porque uno está enseñado a trabajar mediodía, para llegar allá a trabajar toda una semana, pero a todo nos tenemos que adaptar, a todo lo que se nos viene. Nosotros tenemos que aprovechar los proyectos, porque cuántas comunidades quisieran hoy un proyecto”.