El pasado nos interroga sobre la necesidad de que, en momentos como este, evitemos los comentarios sin fundamentos técnicos y profundos.
En el impase que se ha presentado en los últimos días, durante este largo, crudo y duro invierno de mayo del 2018, con relación a Hidroituango, importante proyecto en construcción en Antioquia, hemos visto el apoyo masivo por parte de instituciones y la comunidad en general, a quienes adelantan la ejecución de esta obra para el desarrollo eléctrico, que tanto beneficiará a Colombia, y muy directamente a las poblaciones vecinas, que en su mayoría han permanecido en un proceso lento de desarrollo.
Pero no pueden faltar quienes como dice el refrán: en río revuelto ganancia de pescadores; o sea, de quienes aprovechan una circunstancia, un espacio determinado, para desahogar sus represiones, o para manifestar poder, odios gratuitos la mayoría de los casos, contra instituciones, organizaciones, empresas, o personas, que han desempeñado papeles destacados dentro de la comunidad.
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Es el caso del artículo aparecido en el periódico El Espectador (fundado en Medellín):
Opinión
Hidroituango: vergüenza de la pujanza empresarial antioqueña
Cultura 21 mayo 2008 12.41 P.M.
Pablo Montoya El Retiro
“Políticos y empresarios antioqueños hacen aguas por todas partes, lo que Hidroituango (EPM y los gobernantes asociados a este megaproyecto) lo gritan a grandes voces.
“Ya lo está gritando desde hace un tiempo con la deplorable situación ambiental de Medellín y su zona metropolitana. Lo está gritando con los vínculos manifiestos de honorables empresarios con el narco paramilitarismo. Lo está gritando …
“Pero lo de ahora es, el desbordamiento completo de la irresponsabilidad, la improvisación y la arrogancia con que estas gentes siguen manejando el rumbo de nuestro desequilibrio social”.
…
Por fortuna la vida nos ha enseñado que: después de la tormenta viene la calma, o que: después de toda situación negativa siempre existe alguna oportunidad de provecho.
El pasado nos interroga sobre la necesidad de que, en momentos como este, evitemos los comentarios sin fundamentos técnicos y profundos.
¡Qué bien nos haría un silencio generalizado!