Cuatro eran los hitos que debía cumplir EPM para retomar el control de la obra desde el inicio de la contingencia en abril de 2018. De ellos se han cumplido tres. Taponar los túneles de desviación es lo que falta para lograr el objetivo.
Cuando el 10 de mayo de 2018 EPM tomó la decisión de inundar la casa de máquinas de Hidroituango para desviar el caudal del río Cauca y hacerle frente a la contingencia generada por tres derrumbes ocurridos dentro de uno de los túneles de desviación, la recuperación del que constituye el corazón del proyecto hidroeléctrico se convirtió en la meta más importante con miras a recuperar el control de la obra.
En ese momento la prioridad era salvar la vida de los habitantes de las poblaciones aguas abajo de Hidroituango “en detrimento del proyecto”, según recordó el gerente general de EPM, Jorge Londoño de la Cuesta, antes de anunciar -el martes pasado- que se iba a dar el paso más importante de los últimos nueve meses: el cierre de la segunda compuerta de captación, que implicaba el cese definitivo del paso de agua por la casa de máquinas.
Y si bien las consecuencias ambientales de este hecho todavía son notorias por el descenso dramático del caudal del río Cauca, que pasó en pocas horas de 500 a 35 metros cúbicos por segundo (m3/seg), lo cierto es que EPM ha cumplido su mayor objetivo en la atención de esta crisis: que ninguna vida humana se haya perdido a causa de la contingencia.
“Tuvimos prelaciones en el cuidado de las comunidades aguas abajo, la vida por encima de los activos ambientales. Era un dilema ético, no era una decisión gana-gana, pero ese impacto ambiental tenemos forma de mitigarlo”, explicó Jorge Londoño de la Cuesta una vez cerrada de manera exitosa la segunda compuerta de captación de la casa de máquinas.
El aumento del nivel del embalse permitió que desde la noche del viernes empezara a fluir agua por el vertedero hacia el cauce del río Cauca que, según las estimaciones oficiales, habrá recobrado para el lunes su caudal de 500 m3/seg, la medida promedio para una época de verano de comienzos de año.
Y si bien queda un hito por alcanzar, que es el taponamiento definitivo de dos túneles, hoy en EPM se respira un ambiente de optimismo.
“Nosotros estamos trabajando en nuestros cronogramas muy intensamente para tener las primeras unidades de Hidroituango generando en el segundo semestre de 2021. Indudablemente, cada paso que hemos dado no solamente apunta a disminuir el riesgo de las comunidades aguas abajo, sino que a su vez, en forma paralela, van en el sentido de recuperar el proyecto”, expresó el gerente general de EPM este viernes.
Salvar las vidas de los pobladores aguas abajo pasaba por evitar que las aguas del río Cauca, tras la contingencia, sobrepasaran la presa, que para entonces estaba por debajo de la cota 400. Eso fue lo que se evitó con la apertura de la casa de máquinas.
El primer hito fue llegar a la cota 410, lo cual ocurrió el 23 de mayo, mediante una labor denominada “lleno prioritario”. A ello le siguió el reforzamiento de la presa con la construcción de una pantalla bentonítica, que además de asegurar la contención de la presa, generó una mayor impermeabilización. En la actualidad la presa está en la cota 418, pero debe llegar hasta la cota 435. Sin embargo, su estado actual de capacidad ya permitía el cierre de la casa de máquinas.
El segundo hito era terminar y poner en operación el vertedero, un sistema de cuatro compuertas radiales de 15,4 metros de ancho y 19,5 metros de altura, que regulan el paso del agua hacia una rampa de 400 metros de longitud y entre 70 y 95 metros de ancho, es decir, cuatro veces la cancha de fútbol del estadio Atanasio Girardot.
(Así lucía el vertedero el 4 de noviembre de 2018)
La importancia de terminar esta parte de la obra, era garantizar que el embalse, al sobrepasar la cota 401, pudiera verter el agua al cauce del río Cauca. Este hito se cumplió el 4 de noviembre, día en que empezó a funcionar el vertedero, operación que se extendió por 47 días y se reanudó el viernes en la noche.
El tercer hito fue el cierre de compuertas para evitar que el agua siguiera fluyendo por la casa de máquinas. El hallazgo de una socavación dentro de la montaña, obligó a EPM a acelerar este proceso. La primera compuerta se cerró el 16 de enero y la segunda el pasado martes 5 de febrero, en ambos casos sin contratiempos.
Queda un hito adicional, que es el taponamiento de los túneles de desviación para que, en palabras del gerente general de EPM, Jorge Londoño de la Cuesta, el riesgo para las comunidades quede “prácticamente eliminado”.
“De los cuatro grandes riesgos que nosotros siempre hemos planteado, hay uno que todavía estamos trabajando en él, que es el taponamiento de los túneles de desviación. Son dos túneles que tenemos que taponar formalmente, uno de ellos lo estaremos haciendo a finales del mes de febrero, el otro irá para el segundo trimestre de este año”, explicó.
Una foto que se filtró a los medios de comunicación el jueves, mostraba una sección de la casa de máquinas en aparente buen estado.
EPM confirmó que la foto era legítima, de hecho, su gerente general, Jorge Londoño de la Cuesta, comentó al respecto que “pudimos ingresar por una de las galerías y hacer una inspección visual”.
Esto fue posible porque, al cerrarse las compuertas, las aguas dentro del sistema de cavernas bajaron y se abrió un espacio de 18 metros.
“Hay tres cosas positivas en estas primeras fotografías, una de ellas es que el techo de la caverna está estable, no colapsó; segundo, que las vigas que soportan toda la construcción civil están en pie, resistieron el caudal; y tercero, que el puente grúa, que es una máquina que nos sirve para todo este proceso de instalación de los generadores, está también instalado y eso nos va a facilitar ese proceso de recuperación a futuro”, añadió el gerente general de EPM.
Lo que explica el buen estado de la sección observada, según Jorge Londoño de la Cuesta, es que “el agua ingresaba a casa de máquinas por debajo, allí es donde el caudal entra con mayor fuerza y es donde esperamos encontrar quizá más afectaciones, pero al menos en la parte superior, las cosas se ven bastante bien”.
Álvaro Ospina, director de desarrollo del proyecto Hidroituango, explicó que entrar a casa de máquinas será un proceso que tardará unos meses.
“Es un proceso muy difícil, hay que asegurar todo el acceso, los túneles y la casa misma, luego tendremos que airear mucho para evacuar los gases, limpiar, sacar lodo, basura, escombros que deben haber y, ahí sí, evaluar los daños y ver cómo vamos a continuar”.
Pero el primer paso es desinundar el lugar, una tarea que comenzará en los próximos días mediante el uso de motobombas y que puede tardar alrededor de dos meses.
Los directivos de EPM tuvieron claro al momento de decidir cerrar la segunda compuerta de la casa de máquinas de Hidroituango, el pasado martes, que esto no generaba beneficios sino que era la vía que menores costos podía representar.
“Sabíamos que iba a haber un impacto ambiental, pero tomamos la decisión apoyados también en tres conceptos: primero, que ese daño ambiental podíamos mitigarlo; segundo, que esa situación era reversible, es decir, que no era un daño ambiental irreversible sino que la situación se podía devolver a su situación original, e incluso mejor; y tercero, que se puede hacer compensación de ese impacto ambiental”, explicó Jorge Londoño de la Cuesta, gerente general de EPM.
Cuando habla de mitigación, Jorge Londoño de la Cuesta recuerda que EPM dispuso de 750 personas “que nos ayudaran en el rescate de peces”.
“De cinco peces que se rescatan, cuatro los devuelven vivos al río y uno se nos muere. Ahí estamos disminuyendo significativamente ese impacto”, recalcó.
Sobre los peces que mueren, Jorge Londoño de la Cuesta reveló que, en su mayoría, son especies menores, como mojarras o sardinas, cuyo peso total se estimaba, hasta este viernes, en cerca de 1.5 toneladas. “Esto pueden ser del orden de 50.000 a 100.000 unidades, cada una estaría pesando entre 10 y 20 gramos. Nosotros vamos a hacer una resiembra muy significativa de alevinos en las próximas semanas para que el río no solamente tenga la misma cantidad que tenía de especies, sino muchas más”, explicó el gerente general de EPM.
Hasta el viernes en la tarde, 304.155 eran los peces rescatados vivos y devueltos al río Cauca.