Si bien el mayor temor de los pobladores aguas abajo del proyecto hidroeléctrico de Ituango, así como el de las autoridades, es que la contingencia que inició en mayo de 2018 desencadene en una avalancha, la verdad es que el peligro ad portas del cierre de la única compuerta de captación de la casa de máquinas que sigue abierta, es que el caudal del río Cauca baje de manera dramática.

Los efectos de esta situación en momentos en que el caudal se ha visto afectado por el intenso verano, es que se genere una emergencia ambiental en el cauce que afecte la fauna, y que se interrumpa el suministro de agua para los centros poblados que toman el líquido del río.

La probabilidad de que este escenario se materialice está latente, pues si bien EPM ha tomado todas las medidas a su alcance para mantener el caudal ecológico del río en los 450 metros cúbicos por segundo que le ordena la licencia ambiental, también se enfrenta el riesgo de que las aguas que siguen ingresando a la casa de máquinas deterioren la captación, lo cual podría hacer perder el control de la misma.

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Así lo explicó el gerente general de EPM, Jorge Londoño de la Cuesta, quien aseguró que la entidad tiene listo su plan de contingencia para este escenario, el cual incluye un operativo con más de 700 personas para el rescate de peces, un grupo de personas para la vigilancia de las zonas de ciénaga, también con el fin de proteger la fauna, y carrotanques disponibles para suministrar agua potable a las poblaciones aguas abajo, especialmente las que se encuentran antes de Nechí, donde el río Cauca enriquece su caudal con las aguas que llegan del sistema hidroeléctrico de Porce.

El escenario ideal

Londoño de la Cuesta relató que después del cierre de la compuerta de captación número dos, el pasado 16 de enero, el embalse de Hidroituango creció a una media de 40 centímetros diarios durante tres días, promedio que bajó a 20 centímetros diarios por cuatro días más. Pero durante la segunda semana tras la maniobra, el embalse “se quedó quieto, subió marginalmente”, relató el directivo.

Este hecho, sumado a los pronósticos hidrológicos y meteorológicos, mostraron que “difícilmente se iba a llegar al nivel de vertimiento”, es decir, la cota 401 que permite que el agua de la represa fluya hacia el cauce del río.

Fue entonces cuando EPM gestionó ante la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, para que desde la Central Hidroeléctrica Salvajina, ubicada en el municipio de Suárez (Cauca) y operada por Celsia, se aumentara el volumen de descarga de la presa hasta 300 metros cúbicos por segundo. La autoridad ambiental aprobó inicialmente que la operación se extendiera cinco días, que culminaron el pasado miércoles, pero posteriormente se aprobaron tres días más, que se cumplen este sábado.

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El pronóstico técnico es que con el aporte de agua de Salvajina, el embalse crezca a una media de 40 a 50 centímetros diarios, lo que permitiría que se alcanzara el nivel de vertimiento en la última semana de febrero.

Aunque, según explica el gerente, la cota de vertimiento es la 401, lo ideal es que ese nivel llegue a la cota 402,5. En ese momento, con el vertedero operando, se podría cerrar la compuerta número uno garantizando el caudal del río.

El plan B

Sin embargo, como se dijo antes, el monitoreo constante que EPM hace del proyecto se ha centrado en dos indicadores que podrían forzar un cierre anticipado de la compuerta uno.

“No se ha presentado nada aún, no hay ninguna situación de contingencia”, enfatizó el gerente Jorge Londoño de la Cuesta, antes de enumerar que tales indicadores son, primero, el estado de la estructura de captación y, segundo, la oquedad encontrada a finales de diciembre.

Sobre el estado de la estructura de captación, Londoño de la Cuesta explicó que la reja ubicada en la boca del túnel podría sufrir deterioro debido a que antes del cierre de la compuerta dos, el agua entraba presurizada, mientras que ahora entra con aire, por lo que “las presiones son más fuertes del lado del embalse”.

Si se llegara a detectar un daño que pusiera en peligro el sistema que permite el cierre de la compuerta, el cierre se haría de inmediato, pues de lo contrario se perdería el control sobre la entrada de agua a la casa de máquinas, algo que traería consecuencias imprevistas.

Sobre la oquedad, que como se había informado antes conecta los túneles de captación uno y dos (razón por la cual está entrando aire), el directivo señaló que se le está haciendo monitoreo para establecer si crece, lo que también pondría en riesgo la captación.

Pero, ¿por qué este escenario pone en riesgo el caudal del río? Porque si se cierra antes de que el agua en la presa llegue al nivel del vertedero, el caudal se empezaría a acumular en la presa y no habría agua saliendo hacia el cauce.

“Pero el crecimiento del embalse demoraría menos tiempo, se estima que cinco días”, dijo Londoño.

A renglón seguido explicó que por cada tres días que no se tenga que cerrar la compuerta, este margen de llenado se reduce en un día, de modo que desde este sábado, ese plazo sería de cuatro días, si la compuerta se tuviera que cerrar ese día.

Precisamente, a raíz de que tras el cierre de la compuerta uno el caudal estuvo por debajo de los 450 metros cúbicos por segundo, EPM informó que la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, Anla, inició un proceso sancionatorio, respecto a lo cual el gerente Londoño indicó que “tenemos las explicaciones y justificaciones del caso”.

Las cuentas del caudal

Según los registros históricos en los que EPM se apoya para pronosticar la hidrología del Cauca, un mes de febrero como el actual, con verano y Fenómeno de El Niño moderado, puede presentar un caudal de 500 metros cúbicos por segundo.

Sumando el aporte de la Hidroeléctrica Salvajina (300 m3/seg), al proyecto pueden ingresar unos 800 m3/seg, de los cuáles están saliendo por la casa de máquinas unos 450 m3/seg. La diferencia es lo que se queda en el embalse.

Sin embargo, en la medida en que el embalse crece, también aumenta la salida por casa de máquinas. Así pues, el 16 de enero, antes de cerrarse la compuerta dos, la presa estaba en la cota 388,2; al final del procedimiento, alcanzó la cota 391,2, mientras en casa de máquinas el flujo de salida llegó a ser de 430 m3/seg y se  estabilizó en 450 m3/seg.

Así pues, los cálculos técnicos señalan que cuando la presa llegue a la cota 401, la salida de agua por casa de máquinas puede llegar a ser de 520 m3/seg, lo que sería positivo para el caudal del río.