Es inaceptable que la suerte de Hidroituango en la Mesa Técnica, ordenada por el Juez 75 con función de control de garantías de Bogotá, dependa de exigencias caprichosas de dos profesores de geología, sin experiencia en diseños, ni mucho menos en construcción de centrales hidroeléctricas.
La SAI, como invitada por la mesa técnica (MT) encargada de presentar recomendaciones sobre el futuro de Hidroituango (HI), intervino en un espacio concedido después de oír a la directora del Movimiento Ríos Vivos de Antioquia (MRVA) y a dos profesores de geología, asesores de ese movimiento.
Tanto la directora de MRVA como sus geólogos coincidieron en afirmar que no hay claridad sobre la estabilidad del macizo rocoso donde se construye HI, ya que, en su opinión, los estudios existentes “no aportan información sobre el riesgo sísmico, tectónico y geológico del territorio”. Esta afirmación siembra dudas sobre la estabilidad de la presa y del macizo rocoso donde está empotrada la estructura y excavadas las cavernas para la casa de máquinas, posición que contrasta con los estudios aportados por Integral, asesor de EPM, así como con conceptos de expertos con amplia experiencia internacional en proyectos hidroeléctricos, de consultores del BID y con la evaluación del proyecto hecha por la SAI.
Lea también:Más riesgos para Hidroituango
Los referidos profesores deberían saber que la zona donde se construye HI ha sido evaluada sísmicamente en tres ocasiones. La primera en 1982, cuando se instaló la primera red de sismógrafos; la segunda en 2006 y la tercera mediante una red propia del proyecto, con once estaciones digitales que transmiten información en tiempo real, en operación y evaluación por más de tres años. La red actual está configurada con la misma tecnología que opera el Servicio Geológico Colombiano y del Servicio Geológico de los Estados Unidos.
El suscrito ingeniero geólogo participó desde sus inicios en el grupo interdisciplinario encargado de los estudios básicos de HI, comienzos de la década de los 70, hasta el estudio de factibilidad en 1986. Desde entonces, como profesional independiente sin vínculo contractual con ninguna de las partes a cargo de HI, pero siempre vinculado a la ingeniería de proyectos hidroeléctricos, ha tratado de seguir los desarrollos del megaproyecto. Desde esta experiencia es que quiero adelantar algunos comentarios, que puedan aportar a la solución del conflicto en que ha entrado la MT, que, en mi apreciación, se resume en la confrontación de dos puntos de vista: La posición de MRVA y sus geólogos, que consideran que por falta de mas estudios geológicos y sismológicos es imposible garantizar la estabilidad de las obras de HI y por otro lado, una posición que partiendo de la diferenciación entre lo que se debe entender por investigación pura, aquella que tiene por principio un mero interés científico, como la que sostienen los dos profesores y la investigación aplicada, en nuestro caso aquella que se concreta en resolver problemas relacionados con la construcción y operación de una obra de infraestructura, como lo es HI, que sostienen Integral y la SAI. Para entender estos dos elementos de la confrontación, veamos algunas definiciones y conceptualizaciones.
La investigación pura por su naturaleza es exploratoria y se lleva a cabo sin interés práctico. Con frecuencia es impulsada por la curiosidad o la intuición de un científico. Su motivación principal es ampliar el conocimiento básico.
Por su lado, la investigación aplicada tiende a solucionar problemas prácticos. Tiende a ser descriptiva en lugar de exploratoria y es frecuente que se base en la investigación pura. La investigación práctica necesariamente tiene un límite en el tiempo y en los presupuestos asignados por el proyecto, quiere decir que no puede pretender extenderse ad infinitum.
Además: Más riesgos para Hidroituango (2)
Como lo hemos mostrado en columnas anteriores, la instrumentación instalada tanto en la presa como en el macizo rocoso de HI indica que la obra es estable. en todos sus componentes. Empecemos por el caso de la presa construida como un muro en enrocado, lo cual significa que es una estructura flexible, antisísmica en la práctica, vale decir resistente al sismo de diseño, adoptado por especialistas de la más alta experiencia. Por lo demás, ninguna falla geológica, activa o inactiva, se encuentra presente en la fundación de la presa. En conclusión, si el riesgo sísmico para la presa es bajo, no tiene sentido seguir profundizado en interminables estudios de microsismicidad, como pretenden MRVA y sus dos geólogos.
Como se desprende de los estudios de Integral-Woodward Clyde Consultants en los 80´s, el macizo rocoso, donde más tarde se construyó HI, en un pasado no muy lejano resistió el impacto de tres avenidas torrenciales, causadas por la ruptura de represas en el río Cauca formadas por el gran deslizamiento Guásimo. Por otro aspecto, quien afirme que las excavaciones subterráneas deterioraron la estabilidad de un macizo rocoso, están negando toda una práctica de la ingeniería de túneles, como la que se dispone en HI. Por lo demás, la desviación del río por la casa de máquinas, obligada por la emergencia de abril de 2018, aunque produjo socavaciones puntuales, perfectamente reparables, en ningún momento afectó estructuralmente la estabilidad del macizo.
Para concluir, es inaceptable que la suerte de Hidroituango llegue a depender de exigencias caprichosas de dos profesores de geología, sin experiencia en diseños, ni mucho menos en construcción de centrales hidroeléctricas.