Muchos o pocos días han pasado. El tiempo de cuidado se va a todo el mes de abril y los chicos estarán en abril y mayo estudiando en casa. Sugerimos desde el principio el método de elaborar un plan de vuelo, una cartilla de labores y responsabilidades. Es hora de hacer un repaso.
-Es una incertidumbre que nos preguntamos todos… ¿Esto hasta cuándo es? No lo sabemos, vamos paso a paso viviendo cada momento. La prioridad es cuidarnos al máximo, cuidar a toda la familia, no salir de casa sino a temas muy puntuales de extrema necesidad. De aquí que no es descabellado ver y saber de ciertas situaciones que se están presentando: miedo, depresión, angustia, disgustos, agresividades, pereza, peleas… a primer tono se puede explicar con el “somos humanos” y esto no se había vivido nunca.
Estamos viendo que la crisis no es solo de salud, que también trae consigo la preocupación económica, el aspecto emocional y social se desequilibra y es así como esto está subiendo en porcentaje de preocupación en los hogares colombianos.
-De aquí que tengamos que repasar la cartilla. Todo grupo tiene un jefe, un líder, un papá y una mamá. Claro que también pueden ser familias en donde una tía, uno de los abuelos o un hermano mayor sea esa guía del hogar. Lo primero es saber aceptar que la situación existe, que hay un “virus” al que no hay que dejar entrar, que el espejo del sufrimiento de otros países nos lo muestra de frente. Que no tenemos que pegarnos de la infinidad de información que llega a nuestros móviles, que solo marcamos una hora del día para escuchar la voz oficial. Que a cada miembro de la familia tenemos que atender en su difícil ansiedad. Que cada día podemos sortearnos, cambiarnos entre sí las actividades de los diferentes oficios. Que mientras menos hablemos del tema del bendito “bichito” será mejor a la salud de nuestras mentes. Que cada día hay pausas que no nos podemos saltar, la pausa de las comidas, la pausa del aseo diario, la pausa de la espiritualidad.
-No podemos decaer en la pereza del estado de ánimo, en la pereza de la angustia, en la pereza de perder la fe. Tenemos que tener firmeza que unidos estaremos sanos y unidos saldremos adelante en un nuevo amanecer.
-Los chicos entran en una semana en donde los colegios y escuelas hacen una pausa de mandato en sus tareas. Pero es aquí en donde papá y mamá, los guías del hogar, deben revisar esos cuadernos, la lectura de los libros asignados, dibujos y trabajos. Como todo es por el internet, los padres deben ver acompañados de sus hijos los mensajes de los profesores. Los nuevos métodos de la tecnología son la nueva alianza entre el colegio y hogar.
-El estrés puede hacer de las suyas entre padres e hijos mayores y no solo en ellos sino entre la pareja. No es lo mismo aquella rutina de hogar de verse de lunes a viernes por espacios cortos y en fin de semana un poco de horas más, en el espacio de 70 o 100 metros de paredes, que estar ahora las 24 horas en ese mismo espacio por tiempo indefinido, los espacios “propios” comienzan a fallar y es aquí en donde le tenemos que hacer el quite a la violencia intrafamiliar. Por cierto, Diana Osorio, Gestora Social de la ciudad acaba de presentar una campaña con líneas telefónicas especiales para que personas que estén en estas angustias de soledad, de maltrato o de no aguantar más, se puedan comunicar y ser orientadas por una voz profesional. Hay que hablar. Necesitamos ser escuchados.
-Igual hay que abrazar y escuchar a los chicos pequeños, a ellos también los invade el miedo y el estrés.
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-Tenemos que tener una buena alimentación, tomar frecuentemente agua, tener todas las áreas de la casa o el apartamento en buen orden, si se tiene la oportunidad de tener un espacio por donde entre el sol de la mañana, aprovecharlo. Escuchar música que les guste, pero cuidado con los alto parlantes de sonido alto para no molestar a los vecinos. Estar pendiente de la mascota, a los animales también les da cambios de ánimo, miedo, ellos sienten y presienten que algo no es normal, antes estaban solos y ahora todos los días con toda la familia encima.
-Hay que seguir cuidando el agua, la luz, enseñar a los chicos a no replicar mensajes, muñequitos y tonterías por los celulares. Usted debe ubicarse como padre y madre: es usted autoritario, es muy negligente, muy permisivo o tiene el sano equilibrio de saber hablarles, saber escucharlos, saber orientarlos. Papá y mamá tienen en sus manos en estos momentos todo un tesoro de nueva vida.
-Mírense todos las manos. Nuestras manos son diferentes. Parecen templadas por el agua y el jabón. Si ya se le agotó la crema puede pedir a la farmacia un tarrito de “vaselina” es lo mejor para protegerlas.
-¿Ya se le terminó la maravillosa crema humectante del rostro? No importa. Tome una cucharada de hojuelas de avena en una coquita y macérelas volviéndolas polvo y póngale dos cucharadas de yogur y revuélvalas, le quedará una crema perfecta para el rostro. Aplíquela en el momento de su baño y saldrá como una princesa.
-El trajín del día hace que nuestros pies se sientan cansados, pesados en las horas de la noche. Para aliviar esa tensión y fatiga sumérjalos por unos minutos en una ponchera con agua caliente a la que le va a poner unas gotas de aceite de almendras. Haga suaves ejercicios con sus pies en el agua. Quedará como nueva.
-Por cierto, para el trajín diario póngase unos zapatos cómodos, muchas son las mujeres que están acostumbradas a calzar zapatos de altos tacones para ir a sus trabajos y ahora se sienten raras. Un buen ejercicio es de vez en cuando hacer pausas caminando empinadas.
-A este “virus” lo vencemos con la creatividad del yo. Conservar la buena salud, la sana alimentación y el espíritu alegre.