El Grupo de Lima exigió que los comicios en Venezuela sean convocados con una adecuada anticipación, con la participación de todos los actores políticos venezolanos y con todas las garantías que corresponda.
El Grupo de Lima endureció este martes el tono por la crisis venezolana y rechazó la convocatoria que efectuó de manera unilateral la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para celebrar las elecciones presidenciales en el primer cuatrimestre de 2018.
Tras una prolongada reunión en Santiago, los cancilleres, vicecancilleres y representantes de Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Brasil, Costa Rica y Guayana acordaron una declaración en la que repudiaron el anuncio de la ANC.
"Esta decisión imposibilita la realización de elecciones presidenciales democráticas, transparentes y creíbles conforme a estándares internacionales y contradice los principios democráticos y de buena fe para el diálogo entre el Gobierno y la oposición", dijo el canciller chileno, Heraldo Muñoz, al leer la declaración de diez puntos.
El Grupo de Lima exigió que los comicios sean convocados con una adecuada anticipación, con la participación de todos los actores políticos venezolanos y con todas las garantías que corresponda, incluida la participación de observadores internacionales independientes.
“Unas elecciones que no cumplan estas condiciones carecerán de legitimidad y credibilidad”, sostuvo el bloque de catorce países que celebró en la capital chilena su cuarta reunión.
La convocatoria electoral del oficialismo venezolano tuvo otras consecuencias, como la decisión de México de abandonar su papel de observador en el diálogo político que el Gobierno y la oposición llevan a cabo en República Dominicana.
"Es una decisión que lamentamos, pero el anuncio hecho en Caracas nos obliga", dijo el ministro de Relaciones Exteriores mexicano, Luis Videgaray.
El funcionario explicó que uno de los principales puntos del diálogo era pactar la fecha de las elecciones de este año, algo que aún no estaba cerrado.
"Si una de las partes, de manera unilateral, define la fecha, quiere decir que el proceso de negociación ha dejado de ser serio", aseveró.
México, junto a Chile, Bolivia y Nicaragua, integraba la comisión de seguimiento a las conversaciones que llevan a cabo el Gobierno y la oposición en República Dominicana, que ejerce de anfitrión.
El canciller de Chile, Heraldo Muñoz, avisó que su país seguirá los pasos de México si el oficialismo venezolano no da marcha atrás en sus planes electorales.
"Si esta situación se consolida Chile revisará su participación en el grupo de países acompañantes. Esperamos que este desafortunado escenario sea revertido para no tener que apartarnos del proceso de diálogo", declaró el jefe de la diplomacia chilena.
Además del tema electoral, el Grupo de Lima reiteró su respaldo a la Asamblea Nacional (AN), elegida democráticamente y controlada por la oposición, y exigió la restitución de los poderes que le corresponden.
Asimismo, subrayó la "carencia de legitimidad y legalidad de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), cuyas medidas han profundizado el conflicto social y el menoscabo de las libertades en Venezuela".
El Grupo de Lima exigió también una "investigación imparcial de las presuntas ejecuciones extrajudiciales" del inspector Óscar Pérez y otros seis integrantes del grupo de sublevados que lideraba.
El bloque se refirió a la crisis humanitaria que vive el país y lamentó que el presidente Nicolás Maduro se niegue a aceptar ayuda de la comunidad internacional.
"Esto se refleja en el agravamiento de los índices de desnutrición infantil, el desabastecimiento de alimentos y medicinas y el resurgimiento de enfermedades que habían sido erradicadas", sostuvo el texto.
En ese sentido, el Grupo de Lima expresó su preocupación por el "éxodo de venezolanos" que abandonan el país a diario a raíz de la crisis humanitaria.
El bloque reconoció el desafío que esta situación representa, especialmente para los países vecinos, e instó a la comunidad internacional y a Naciones Unidas a colaborar en acciones de cooperación.
Los catorce países firmantes acordaron reunirse cuando sea necesario, sin fijar fecha ni lugar, y se comprometieron a dar seguimiento permanente a la situación de Venezuela.