Durante los últimos cincuenta años han ocurrido trascendentales acontecimientos en la vida del ajedrez tanto internacional como nacional. Para asociarse al homenaje que se brinda al desparecido Club Maracaibo, de Medellín, en el suplemento Palabra & Obra del periódico EL MUNDO, se presentan a continuación algunos de esos grandes momentos.
VIAJE DEL TIEMPO
Durante la segunda mitad del siglo XX cruzó el firmamento ajedrecístico un meteoro que causó pasmo en el mundo del ajedrez. Se trató de Bobby Fischer, aquel muchacho de Brooklyn que se iniciara en el Manhattan Chess Club de Nueva York, y que recordó otro meteoro del siglo XIX, Paul Morphy, también de los Estados Unidos. Ambos tuvieron una vida signada por la grandeza y la tristeza, pues fueron los mejores del mundo en su momento y se retiraron en la plena la madurez de su juego para llevar una vida que mucho lamentaron sus admiradores.
Fischer protagonizó el llamado match del siglo frente a Boris Spasski, un momento histórico que cambió el devenir del ajedrez. Aquel enfrentó a la elite del ajedrez soviético que dominaba el panorama y fue proclamado campeón del mundo al vencer a Spasski en Reikiavik, capital de Islandia, en un accidentado encuentro llevado a cabo en 1972. En forma desafortunada, algunos vieron el enfrentamiento como parte de la Guerra Fría, pero más acertada fue la carátula de la revista Time: “Knight Errand vs King” (El caballero andante contra el rey).
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Un nuevo rey
En la década del noventa aparecieron, después de años de trabajo, los computadores que podían derrotar a los grandes maestros, algo que culminó en 1997 con la derrota de Gary Kaspárov, uno de los más grandes de la historia, frente a Deep Blue. Una agencia de prensa calificó el resultado como “Un día triste para la humanidad”. Al contrario, fue un día triunfal pues el computador es creación y extensión del ser humano. Un buen momento para recordar a Alan Turing, primero en concebir lo que sería el computador y primero en desarrollar un algoritmo para que este pudiera jugar al ajedrez.
No sabemos si la facilidad que ofrece el computador para avanzar en el aprendizaje tiene algo que ver con la corta edad de los últimos contendores por el título mundial. Se recuerda que Mikhail Botvinnik fue campeón mundial cuando tenía 52 años, pero Magnus Carlsen obtuvo la supremacía orbital cuando tenía menos de 23 años; jugó por el título mundial en 2016 contra Serguéi Kariakin cuando este tenía 26 años; y por el mismo título se enfrentará el próximo noviembre a Fabiano Caruana, de apenas 24 años.
Son también muchos los acontecimientos de interés en el ámbito nacional, pero este columnista se referirá solo a unos pocos que vienen a su memoria, en particular porque en varios de ellos fue organizador o gestor. Forzoso es indicar que su contacto con el ajedrez ha sido apenas esporádico en los últimos años.
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Los maestros
La Federación Internacional del Ajedrez (Fide) otorga los títulos de Maestro Fide, Maestro Internacional y Gran Maestro, siendo éste el de mayor jerarquía. Los primeros colombianos en obtener tan grande distinción fueron Alonso Zapata (1984) y Gildardo García (1991). Posteriormente durante el presente siglo obtuvieron el máximo galardón Jaime Cuartas, Sergio Barrientos, Alder Escobar, David Arenas y Cristhian Ríos.
Nuestro país recuerda con gratitud una destacada jugadora, ocho veces campeona nacional de Colombia y seis veces miembro del equipo de nuestro país que participara en olimpiadas de la Fide. Se trata de Ilse Guggenberger, acreedora en 1977 del título de Maestra Internacional.
Medellín ha sido sede exitosa de dos torneos mundiales. En 1974, organizó la VI Olimpiada Femenina de Ajedrez, cuya sede fue el Centro Suramericana y en la cual participaron 25 países; fue calificada por Max Euwe, presidente de la Fide y antiguo campeón mundial, como la mejor de la historia. Y en 1996, organizó el XXXV Campeonato Mundial Juvenil Masculino, al tiempo con el XIII Campeonato Mundial Juvenil Femenino, con la participación de 49 países, un número considerable si se tiene en cuenta que la ciudad vivía en esos años una estigmatización internacional; este último campeonato fue calificado por Jaime Sunye Neto, presidente del Ajedrez de las Américas y gran maestro, como el mejor organizado de la historia.
Precisamente con motivo de este último torneo, fue invitada a Medellín Judit Polgar, sin duda la mejor jugadora de ajedrez de la historia. Hace parte de tres hermanas que se destacaron en el ajedrez después de ser educadas por sus padres, pues no asistieron a ningún colegio. Judit, que solo juega con hombres, en algún momento estuvo entre los 10 ajedrecistas mejores en el mundo y en diferentes partidas ha derrotado a muchos de los grandes. En nuestra ciudad jugó con gran éxito unas simultáneas contra 15 contendores, aunque perdió una partida contra uno de los rivales, un computador. Posteriormente, derrotó a la campeona nacional de Colombia en una partida en la que jugó a ciegas.
Memoria de los grandes
Hace tres años falleció el destacado jugador Óscar Castro, maestro internacional que pudo llegar más lejos en su carrera. Un buen homenaje es recordar cómo este antioqueño derrotó nada menos que al campeón mundial Tigran Petrosián durante el torneo interzonal de Biel, Suiza, en 1976 (ver la partida en https://tinyurl.com/CastroPetrosian). Alguna vez Óscar mencionó a este columnista el comportamiento antideportivo del excampeón del mundo cuando vislumbró que se acercaba la derrota frente a quien podría ser para él un desconocido.
Otros dos fallecimientos enlutaron recientemente el llamado juego ciencia entre nosotros. El campeón nacional, árbitro internacional, directivo, analista, autor de varios libros y múltiples artículos de prensa, Boris de Greiff, por muchos años considerado la figura emblemática del ajedrez colombiano, muere en 2011. Y también en este año desaparece el Maestro Internacional Carlos Cuartas, siete veces campeón nacional, entrenador que formó una generación de ajedrecistas en Antioquia y llamado el “Mago” por su gran talento y creatividad que traspasó las fronteras.
Finalmente evocamos el Parque de Ajedrez en la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, inaugurado en 2003 con la presencia del excampeón del mundo Boris Spasski. Sitios de esta importancia son escasos en el mundo, tal como lo señalara el destacado ajedrecista al elogiar sus condiciones y felicitar a sus promotores y realizadores. Esa gran sede del ajedrez antioqueño fue posible por el decidido interés del alcalde del momento, Luis Pérez Gutiérrez, expresidente de la Liga de Ajedrez de Antioquia y destacado jugador en sus años de estudiante universitario