El presidente Juan Manuel Santos y los miembros de las Farc parecen no andar por la misma vía en cuanto a lo firmado en La Habana. Mientras que el jefe de Estado colombiano se muestra optimista y cree que este 2018 será el año del afianzamiento institucional y democrático de la paz, voceros de la desmovilizada guerrilla, por el contrario, aseguran que la paz de Colombia atraviesa uno de sus momentos más difíciles. 

A pesar de ello, expertos consideran que esas diferencias que se pudieron notar el pasado jueves en la ciudad de Cartagena, en donde el Gobierno Nacional y los excombatientes se reunieron para hacer un balance tras un año de los acuerdos, eran previsibles, pues hay algunos puntos con unas metas y un cronograma más o menos fijo, mientras que otros tienen unos tiempos muy amplios y esto se presta para que haya discusiones.

“Las Farc quisieran que todo lo negociado en La Habana estuviera al 100% un año después de firmado el Acuerdo, pero el Gobierno sabía que tenía sus restricciones”, manifestó Jorge Giraldo Ramírez, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de Eafit.

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Sin embargo, el académico considera que a la exguerrilla no le falta razón, pues el Gobierno del presidente Santos, aunque logró que el Congreso de la República y la Corte Constitucional le dieran vía libre a varios de los puntos del Acuerdo Final, “se descuidó demasiado en el Fast Track”.

“El Gobierno Nacional sólo le puso el acelerador a dos cosas: lo primero fue a la desmovilización de las Farc y en segundo lugar fue el tema de justicia. Sin embargo, no se ha hecho nada en el tema de sustitución de cultivos y tampoco en el tema de tierras, que ni siquiera se mencionó en el Fast Track, lo que quiere decir que Santos se hizo el loco para dejar eso en manos del próximo presidente”, destacó el avezado.

Para Giraldo Ramírez es natural que se sigan presentando este tipo de situaciones, incluso sujetas a monitoreo internacional, pero las Farc y el Gobierno, “por lo menos en los próximos cuatro o cinco años, no van a terminar con ese tira y afloje”.

“Evidentemente la situación no va a cambiar mucho, además porque ya no hay Gobierno. El margen de gobernabilidad de Santos está en 0% desde hace vario tiempo y ese tira y afloje al cual me refiero no continuará sólo por su impopularidad, sino porque ya no tiene el apoyo del Congreso y tampoco tiene plata”, concluyó el avezado.

2018, “el año de la paz”

Durante la reunión de la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación de los Acuerdos de Paz (Csivi) organizada en la capital del departamento de Bolívar, Juan Manuel Santos invitó a todos los colombianos a construir paz y dejar atrás las divisiones, los odios, la intolerancia y la violencia.

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“Es el gran y hermoso desafío que el Gobierno, las Farc, el Estado y sobre todo los colombianos debemos asumir", dijo el mandatario en el encuentro al que también asistieron como representantes de la comunidad internacional el expresidente de Uruguay, José Mujica, y el expresidente del Gobierno español, Felipe González.

El jefe de Estado colombiano ratificó su compromiso absoluto con la paz para Colombia y dijo que en ese propósito va a trabajar hasta el último día de su Gobierno, que concluye el próximo 7 de agosto.

Asimismo, dijo que la implementación del acuerdo de paz con el ahora partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc) ha sido más rápido que otros procesos similares en diferentes partes del mundo.

"El ritmo de la implementación del Acuerdo en los primeros meses del proceso es más rápido que el de otros acuerdos de paz integrales analizados por este instituto", resaltó el gobernante.

Sin embargo, la delegación de las Farc expresó sus preocupaciones por las dificultades que han encontrado con los acuerdos.

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Citaron especialmente las modificaciones que se le hicieron en el Congreso a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el hundimiento de la reforma política y la continuidad en prisión de más de 600 integrantes de la antigua guerrilla, quienes deberían haber sido amnistiados.

"La paz de Colombia atraviesa uno de sus momentos más difíciles tras la firma del acuerdo final", señalaron los voceros de las Farc.

Por eso, la exguerrilla solicitó a Santos que, dada la dificultad para que en la vía legislativa ordinaria se aprueben los proyectos que quedaron por fuera de la vía rápida (Fast Track), "opte y ejerza potestades constitucionales extraordinarias para momentos de emergencia".

“Dificultades normales”

El expresidente del Gobierno español aseguró que las dificultades por las que pasa la implementación del Acuerdo de Paz son "normales".

"Hay algunas dificultades que son casi normales que se produzcan, hay algunas que son intencionadas porque se chocan con algunos intereses a pesar de que el acuerdo está constitucionalmente asumido y afecta a tres periodos de legislatura", dijo.

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Mientras tanto, el exmandatario Mujica manifestó que si el proceso de paz de Colombia falla sería un fracaso para la historia de América Latina.

"Siento que este conflicto es de los colombianos y las decisiones son de los colombianos, pero nos hace a todos los latinoamericanos. Si esto fracasa, fracasa la historia de América Latina", dijo el uruguayo.

Por último y en tono vehemente, Mujica aseguró que se debe dar un plazo de quince años para construir la paz, pues esta “involucra la vida de una generación entera, es un cambio fenomenal en la historia de Colombia y una nueva etapa que la tiene que llevar adelante su pueblo".

Santos, sin aceptación

A pesar de que el presidente Santos considera que la paz de Colombia va por buen camino, su imagen ante los colombianos cada vez es menos favorable. Así lo aseveró Sebastián Velásquez, director ejecutivo de la Federación Colombiana de Víctimas de las Farc (Fevcol), quien estuvo este fin de semana visitando los departamentos de Córdoba y Sucre para dialogar con algunas comunidades afectadas por el desmovilizado grupo insurgente.

“Estuvimos en esos territorios y lo que se puede apreciar es un alto grado de descontento con el Gobierno Nacional y con el señor presidente en todo lo que ha constituido la política de los acuerdos de paz y su implementación”, dijo el líder de la organización que representa a más de 140.000 víctimas del conflicto armado.

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Asimismo, destacó que no se trata exclusivamente de un sentir de la Fevcol, pues en municipios como San Jacinto, Sucre, o en Montelíbano, Córdoba, el jefe de Estado “no cuenta con aceptación alguna”.

“Siempre hemos estado en contra lo acordado en La Habana. Todas las agremiaciones que representa la Fevcol votamos negativamente el plebiscito y, al hacer esto, lo que solicitamos fue una revisión de los puntos firmados por el Gobierno Nacional y las Farc. Por eso la discusión no empieza desde ahora, por una reunión en Cartagena, sino que lo venimos haciendo desde lo refrendado en el Teatro Colón de Bogotá”, concluyó Velásquez.