Gestión de riesgo en obras de infraestructura 

Autor: José Hilario López
6 noviembre de 2018 - 09:04 PM

Los recientes accidentes, demoras y suspensiones de obras de infraestructura ocurridos en el país así como las tragedias sufridas por varias comunidades por avenidas torrenciales, nos obligan a reflexionar sobre el desconocimiento u omisión en nuestro medio de los conceptos de amenaza, vulnerabilidad y riesgos, relacionados con procesos naturales y antrópicos y en general sobre la disciplina conocida como ingeniería o gestión de riesgos.

Las tragedias sufridas por varias comunidades por avenidas torrenciales (mal llamadas avalanchas) y los recientes accidentes (algunos con víctimas), demoras y suspensiones de obras de infraestructura ocurridos en el país, nos obligan a reflexionar sobre el desconocimiento u omisión en nuestro medio de los conceptos de amenaza, vulnerabilidad y riesgos, relacionados con procesos naturales y antrópicos y en general sobre la disciplina conocida como ingeniería o gestión de riesgos. Nos referimos sobre todo a los riesgos causados por procesos naturales y antrópicos, ya que para la evaluación de los riesgos contractuales, financieros, jurídicos, comerciales y políticos en los proyectos de infraestructura si existe una amplia experiencia en el sector asegurador. Veamos definiciones de estos conceptos.

Lea también: La responsabilidad del ingeniero

Amenaza es la probabilidad de ocurrencia de un evento catastrófico con una cierta Intensidad en un sitio específico y durante un periodo de tiempo determinado. Amenaza por movimientos de masa (genéricamente denominados deslizamientos) es el desplazamiento ladera abajo de suelos, causado por interacción de factores de origen geológico, meteorológico y/o antrópico. Amenaza por avenidas torrenciales es el evento mediante el cual el nivel de agua de una corriente supera la capacidad de su cauce natural o artificial, cubriendo zonas aledañas.

Vulnerabilidad es el grado de exposición de una comunidad y sus propiedades, así como de las obras de infraestructura o de los ecosistemas a una amenaza dada. Es también el conjunto de factores y circunstancias que afectan la capacidad de una comunidad para reaccionar y recuperarse de cualquier desastre o crisis que la pueda afectar.

Riesgo es la interrelación de la amenaza sobre una zona con el grado de vulnerabilidad que ofrece la comunidad, bienes y obras de infraestructura existentes.

En relación con los desastres naturales por avenidas torrenciales, casi siempre agravados por la acción humana, la gestión que se hace en nuestro medio se reduce a la atención a las víctimas, pero poco o casi nada se hace por mitigar la amenaza, vale decir actuar en la prevención del desastre. A esto me he referido en varias columnas anteriores.

Ahora limitémonos a las obras de infraestructura. Los grandes proyectos de infraestructura tienen un alto impacto sobre las comunidades y los ecosistemas. Aunque los proyectos pequeños y medianos en el corto y mediano plazo producen menores impactos ambientales, con el tiempo pueden también llegar a tener implicaciones severas. Dentro de los riesgos ambientales debe incluirse el incumplimiento por parte del proyecto de las normas relacionadas, en particular con la concertación con las comunidades, lo que puede llegar a la suspensión de la construcción de la obra por parte de las correspondientes autoridades. Existe también el riesgo de aplicaciones inadecuadas de las normas vigentes por parte de las autoridades ambientales. En los proyectos mineros existe el riesgo de pérdida de ingresos por los cierres de la operación ordenados por las autoridades minero-ambientales.

Ante la complejidad de la materialización de los proyectos de ingeniería se ha desarrollado toda una práctica conocida como gestión del riesgo. Para efectos de la gestión del riesgo se ha propuesto la siguiente definición “un riesgo de un proyecto es un evento o condición inciertos que, si se produce, tiene un efecto negativo o positivo (sic) sobre al menos uno de los objetivos del proyecto, como tiempo, coste, alcance” (Gestión del riesgo en proyectos de ingeniería. El caso del Campus Universitario PTS, Universidad de Granada-España. Artículo autoría de tres profesores de esa universidad, publicado por la Revista Dyna No. 173, 2012).

Si se considera la línea de tiempo (desarrollo del ciclo de vida del proyecto), a lo largo de la misma se pueden identificar uno o varios riesgos, que podrían llegar a tener una mayor o menor probabilidad de ocurrencia y cuyas consecuencias tendrían mayor impacto en cada uno de los objetivos del proyecto. Ante la eventualidad del riesgo se pueden adoptar acciones preventivas o correctivas, lo cual incide, de manera significativa, en los costos, pero sobre todo en la seguridad de la obra.

De un estudio detallado de grandes proyectos de infraestructura localizados en varios países europeos y asiáticos, citado en el referido artículo de la Revista Dyna, se puede concluir que los riesgos son función del entorno natural, político, económico y socio-cultural en donde se desarrollan los proyectos. Con base en la frecuencia de ocurrencia con la que se presenta el hecho en los casos estudiados, se llegó a una clasificación relativa del riesgo para los proyectos evaluados en cinco categorías que van desde 1 (la de mayor frecuencia) hasta 5 (la de menor frecuencia), como a continuación se resume y complementa:

  • Categoría 1. Demoras en toma de decisiones durante el proceso constructivo
  • Categoría 2. Errores en la definición del proyecto, vale decir diseños inadecuados; procedimientos no reglados para decidir sobre los cambios que sean necesarios de los diseños durante el proceso constructivo (complementación agregada por este columnista)
  • Categoría 3. Mala programación y plazos de ejecución no acordes con las posibilidades reales del proyecto; inflación y cambios súbitos de precios
  • Categoría 4. Inseguridad jurídica por indefiniciones contractuales o cambios en la normatividad vigente
  • Categoría 5. Deficiencias en los departamentos de control de calidad durante el diseño y el proceso constructivo; no disponibilidad de materiales o insumos requeridos; mala selección de subcontratistas y de la mano de obra; desacertadas intervenciones y cambios en los diseños, impuestos durante el proceso constructivo por parte del dueño del proyecto

Vea además: Del homo habilis a la ingeniería

Para concluir, propongo hacer un ejercicio utilizando este modelo para una evaluación del accidente de Hidroituango, así como de los colapsos del Edificio Space, del Puente Chirajara y de los retrasos y suspensiones en las Autopistas 4G.

 

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