Debemos ponernos de acuerdo frente a cómo concebimos la ciudadanía global, con qué ciudadano latinoamericano soñamos y cómo lograrlo.
Por Luz Enith Castro
La semana pasada, diez ministerios de educación latinoamericanos se dieron cita en Bogotá para conversar sobre los grandes desafíos regionales para avanzar en el cumplimiento de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Compartieron retos, aprendizajes, experiencias y desaciertos frente a acciones emprendidas para cumplir con el ODS 4: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos”.
El encuentro, una iniciativa del Ministerio de Educación, la Red Latinoamericana por la Educación (Reduca) y su representante en Colombia, la Fundación Empresarios por la Educación, contó con el apoyo y participación de la OEI, el BID, la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de Unesco, Genius Plaza y Natura Cosméticos.
Para nadie es un secreto que América Latina se destaca a nivel mundial como una de las regiones con mayor desigualdad. El estudio “Aprender es más: hacer realidad el derecho a la educación en América Latina”, recientemente publicado por Reduca y la Fundación Sura, revisa condiciones para la garantía del derecho a la educación en quince países, y evidencia grandes rezagos frente a la garantía de trayectorias completas, el logro de aprendizajes con sentido para todos, la calidad de la educación más allá de las pruebas estandarizadas, la formación de ciudadanía y el desarrollo de habilidades para el siglo XXI. Además, señala cifras alarmantes en temas fundamentales como, por ejemplo, la tasa terminación de primaria y secundaria que no superan el 76% y el 50% respectivamente. Así las cosas, resulta particularmente relevante este espacio de conversación entre pares, y los demás que vendrán tras este primer encuentro, para generar estrategias comunes y avanzar en el logro de metas del ODS 4, contribuir a disminuir barreras para el aprendizaje y superar condiciones de inequidad, reconociendo la diversidad de territorios, culturas y contextos en nuestros países.
En este sentido, en el encuentro se abordaron cuatro grandes temas: calidad y equidad, liderazgo educativo, ciudadanía global y tecnología y educación.
Frente al tema de calidad y equidad, así como frente al liderazgo educativo, es clave trabajar para alcanzar mejores estándares de calidad, lograr que la educación tenga sentido y sea significativa a lo largo de todo el ciclo escolar, y contar con mejor formación para docentes y directivos, que a su vez puedan contar con más y mejores recursos educativos y acompañamiento para fortalecer su labor y su liderazgo. Aunque en el ámbito regional se viene trabajando en diversas iniciativas tanto del sector público como privado, como es el caso de la Fundación Empresarios por la Educación acá en Colombia, con su extensa experiencia en temas de liderazgo directivo, sigue siendo una prioridad y un reto compartirlas para que los diferentes ministerios puedan echar mano experiencias que ya han funcionado en contextos similares.
En cuanto a ciudadanía global, es necesario entender cómo se traduce este concepto en el aula y cómo acompañar a docentes y directivos en su labor para hacerla realidad en aspectos como, por ejemplo, la equidad de género, el respeto a la diversidad, la sostenibilidad ambiental y la ciudadanía digital. Debemos ponernos de acuerdo frente a cómo concebimos la ciudadanía global, con qué ciudadano latinoamericano soñamos y cómo lograrlo desde los distintos sistemas educativos en la región, integrando las realidades emergentes de dinámicas como la migración, que conlleva a que millones de niños estén transitando a lo largo de nuestros países y la responsabilidad de los gobiernos para ofrecer oportunidades a todos, garantizando su derecho a la educación.
En tecnología y educación, es mucho el camino que falta recorrer para permear con conectividad los lugares más apartados y en general las áreas rurales de nuestros países. En esta misma vía, se reconocen aprendizajes en cuanto al uso de dispositivos electrónicos y cómo integrar la tecnología al aula, pero urge fortalecer la formación docente para lograr integrar la tecnología a los procesos de enseñanza y aprendizaje de los niños en la cotidianidad.
Uno de los grandes desafíos resultantes de la reunión, tanto para los ministerios participantes como para las entidades y organizaciones que los acompañamos, será mantener vivos el contacto y la conversación entre equipos técnicos, lograr que las experiencias circulen cada vez más, y que sirvan para que todos aprendamos de lo que ya ha funcionado y aquello que no. Esto nos ayudará a avanzar mucho más rápido.
En julio se realizará en Nueva York el Foro Político de Alto Nivel del Consejo Económico y Social de la Organización de Naciones Unidas, en el que se abordarán los avances y retos frente al cumplimiento de la Agenda 2030, particularmente en lo referido al ODS 4. Allí participará María Victoria Angulo, Ministra de Educación Nacional y vicepresidenta del Comité Global del ODS 4 en representación del Grupo de América Latina y el Caribe (Grulac), quien deberá nutrir su participación en este escenario con las conclusiones y rutas trazadas en el encuentro de ministros.
Como sociedad civil, seguiremos acompañando e incentivando conversaciones constructivas encaminadas a consolidar y estrechar lazos que nos permitan continuar tejiendo para hacer realidad el derecho a aprender en América Latina.
*Subdirectora de incidencia en la Fundación Empresarios por la Educación, una organización de la sociedad civil que conecta sueños, proyectos, actores y recursos para contribuir al mejoramiento de la calidad educativa.