La película Les fantômes d'Ismaël, del cineasta Arnaud Desplechin, abrió este miércoles la edición 70 de Cannes frente a un público indiferente.
El cineasta francés Arnaud Desplechin comenzó con las proyecciones de la 70 edición del Festival de Cannes este miércoles, con Les fantômes d'Ismaël, un drama protagonizado por Marion Cotillard, Charlotte Gainsbourg y la aparición de Mathieu Amalric quien trabaja por sexta vez con el director, en un filme ante el cual la audiencia se mostró indiferente .
La película, proyectada en su formato recortado, de 154 minutos, se centra en la vida de un director cuyo universo mental y amoroso se ve trastocado por el regreso de un amor que daba por desaparecido.
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Una versión diferente a la que llegará a las salas de cine
La versión francesa que llegó a Cannes fuera de competencia, según explicó Desplechin, es más sentimental que la original que se estrenará en los cines, y está dirigida a los espectadores acostumbrados a su lenguaje y cinematografía.
El autor de Jimmy. P, quien aspiró a la Palma de Oro en 2013, de Trois souvenirs de ma jeunesse (2015) o de Rois & reine (2004); dijo haber recibido con emoción su selección para inaugurar este 70 aniversario del certamen.
"Es un puesto un poco más protegido que en competición. (...) Claro que temo la reacción de la crítica, pero me parece menos peligroso que en competición, donde a menudo la prensa francesa está más dividida", dijo el director.
Una fría acogida
La película no generó ni un aplauso entre los presentes en su proyección matinal, la que precede a la gala de apertura, que esta tarde verá pasar por su alfombra roja a los protagonistas. Entre ellos, Gainsgbourg, premio a la mejor actriz en 2009 por Antichrist, de Lars Von Trier, y Cotillard, una habitual de la ceremonia, que hasta ahora siempre se ha ido con las manos vacías.