Marruecos y norteamérica, integrado por México, Estados Unidos y Canadá, son los candidatos para albergar el torneo en 2026.
El 68 congreso de la Fifa se reunirá este miércoles en Moscú para decidir cuál es su futuro, con la elección de la sede de la Copa del Mundo 2026, un torneo de 48 selecciones, y la apertura de un proceso electoral que desembocará el 5 de junio de 2019, en París, con la elección del presidente.
La víspera del comienzo del Mundial, la Federación Internacional elegirá entre Marruecos y la candidatura norteamericana (México-Estados Unidos-Canadá) para albergar un macrotorneo, que
pasará de los 62 partidos del modelo actual a 80 encuentros, y de 32 selecciones a 48 equipos nacionales.
Una ampliación tan atractiva que, incluso, la Conmebol pidió que se adelantase a la edición de Catar 2022. La propuesta sudamericana, que contaba con el apoyo del presidente de la Fifa, Gianni Infantino, no parece que pueda hacerse efectiva en este Congreso, como en principio estaba dispuesto en el orden del día, puesto que primero se consultará con los dirigentes cataríes, que podrían tener problemas de infraestructura.
La solución podría ser compartir la sede, algo que no ha descartado el propio Infantino, pero la situación diplomática de Catar -en conflicto con Arabia Saudí, Baréin, Emiratos Árabes y Egipto, limita las opciones a Irán, un país puesto en entredicho, entre otros, por Estados Unidos.
"Es evidente que Catar deberá estar de acuerdo. Se firmó un contrato con 32 selecciones y los contratos están para ser respetados", afirmó Infantino hace dos semanas, en un encuentro con las agencias internacionales.
En las horas previas a la elección del Mundial de 2026, ambas candidaturas apuran sus contactos para inclinar una votación que implica a todas las federaciones, por cuanto la decide el Congreso y no el Comité Ejecutivo -ahora Consejo- como ha sido hasta ahora.
La polémica que rodeó a la designación de Rusia 2018 y Catar 2022, que precipitó la caída de Joseph Blatter, forzó a una renovación total de la Fifa, que con esta fórmula (207 votantes- todos menos los 4 países implicados- y no 22 miembros del Ejecutivo), tratar de limitar la influencia del factor humano, o lo que es lo mismo, posibles corruptelas.
Optan a esta elección, una poderosa candidatura norteamericana (México, Estados Unidos y Canadá), basada en la fortaleza de las infraestructuras estadounidenses (acogerá 60 de los 80 partidos), y otra marroquí, que cuenta a su favor con la cercanía respecto a Europa, con desplazamientos menos largos y costosos para aficionados y selecciones, y el apoyo de su continente, que desea volver a ver un Mundial en África.
Norteamérica, con una valoración de 4 sobre 5 por el grupo de evaluación de la Fifa, es la favorita, pero Marruecos, que ha acusado a la Federación Internacional de favorecer a sus rivales, cuenta con tantas simpatías como antipatías despierta la agresiva política diplomática de Donald Trump, que incluso vía Twitter ha amenazado a sus "aliados" con "cerrar el grifo" si no apoyan la propuesta de su país.
Una impredecible reacción de Trump en la víspera es, en las horas previas a la votación, el principal temor de sus aliados de candidatura.
Previamente, el Congreso abrirá un nuevo proceso electoral para elegir presidente, pese a que tan sólo han pasado dos años y medio desde que Infantino fue elegido para suceder en el cargo a Joseph Blatter.
Concluido el cuatrienio que debía haber agotado Blatter, que tuvo que dimitir en junio de 2015 después de que la justicia suiza abriese un proceso por corrupción contra la Fifa, Infantino se ha convertido en el alma de la nueva Fifa y, de momento, ya se ha asegurado el apoyo del fútbol sudamericano, que este lunes pidió al actual dirigente que se presente a la reelección.