quiere comprar las nuevas canciones que surgieron y ganaron allí, pero no encuentra los discos en las disquerías, y tampoco encuentra emisoras que las reproduzcan
Así se anuncia en las boletas para asistir al Festival de Festivales musicales de Colombia, que lleva 42 años, Fundación creada por Alberto Velásquez Martínez en Medellín.
Luego el Festival pasó a Santa Fe de Antioquia, y finalmente dese hace dos años orgullosamente, a La Ceja del Tambo, teatro de San Cayetano. Fácil llegar, desde Medellín o desde Rionegro. Nuevos y buenos hoteles en sus cercanías.
Allí diversas personas y grupos de toda Colombia tocan y cantan canciones nuestras, pasillos y bambucos que conocemos.
Y también surgen canciones nuevas, inéditas, recientemente creadas por autores que, afortunadamente, tienen amor para ¨Colombia la Nuestra”. Y por supuesto aparecen cantantes y músicos nuevos.
¡Allí se mira, se escucha, se goza, se aplaude, se vota, se brinda, se ríe y se abraza! Y hasta se toma un trago y se codea con el vecino. La última noche, domingo 6 de agosto, ya con votaciones y premiaciones se trasmitió por TV.
Lo único malo es que después de que uno ha gozado el festival, quiere comprar las nuevas canciones que surgieron y ganaron allí, pero no encuentra los discos en las disquerías, y tampoco encuentra emisoras que las reproduzcan, o sea que las canciones se pueden perder fácilmente.
Claro que el Festival mismo saca un disco cada año, hay que estar alerta para ir a comprarlo o pedirlo por teléfono a la Fundación “Antioquia le canta a Colombia” que se encuentra en el Edificio Nova Tempo , Avenida El Poblado.
No sé si todos los espectadores que asistieron o miraron por TV, recuerdan los nombres de los intérpretes, de las canciones, y de los nuevos autores y compositores de músicas y letras Ojalá.
Tampoco sé qué harán las televisoras, emisoras ni disquerías, que no se ponen las pilas para fomentar nuestra propia música, pues he visto que son felices poniendo y vendiendo músicas extranjeras.
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Somos muy dados a mirar hacia afuera. Como cuando llega un gringo mono y ojiazul, todas nos enamoramos de él y después caemos en el “despecho” por la diferencia de verdades, cultura y educación.
Somos poco patrióticos y será por eso que pasan las cosas que pasan. Pero ésta fue la tierra que nos vio nacer y que nos ofreció cosas que no tienen otros países: ¡Un clima maravilloso! Sus tres cordilleras, los dos mares, infinidad de ríos y una naturaleza más rica que la de todo el mundo.
Disfrutaron los llamados conquistadores que llegaron siguiendo la pista de Colón Colón, que lo que quería era llegar a la India, para traer las famosas “especies”.
Y a los colombianos nacidos en esta feliz tierra no da por tirárnosla – en ambos sentidos. Compatriotas, querámonos entre nosotros, amemos y cuidemos esta tierra que por de buenas nos tocó. Si nos enorgullecemos de todo lo nuestro, nos irá mejor.
En mi caso soy feliz de poder escribir para EL MUNDO antes para Realidades económicas y sociales, y antes para El Meridiano de la Tv y para El Diario de Medellín.
Refiriéndose a Colombia mi padre escribió poesías, -entre otros muchos escritos de política liberal, para sacar a Colombia de su antigüedad retrógrada-. Algunos de sus actos políticos, de sus canciones, y de la censura que caía de los púlpitos, se pueden encontrar en Wikipedia: Ricardo Uribe Escobar.
“No es pecado matar liberales” dijo Monseñor Builes (candidato a santo!) en Sta. Rosa con Osos. Y aún no se sabe quien mandó matar al General Rafael Uribe Uribe, pero podemos imaginar qué vecinos dieron las órdenes.
Mi padre, optimista, compuso: "Qué lindo canta la noche” y mi hermano así lo cantó y lo canta.
A ver si seguimos pautas de alegría, como materia obligatoria. Así viviremos mejor.
*Psicóloga UJ y Filóloga UdeA