Introducción al poeta, dramaturgo y compositor uruguayo Fernán Silva Valdés a partir de poemas y letras de canciones de la vida atadas a él.
Bandoneón, en cualquier momento de la vida suelen llegar los recuerdos, hoy por ejemplo está en mi mente una composición que cantábamos de niños, sin pensar en el significado de la letra entonábamos un coro hermanos, primos y primas.
Estoy hablando del tango Clavel del Aire del uruguayo Fernán Silva Valdés, eran muy sonoros los versos:
“Como clavel del aire,
así era ella,
igual que la flor
prendida en mi corazón.
¡Oh, cuánto lloré
porque me dejó!
Como el clavel del aire,
así era ella igual que la flor.(…)”
No es difícil aceptar que fue su creación más famosa y es de resaltar la dupla que hizo para este trabajo con Juan de Dios Filiberto en la música, reconocido el último, por el emblemático tango Caminito. Según Horacio Loriente, en el Café Tortoni se encontraba el uruguayo con unos amigos entre ellos Filiberto, y salió la voz de uno de ellos proponiendo que compusieran un tango entre los dos. Continúa el cronista, en la casa de Filiberto, Silva Valdés escuchó las primeras notas del armonio y dijo: “Como el clavel del aire…” “ese es el título, exclama Filiberto” Lo grabaron Carlos Gardel e Ignacio Corsini.
Cierto es también que pasando hojas de un libro nos sorprende un poema especial, alguna vez llegué hasta la página 236 de Textos Recobrados de Jorge Luis Borges y brotaron de sus hojas letras que decían:
“Ya le estoy estrechando la mano verdadera
Que sus versos me alargan. ¿Sabe que estoy contento
De que me madrugaran con tan linda nobleza
Y su amistá, que es mía, sabe que la merezco?
Es un poema a Fernán Silva Valdés publicado en la revista Proa en 1925, y tengo interés en resaltar la tercera estrofa.
“…Yguálenos el mate parejo y compartido,
El mate que es de muchos como el sol y la luna:
Volcancito que humea caliente como un nido,
Manso reló que mide las horas de la duda (…)”
Hablando con un amigo uruguayo, me explicó el significado del primer verso de la anterior estrofa, “Mate parejo significa que la bebida se mantiene con sabor durante muchas cebaduras,- o sea cada vez que se echa agua a la yerba.- No es un mate largo y corto (cada cebadura es igual o muy parecida en cantidad de agua) y se va tomando sin que se lave o que pierda sabor al poco rato.
El mate parejo agrega la amistad que permite compartirlo y su carácter democrático. Lo de manso reló alude al mate que se toma en soledad, seguramente en la madrugada”
Ceiba uruguaya, árbol cuyas flores rosa inspiraron a Borges.
Wikipedia
Ahora invito a leer la última estrofa:
“Soy un criollo pueblero. La he perdido y la busco
A mi herencia de auroras y pingos y zorzales.
Sus versos me la encuentran…Ya está dicho el retruco
Que mis tapias rosadas mandan a sus ceibales.”
Sólo Borges con sus almacenes y esquinas rosadas podría construir este verso que luego va al rojo vivo de la flor del ceibal uruguayo. Y claro como está exaltando lo criollo, la grafía omite la “j” del reloj, la “d” de la amistad y su criollismo está confesado en la búsqueda de pingos y zorzales.
Por otro lado, Silva Valdés es reconocido por el apego a lo vernáculo, lo que hizo que entonara versos referidos al estilo citado de la mejor pureza y originalidad, es por la calidad de su lira que recibió acompañamiento de maestros como Alberto Ginastera, Pintín Castellanos y Néstor Feria, por nombrar algunos.
El tango Querencia, de su autoría fue calificado de albergar el más puro criollismo y lo interpretó Carlos Gardel.
Continuemos ahora con la poesía de Agua florida, un tango sentido desde el olor de un perfume que usaban las parejas de baile, en este caso muchachas pobres, la música es de Ramón Collazo, pianista, perteneciente a la Troupe ateniense y lo cantó Alberto Vila, de la misma agrupación, la letra es de Silva Valdés.
Pienso que hay historias que nos despiertan todos los sentidos, ¿quién al escuchar Agua florida, no se remite al aroma de las flores?; ¿quién cuándo escucha la frase “peinados lisos como agua’e laguna, no se traslada a los retratos de jóvenes mujeres con un pelo aplanchado y mirada lánguida?; ¿y quién no imagina escuchar un tango para verlo bailar con la gracia del taconeo?
Es de mi interés resaltar que Silva Valdés fue bailarín de tango, no en vano menciona algunos pasos en las líneas siguientes,
“Agua florida, vos eras criolla.
Te usaban las pobres violetas del fango
de peinados lisos, como agua'e laguna,
cuando se bailaba alegrando el tango
con un taconeo y una media luna.
Perfume del tiempo taura (1) que pasó,
pues todo en la vida ha de ser así,
cuando las percantas (2) mentían que no
mientras las enaguas batían que sí”.
Había iniciado este ejercicio de escritura hablando de Clavel del aire, que entonaba en grupo cuando era niña, y veo como en algunos casos la belleza no tiene edad. Luego leyendo la reseña que hace Horacio Loriente (3) encontré esta nota:
“Las voces puras de los niños de las escuelas nos devuelven esta obra de perfección aún ahora, convirtiéndola en un permanente motivo de emoción por su belleza”.