Ese universo también estaba lleno de estrellas. Mentes jóvenes, inquietas y creativas que brillan con luz propia, dispuestas a explorar la magia y el encanto que despiertan el orden y la armonía de los cuerpos celestes que adornan el cosmos: planetas, satélites, estrellas, asteroides, cometas, meteoritos…

Fueron 3.217 jóvenes y adolescentes en todo el país, de ellos 300 en Medellín, los que iniciaron este año ese fascinante viaje para adentrarse en el infinito a través de una autopista llamada Olimpiadas Colombianas de Astronomía -OCA-, a las que año tras año convoca la UAN –Universidad Antonio Nariño- no sólo con el fin de motivar, invitar e incentivar en ellos el estudio de la astronomía, la astrofísica, la astronáutica y las ciencias afines, para que de este modo puedan desarrollar mayores capacidades científicas, investigativas y tecnológicas, como aportación al desarrollo cultural, económico y social del país y de la región, sino también como mecanismo ecuánime de selección para la escogencia del equipo que tiene el honor de representar al país en la Olimpiada Internacional (Ioaa), que este año en su decimotercera versión se realizará en la ciudad de Keszthely, Hungría, del 2 al 10 de agosto.

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La OCA está dirigida a menores de 18 años, básicamente estudiantes de grados 9, 10 y 11, de instituciones públicas, privadas o parroquiales, incluso egresados de secundaria pero que no hayan iniciado estudios universitarios. “Los resultados de años anteriores indican que estudiantes de estos grados escolares pueden obtener resultados iguales o superiores a los de estudiantes de clubes de ciencias o astronomía, mostrando así que la olimpiada no es exclusiva para estudiantes que pertenezcan a semilleros avanzados de investigación o clubes avanzados de astronomía”, explica la UAN.

Los estudiantes participan primero en una ronda clasificatoria regional, luego una selectiva y por último los que obtengan el puntaje requerido avanzan a la final nacional, que este año será del 22 al 26 de octubre en Bogotá.

Pero antes de esa última fase, por motivos de calendario, la organización definió ya el equipo de cinco estudiantes que representará al país en la cita de Hungría, los cinco con mejor puntaje, entre ellos las antioqueñas Sofía Cárdenas Soto y María Isabel Olarte, además del barranquillero Samir Santamaría y los bogotanos Tomás Noguera y Adriana Velásquez.

“Fue un gusto de siempre. El tema me apasiona y cuando inició esa preparación en marzo no dudé en ingresar a un grupo de estudio, donde el constante aprendizaje y descubrimiento de nuevas cosas lo van motivando cada vez más a uno, mucho más cuando pasamos las dos primeras rondas y entramos al grupo de finalistas”, comenta Sofía, una joven de 17 años, egresada del colegio Montessori y enfocada en las ciencias de la física y las matemáticas, que son los primeros pregrados que piensa adelantar.

“Desde niña el tema de la astronomía a mí me despertaba mucha curiosidad, y por eso empecé en 2018”, con apenas 13 años y cuando apenas cursaba el grado 8°, cuenta María Isabel Olarte, hoy estudiante de 9° en el colegio Teresiano, y quien irá por segunda vez a la Olimpiada Internacional, pues el año pasado hizo parte del equipo de cuatro estudiantes que fue a China. “Una experiencia única, maravillosa, donde aprendí muchas cosas y conocí a mucha gente tesa, como los rusos…”

Pero ese no es un logro individual, porque además del esfuerzo familiar de cada una de ellas, hay otro grupo de personas que se encargan de la motivación y la instrucción permanente, porque es un camino de por lo menos diez meses que inicia en el teatro del Parque Explora y termina en Europa, Asia u otro país de Suramérica, de hecho Colombia será anfitrión de la Olimpiada Internacional el próximo año. Y entre esas personas de apoyo está Agustín Vallejo Villegas, un joven de apenas 19 años, estudiante de Astronomía en la UdeA y quien lidera el grupo de entrenamiento de colegiales en el Planetario Municipal.

“Este viaje no es un paseo, pero tampoco es sólo para genios, como cree mucha gente. Requiere vocación, dedicación y disciplina, amor por lo que se hace, como en todas las profesiones”, explica Agustín sin negar que “es un tema exigente porque cuando se estudia implica conocimientos de física, ecuaciones y mucho número… es un animalito grande, pero cabalgable”, dice sonriente.

Es que en ese proceso de la OCA, en las fases clasificatoria, selectiva y final, se evalúan temas como la evolución de las estrellas, física solar y espectroscopia, clima espacial, sistema solar, astrofísica, cosmología, astronomía de posición, mecánica celeste, astronomía observacional, manejo de equipos ópticos y de precisión, electromagnetismos, física Moderna, termodinámica, análisis de datos e interpretación de información astronómica, manejo de software y programas especiales de datos astronómicos. “De verdad no es un paseo”, dicen Sofía y María Isabel.

Una experiencia que Agustín vivió desde niño, porque siempre supo que lo suyo estaba en ese mundo infinito del universo y los astros, esos cuerpos que lo habitan. De hecho estuvo en dos Olimpiadas Internacionales, en Argentina e India: “Dos experiencias inolvidables, incomparables”, evoca el juvenil entrenador.

Algo que él quisiera que vivieran los 300 estudiantes que iniciaron la preparación en Medellín, y especialmente los 50 que decidieron hacer parte del proceso de la Olimpiada Nacional. No obstante, está feliz con la respuesta de Sofía y María Isabel, las dos alumnas que este lunes 15 de julio viajan a Bogotá para completar las dos últimas semanas de preparación antes del viaje a Hungría, que será el 30 de este mes.

Un ciclo que les permitirá conocer del mundo y ampliar sus conocimientos a través de la sana competencia y el intercambio cultural que a su corta edad muy pocas personas pueden vivir en nuestro país y en buena parte del mundo. Un premio al esfuerzo, al trabajo y la disciplina, que alegra especialmente los rostros de Sofía y María Isabel, pero que también enorgullece a todo el país porque ese equipo de cinco muchachos, que representa a los 3.217 que iniciaron el camino, es la mejor muestra de que la juventud colombiana quiere crecer, avanzar, hacer cosas maravillosas y aportar al desarrollo del país, y que lo único que necesita para lograrlo son oportunidades.

Programas para todos

El Planetario de Medellín “Jesús Emilio Ramírez”, que en este 2019 cumple 35 años de servicios, enseñando y compartiendo conocimientos sobre las ciencias del espacio, ofrece hoy la más amplia y variada programación no sólo con contenidos astronómicos sino con estudios que son verdaderas aventuras culturales.

Para este domingo 14 julio, por ejemplo, de 2:30 a 5:00 p.m., los padres de familia tienen la oportunidad de que sus hijos, entre 4 y 7 años, empiecen a ingresar al mundo de la astronomía.

Con el acompañamiento de la profesora Ángela Pérez Henao, coordinadora de astronomía del planetario, los pequeños podrán entrenar como astronautas, conocer el cohete Saturno V -en el que el hombre llegó por primera vez a la luna en 1969- y construir sus propias naves espaciales.

La jornada tiene un valor de $30.000.

Otras actividades que se ofrecen allí son: Viernes para vagabundos del universo (5:00 p.m.), en el que los asistentes pueden hacer un viaje interestelar en el domo y aprender a navegar el cielo con los instrumentos adecuados; Una galería hecha por la gente, espacio creado con el ánimo de promover la observación y los cielos oscuros, por lo que cada año se realiza el concurso de fotografía Mi Cielo, que en 2019 contó con la participación de entusiastas, aficionados y profesionales de la astrofotografía. Esta exhibición reúne a los ganadores de esta sexta versión, 19 fotografías tomadas en diversos escenarios, desde África hasta La Guajira, de los barrios de Medellín hasta la Antártida. Ingreso con boleta.

También se cuenta con grupos de Comunidades, los amantes del universo que se encuentran en el planetario; Programas para empresas, comunidades educativas, colegios, escuelas y universidades, en los que se ofrecen experiencias interactivas para empezar a comprender nuestro lugar en el universo, siempre con el acompañamiento de profesionales.

Aventuras verdaderamente fantásticas hechas para todos los públicos.