Ya hemos visto como el concepto heterodoxo de familia, aquella conformada por parejas heterosexuales, ha evolucionado, ahora se incluyen otras formas de conformación de las mismas, como la familia compuesta por personas del mismo género, a su vez, algunos teóricos del derecho plantean la conformación de la familia “unipersonal”, como aquella integrada por personas solas, como pueden ser los solteros empedernidos, los viudos o los divorciados. Ahora surge una nueva clasificación de familia, la multiespecie, integrada por los seres humanos tradicionales, sumándole al núcleo las mascotas, denominadas hoy en día animales de compañía.

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La semana pasada por Blue Radio dieron la noticia de un caso para “aunque usted no lo crea” relacionado con un pleito de divorcio llevado a cabo ante una comisaría de familia en el barrio Belén en la ciudad.

Hasta ahí todo normal, lo curioso del asunto son las pretensiones de las partes en conflicto, no relacionadas con las visitas, manutención, aportes económicos de los hijos sino del perro. Una de las partes planteaba la necesidad de definir días de visita de la contraparte, la turnada para llevar el canino al veterinario, entre otras demandas, comunes cuando de por medio hay descendientes.

El comisario de familia abordó la problemática desde la perspectiva de la familia multiespecie, tema que se ha trabajado en varios países, y que el ordenamiento jurídico colombiano abrió el espacio con base en determinar que los animales son seres sintientes, a lo cual, obviamente no hay objeción, pero, qué si dio pie a ir llevando a las mascotas, hacia el lado peligroso de su humanización.

En julio de 2017, Ana Cristina Jardim, Nina Disconzi y Valdirene Silveira publicaron un artículo titulado La mascota bajo la perspectiva de la familia multiespecie y su inserción en el ordenamiento jurídico brasileño. Allí las autoras parten de la concepción constitucional de 1988, que valida en Brasil la familia multiespecie (humanos y mascotas), a su vez se enfocan en una ley de 2015, que regularía “la guarda de las mascotas en caso de disolución litigiosa de la sociedad conyugal”.

En el trabajo en mención, se hace referencia de la evolución de la familia y la inclusión de la mujer en la vida laboral y su independencia económica, citando a Pereira: “el vínculo [relación esposo-esposa] pasó a ser preponderantemente por motivaciones afectivas” e igualmente a Peer Singer, quien “defiende la igualdad entre todos los seres y sostiene la tesis que el especismo es un ‘prejuicio indefendible y semejante al racismo’, dado que dispone los animales fuera de la consideración moral, siendo meros objetos”.

En el programa radial de ese día se planteó también por parte de una de las integrantes de la mesa de trabajo, que las plantas podrían ser consideradas como seres sintientes, dado que estudios lo han demostrado. Se dice que cuando se les hablan a las plantas estás se ponen más bonitas. No conozco el estudio, pero sí vi los jardines de la casa de mis abuelas, quienes le hablaban a las matas, bien florecidos.

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El debate está sobre el tapete, el legislador debe entrar a pronunciarse sobre estos temas y reglarlos manteniendo los límites naturales de los seres vivos, especie humana, especie animal y especie vegetal, porque nos puede salir más caro el caldo que el huevo. Como alguien escribió “ahora se necesitará una justicia especial para los animales”.