La razón para no ahorrar es muchas veces la falta de ingresos, pero en otros casos está el mal uso de los mismos y la falta de conciencia sobre la necesidad del ahorro.
Se aproxima el día mundial del ahorro, una fecha que se celebra cada 31 de octubre desde 1924 luego de que concluyera un Congreso Internacional en el que participaron varios países, con el objetivo fundamental de concienciar a la población sobre la importancia que tiene la reserva de capital para la economía.
En ese orden de ideas, ¿cómo está el ahorro en Colombia? Aunque año tras año la cultura financiera en este sentido mejora, aún en el país falta más educación en esta área, así lo señaló la última Encuesta de Medición de Capacidades Financieras en los Países Andinos 2013-2014, aplicada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde).
De acuerdo con esta encuesta en la que se consultó a 1.261 colombianos habitantes de la urbanidad y la ruralidad, y se expresaron estos resultados en rangos de edad y nivel educativo; se obtuvo que, principalmente, la práctica del ahorro está más arraigada entre los estratos socio-económicos altos y en los ciudadanos con niveles de educación superior.
El 83% de los consultados dijo conocer la cuenta de ahorro como principal producto financiero, no obstante, sólo el 35% de estos encuestados aseguró estar utilizando una de esas cuentas. Además, el grupo etario más preocupado por ahorrar, según este estudio, fue el integrado por las personas de 25 a 39 años, pues el 41% de ellos declaró estar depositando dinero en una cuenta.
Para el jefe del pregrado en finanzas de la Universidad Eafit, Raúl Armando Cardona, “esta realidad es preocupante porque todavía no hay conciencia en este punto, existe una gran cantidad de personas que aún no hacen un esfuerzo por ahorrar”.
El profesor Cardona explicó que los seres humanos siempre estaremos expuestos a dificultades económicas, esos periodos de adversidad son conocidos como fragilidad financiera; pueden ser ocasionados por gastos imprevistos muy grandes o una pérdida del empleo, en ese orden de ideas el ahorro debería ser producto de la previsión para las épocas difíciles.
Esas reservas presupuestales no se ven con mucha frecuencia entre los colombianos por varias razones, primordialmente por la falta de planificación a largo a plazo, “el Banco de la República advierte en sus estudios que el 85% de los colombianos planea, pero lo hace en términos cortos de tiempo”, indicó el experto en finanzas de Eafit.
Disculpas para no ahorrar
Según el profesor de economía de la Universidad de Antioquia, Mauricio López, los pretextos más comunes para evadir el ahorro en Colombia están relacionados con la capacidad de ingreso que tiene cada grupo socio-económico en el país, “cuando el ingreso es limitado, las personas no van a tener la posibilidad de guardar una parte de sus recursos puesto que no les alcanza. Para esos sectores con salarios bajos, la disculpa es válida”.
“En cambio, en los estratos medios la excusa de que no alcanza el dinero para ahorrar no es creíble, porque hay más poder adquisitivo. Aquí vemos como este grupo socioeconómico se inclina más por la actividad consumista, visita mucho el centro comercial y gasta innecesariamente”, agregó.
Los expertos en finanzas coinciden al momento de señalar a la dinámica consumista como uno de los motores que impulsan el gasto injustificado por parte de los colombianos.
Para el profesor Raúl Cardona es claro que las personas pocas veces llevan un registro de ingresos y gastos, “entonces van cayendo en ese ejercicio del consumo y del antojo sin distinguir el deseo de la verdadera necesidad. Por consiguiente, al no presupuestar se gasta más de lo debido y no se ahorra”.
El docente de Eafit también indicó que uno de los efectos desencadenados por no llevar un registro contable adecuado, tiene que ver con el endeudamiento y las decisiones apresuradas para responder a las obligaciones. “Esos apuros se resuelven con más deudas, porque cuando se gasta más de lo que se gana, se acude a la tarjeta de crédito”, este tipo de episodios a juicio del profesor, desincentivan más la conciencia del ahorro.
Esa tendencia a caer en la corriente del gasto desproporcionado, también fue señalada por el gerente corporativo de la Cooperativa Financiera Confiar, Oswaldo León Gómez Castaño, quien argumentó que “al ahorro se lo comió la máquina y la orgía infernal del consumo”.
“Aceptar esta situación como normal, es tanto como consentir que un edificio se puede levantar sin fundaciones, algo así como la casa en el aire. Pero lo peor es que esta condición metafóricamente la vivimos los seres humanos, por dar camino a la apariencia comprando objetos que no necesitamos, para terminar padeciendo el régimen del crédito”.
No ahorrar, desde la perspectiva del Director del Programa de Administración de Empresas de la Universidad de La Sabana, Pablo Moreno Alemay, trae diversas desventajas como por ejemplo: tener más preocupaciones financieras y no contar con los recursos necesarios ante posibles contingencias, además, se entorpecen los objetivos a mediano y largo plazo como la consecución de vivienda y la educación. Por esta razón, “debe promoverse la práctica del ahorro”.
Cómo ahorran los colombianos
De acuerdo con los expertos consultados, los colombianos implementan técnicas formales o informales a la hora de ahorrar dinero. El profesor Moreno Alemay detalló que quienes “hacen parte de la economía formal, tienen en las pensiones un mecanismo de ahorro forzoso. Así mismo, el deseo de adquirir vivienda promueve que se destinen recursos mensuales a este propósito, ya sea mediante el ahorro directo, o a través del pago oportuno y periódico de las cuotas de préstamos hipotecarios”.
Por otro lado, el “ahorro de colchón” sigue siendo un método popular para atesorar capital.Tal como lo expresó el profesor Cardona: “Los estudios que se han hecho de inclusión financiera arrojan que la mayoría de las personas devengan un salario mínimo, entonces no utilizan mucho el sistema bancario y usualmente acuden al ahorro de colchón”.
“Eso qué significa, que le ven una desventaja a tener una cuenta de ahorros puesto que el banco les va a representar gastos administrativos, entonces, muchas veces las personas deciden mantener el ahorro en su propio domicilio”, afirmó Cardona.
El gerente de Confiar consideró que en Colombia hace falta más promoción en las prácticas de ahorro “tal como lo venimos haciendo con los aportes sociales, está probado que funciona, en consecuencia también podemos tomar este ejemplo para promover el ahorro formal y el título futuro. Hay que agregar que en Confiar y en las cooperativas de ahorro y crédito, tenemos todo para ayudar a la gente”.
Hacer parte de la economía formal, según el profesor Cardona, garantiza “posibilidades de financiación con menos costos, plazos más largos para efectuar pagos de obligaciones y menos tasas de interés”. En contraste, quienes optan por el ahorro informal, “cuando tomen deudas, estas van a presentar costos más onerosos por estar afuera del sistema financiero”.
Aporte del ahorro a la economía
El depósito de cartera en los bancos representa una ayuda para la competitividad nacional, tal como lo explicó el profesor Moreno Alemay, “gran parte del éxito de las economías asiáticas se debe a los elevados niveles de ahorro que tienen tanto las personas como el Gobierno. El mercado de capitales como mecanismo conductor del ahorro hacia la inversión permite la generación, sostenimiento y ejecución de proyectos de desarrollo y crecimiento del país, de ahí la necesidad de facilitar y promover mecanismos de ahorro en el ámbito nacional”.
El impacto de la reserva capital para el fortalecimiento del país, también fue abordado por el profesor Cardona, él, al igual que Moreno Alemay, destacó que “los ahorros en conjunto son los que generan inversión en el territorio nacional, por eso al Estado le interesa que haya mayor tasa de ahorros”.
“Cuando hay más ahorros estos se canalizan a través de la inversión, lo que significa que los bancos pueden prestar ese dinero en su labor de intermediarios para que las personas consuman o inviertan en vivienda, vehículos y etcétera. Las entidades financieras también le prestan dinero a las empresas para que inviertan, así se genera más crecimiento de la economía, más empleo, más demanda y se produce lo que se denomina como un círculo virtuoso de la economía”, agregó el docente de Eafit.
En virtud de todas las ventajas que trae el ahorro, los financistas consultados consideraron que hace falta fortalecer la educación financiera en el país: “Los colegios, los bancos, el Gobierno y las empresas deberían impulsar el conocimiento en este aspecto, no obstante, pocos colegios están apuntándole a un programa serio en esta área”, afirmó Cardona.
Al mismo tiempo, Moreno Alemay aseveró que “debe incentivarse continuamente la conciencia del ahorro y es responsabilidad tanto del Gobierno como del sector privado liderado por la banca. La inclusión financiera no es sólo la adquisición de productos bancarios a todo nivel de la población, sino la promoción y capacitación hacia un uso prudente de los recursos.