Fondo Monetario Internacional determinó un incremento para Latinoamérica del 1, 2 %, teniendo a México y Brasil como las principales economías de la región y a Venezuela en el último lugar.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó ligeramente al alza el crecimiento económico de Latinoamérica y el Caribe para 2017 a 1,2 % y mantuvo sus perspectivas para 2018 en 1,9 % tras dos años de recesión en la región. Para Colombia, el FMI proyecta un crecimiento de 1,7 % en 2017, seis décimas menos que lo calculado en julio, en medio de un continuo ajuste hacia menores ingresos.
En el caso del país, la entidad evidenció un mayor gasto en infraestructura, una reforma fiscal favorable a la inversión y el impulso de la confianza tras el acuerdo de paz con las Farc. Las perspectivas para el país andino son de un crecimiento de 2,8 % para 2018 y, a medio plazo, el Fondo calcula que el país crezca a un ritmo de 3,5 %.
Sin duda, el garbanzo negro de la economía latinoamericana sigue siendo Venezuela, país sumido en una prolongada recesión y para el que el FMI calcula -12 % para 2017 y -6 % en 2018. La tabla de octubre para el resto de la región es como sigue: Bolivia (4,2 % en 2017 y 4 % en 2018), Ecuador (0,2 % y 0,6 %), Paraguay (3,9 % y 4 %), Perú (2,7 % y 3,8 %) y Uruguay (3,5 % y 3,1 %).
En cuanto a la región en general, el FMI determinó que: "En América Latina y el Caribe, donde el PIB se contrajo casi 1 % en 2016, el PIB real se prevé que aumente a 1,2 % en 2017 y 1,9 % en 2018", apuntó el informe de cabecera del organismo, Perspectivas Económicas Mundiales, presentado este martes en Washington.
Así, el FMI ha elevado en dos décimas sus previsiones de crecimiento para la región en 2017, respecto al 1 % calculado en su informe de perspectivas económicas del pasado julio. México y Brasil, las dos principales economías de la región, ven mejoradas sus perspectivas de crecimiento respecto a las de hace tres meses. En México se espera que el crecimiento alcance el 2,1 % este año, calculado por el FMI en julio pasado en 1,9 %, mientras que las previsiones para 2018 se reducen una décima, de 2 % previsto hace tres meses a 1,9 % anunciado.
"A pesar de la incertidumbre relacionada con la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y una revisión a la baja de la actividad económica de Estados Unidos, el crecimiento para 2017 ha sido revisado hasta cuatro décimas al alza desde el informe de abril", apunta. Esto supone un crecimiento superior al esperado en los resultados de los dos primeros trimestres del año y una recuperación de la confianza de los mercados financieros.
El FMI añadió que, a medio plazo, la implementación total de la agenda de reformas estructurales efectuada en México se proyecta que dé como resultado un crecimiento de 2,7 %. En cuanto a Brasil, después de recuperar la senda del crecimiento en la primera mitad de 2017, se espera que alcance el 0,7 % este año, cuatro décimas más que lo calculado en julio; y 1,5 % en 2018, un aumento considerable después de que el organismo redujera esa cifra a 1,3 % hace tres meses. El FMI atribuye esta revisión al alza en el país carioca a una "cosecha excelente y a un impulso del consumo".
No obstante, el Fondo advierte que la reducción de las perspectivas de crecimiento para 2018 respecto a lo previsto en abril, de 1,7 % a 1,5 %, responde a la debilidad actual de la inversión y a la inestabilidad política del país. "Una restauración gradual de la confianza -como reformas clave para asegurar la sostenibilidad implementadas a lo largo del tiempo- se proyectará en un crecimiento al 2 % a medio plazo", añadió el informe.
En Argentina, el FMI prevé un repunte del crecimiento hasta 2,5 % en 2017 frente a la contracción de 2,3 % que experimentó en 2016, y se espera que se mantenga ese 2,5 % también en 2018. El Fondo arguye que los factores que han incidido en la recuperación argentina son los salarios más altos y, por ende, el aumento del consumo; el incremento de la inversión apoyada por las obras públicas, y el impulso de las exportaciones gracias a una mayor demanda externa.
En Chile, por su parte, se prevé un crecimiento de 1,4 % en 2017 en medio de la debilidad de la inversión fija privada, la producción minera y el consumo público, pero el FMI espera que se recupere a 2,5 % en 2018 gracias a una mayor confianza, precios del cobre más altos y los recortes de las tasas de interés de los últimos meses.