El 2018 es el inicio de un año electoral agitado para varios países de América Latina, los ciudadanos tendremos la oportunidad de elegir bien y por eso todas las esperanzas puestas en que este será el año. Adicionalmente será el Foro Urbano Mundial en Kuala Lumpur, Malasia, donde se ratificará de una vez por todas que estamos en la era de las ciudades y que los desarrollos que surjan de las alianzas entre ellas, afirmarán categóricamente la nueva figura territorial que el mundo entero reconocerá por encima de las naciones: Las regiones. En asuntos deportivos es el año del mundial de fútbol en Rusia, de los olímpicos de invierno en Corea del Sur y la primera edición de los juegos olímpicos de la juventud, que tendrán como sede la ciudad de Buenos Aires. Es el año del Perro, será un año de la confrontación del ego y solo triunfaran los que puedan hacer alianzas, según los chinos. También será el año de las reformas económicas y de la masificación absoluta de la tecnología. El año del teletrabajo, del crecimiento de la informalidad, en fin, un año que nos pondrá a trabajar fuertemente para mantener lo que hemos construido hasta ahora.

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En Colombia, con una proyección que está bordeando 5% como incremento del salario mínimo y una carga tributaria en aumento recibimos este 2018 con elecciones parlamentarias y presidenciales, un proceso de paz en veremos y la favorabilidad más baja en la historia del país por las instituciones políticas. Se le suman los escándalos de corrupción y descrédito de organizaciones como la Policía y el Ejército Nacional y una reducción altamente significativa en la credibilidad de todo el aparato judicial. La popularidad del presidente casi llegando a un dígito y una gran brecha socioeconómica que nos ubica muy bien en el ranking de países más inequitativos del mundo. Eso es lo que hay, lo preocupante y por lo que tenemos que trabajar, aunque pensemos que estamos saliendo de todos los problemas por clasificar al mundial de fútbol y estar en el podio de los eventos deportivos. La verdad es que en la mayoría de los casos, son triunfos aislados en los que el apoyo que recibieron de las organizaciones estatales, poco o nada tuvieron que ver. Es el año donde la ciudadanía tiene el poder, podrá decidir y podrá redefinir el rumbo de casi una docena de países en América Latina. A ejercer como ciudadanos, a aportar como sociedad, de todos depende que no se perpetúe el “más de lo mismo” y que se consolide de una vez por todas el inicio del cambio, eso será lo que nos augure un próspero 2018. 

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De todos modos, con este panorama un poco adverso, les deseo el mejor año de todos, mucha felicidad, mucha salud, pero sobre todo, mucha sabiduría para afrontar este 2018 que para que sea próspero, nos tocará hacer esfuerzos que nos impliquen hacer más y comprar menos. Muchas gracias al Periódico EL MUNDO, a la profesora Luz María Tobón por enseñarme la disciplina de escribir cada semana y a la directora Irene Gaviria por este año de columnas con énfasis en la activación ciudadana y muchas gracias a los lectores por seguirnos cada semana. Nos leemos en el 2018. Feliz Año.

Comentarios:

augusto
2017-12-27 06:51:46

"No hay peor ciego que el que no quiere ver" ningún candidato en Colombia podrá darle al pueblo el cubrimiento de sus necesidades, porque mientras se viva bajo el sistema actual y ahora con la agenda del Nuevo Orden Mundial (NOM) la esclavitud será peor.

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