Medellín siempre será la ciudad de la pauta de los negocios de la moda en el país. Este riesgo de no dejar con el virus a la edición presente de Colombiamoda y lanzarla con un empujón de optimismo al tema virtual, ha dado buenos resultados. Lógico que hay que hacer ajustes.
PUNTO UNO: Como se dice popularmente la flauta ha sonado, con una que otra nota destemplada, pero la canción de moda ha sonado. Volvemos a escribir nuestro reconocimiento positivo el haber dado vida virtual a la edición 31 de Colombiamoda de parte de las directivas de Inexmoda. Además, ha sido una oportunidad positiva para que democráticamente todo el que quiera prenda sus televisor y se divierta viendo moda. Unos se dirán: ¿Pero qué es esto no lo entiendo? Y otros felices han seguido la serie de los tres días hasta hoy sábado.
PUNTO DOS: La sola palabra Colombiamoda nos traduce a todos es ver colecciones, es saber de los diseñadores, es saber en qué está nuestra moda colombiana, que se lleva y que se trae en estilos, siluetas, colores, valores. En esta edición puede que no se “exija” mucho del contenido de la parrilla, porque siendo un “experimento” lo primero que aflora es el miedo de aportar para algo que se hace por primera vez. Pero si se puede ver que dentro de la organización de Inexmoda faltó una curaduría en lo que hemos visto. En ese equilibrio de lo visual, contenidos de poemas, canciones, voces inexpresivas, movimientos en donde en varias puestas la producción se enamoró más de la película que de mostrar las prendas reales tal y como son. La moda tiene historia y debe ser bien relatada, sobre todo con claridad y más cuando una producción debe tener la comunicación precisa para que llegue a mover fibra en el consumidor final, en este caso a ese televidente que está sentado al frente de una pantalla. Esta ha sido una gran oportunidad para la “comercialización”, una gran ayuda sobre todo en este difícil momento económico, para que las marcas se conozcan. Clara oportunidad para esos 455 negocios de marca que están presentes en esta edición.
Foto: Colegiatura
PUNTO TRES: La oportunidad de lo visto y la responsabilidad del relato de la comunicación, también tiene su tema a analizar en los cuatro personajes que en esta edición han estado en los dos canales de la televisión. En Teleantioquia, una profesional seria en el tema de la moda, María Teresa Mesa, pero fría en su expresión de palabra, acompañada en pareja de un Juan Carlos Giraldo que se veía frenado, eso sí con mucha preocupación por su look a lucir. En el canal Telemedellín, una Beatriz Arango, que ha estado más ante las cámaras, con pasión por el tema moda, pero que en unas puestas se vio más como modelo que como periodista de moda, en compañía de un chico súper sensacional, que sabe mucho del tema de la moda y de producción, como es Jair Rueda. Los dos, tanto Beatriz como Jair, hicieron mejores apuntes a un público que solo opina en familia. Además doña Mabel López supo aprovechar las jornadas de los tres días con más visión en la comercialización de mini pasarelas. En los “montajes de los set” el más adecuado el de Telemedellín porque se apoyó en una producción sencilla visualmente, que le permitía hacer sus pasarelas privadas. Un set que de entrada hablaba de moda.
Foto: Colegiatura
PUNTO CUATRO: Lo visto en escenas con los chicos de la Colegiatura, excelente. Un Armattura Magazine que representó el pensamiento de chicos sensibles ante las circunstancias de los temas que en este momento son globales. Se concentraron y supieron llevar al diseño, siluetas, colores y texturas de sus temas en una buena puesta en escena.
Linda la presentación de Pink Filosofy, de Adriana Arboleda, ella relató cuatro historias de la vida cotidiana de la mujer, en prensas de siluetas fáciles de llevar, dentro de un tema: Claridad.
Leonisa con la nueva serie de sus prendas de interiores, piyamas, deporte, ropa cómoda.
El trabajo que representa tener a un grupo de futuros en el programa de Épica de la Alcaldía de Medellín, de entrada es muy valioso.
Foto: Colegiatura