Empezó tocando la guitarra en cafetines y pueblos, mientras tanto estudiaba el bandoneón, es conocido por la fuerza rítmica de sus obras y dice Luis Adolfo Sierra que introdujo los fraseos octavados y los pasajes terciados a dos manos
A Jhonny Blandón, bailarín de tango.
“Aquel extraño y exótico personaje de Barracas, que bandoneón en mano apareciera una noche de visita en el “Royal” de la Boca, ejecutando cierto desconocido tango suyo- Una noche de garufa- para incorporarse a la romántica pléyade de los músicos bohemios que hicieron la gran historia del tango, estaba en el pináculo de su triunfo. Era Eduardo Arolas, que ostentaba ya el pomposo apelativo de “el tigre del bandoneón” e imponía su prestigio de compositor e intérprete de una calificada orquesta” (1)
Pues bien, bandoneón, el invitado para mi artículo fue un hombre fecundo en composiciones, sus biógrafos hablan de más de cien tangos con una excelente factura melódica, de tal manera que no podemos mencionarlos todos, solamente algunos: La cachila, Comme il faut, El Marne, Derecho viejo y La guitarrita.
La guitarrita, en un comienzo se llamó Qué querés con esa cara, compuesta en honor al guitarrista oriental Mario Pardo y fue cantada por Carlos Gardel acompañado por la guitarra de José Ricardo; de La cachila que fue compuesta en 1918 dice el bandoneonista Rodolfo Mederos, “tiene un vanguardismo atrevido para la época”.
Hay que saber que muchos tangos tienen historia o vienen de la historia, es así que Arolas compuso el tango El Marne en conmemoración de la batalla del mismo nombre, que tuvo lugar en 1914 durante la Primera Guerra Mundial. Es memorable una parte de este capítulo porque el gobernador de París reunió a todos los taxis de la ciudad - 670 automóviles Renault AG de color rojo - para que llevaran con urgencia más de dos mil reservistas al campo de batalla.
Me he puesto a escucharlo en la versión de Osvaldo Pugliese y es emocionante el momento, he sentido la tristeza del combate, la duda en la ofensiva y el avance de las tropas vacilantes en un principio, y luego la certeza de la lucha, el final de la melodía nos interroga y lleva a la reflexión de la sinrazón de la guerra.
El tango Comme il faut es de gran aprecio en el mundo de los bailarines, por lo generoso de sus compases, y siguiendo con este reducido análisis de sus creaciones, tenemos Derecho viejo, que fuera dedicado por el autor a los estudiantes de derecho, alcanzando un éxito sin precedentes por su extraordinaria riqueza rítmica y por el sabor milonguero. Hay una película dirigida por Manuel Romero que se llama Derecho viejo y está inspirada en la vida de Arolas.
Ahora veamos su perfil musical. Empezó tocando la guitarra en cafetines y pueblos, mientras tanto estudiaba el bandoneón, es conocido por la fuerza rítmica de sus obras y dice Luis Adolfo Sierra que introdujo los fraseos octavados y los pasajes terciados a dos manos y dio las pautas de la interpretación con estilo, es por eso que músicos como Osvaldo Pugliese, Ciriaco Ortiz y Aníbal Troilo, por ejemplo, lo interpretaron.
Homenaje musical a Eduardo Arolas, por César Zagnoli y su trío
Hijo de dos inmigrantes franceses, Enrique Arola y Margarita Sauris, Eduardo Arolas- después agregó la “s”, porque le daba más sonoridad a su nombre, tenía una personalidad única, solía vestirse a la manera de los compadritos, las camisas tenían el puño abullonado, usaba guantes y encima de ellos ponía sus anillos. Cuentan que después se fue refinando y parecía un dandi.
Muy amigo de Francisco Canaro quien al principio le pasaba las creaciones a notación musical, sin embargo, Arolas después estudió solfeo, luego sería el bandoneonista más destacado de la orquesta Canaro-Firpo, agrupación gigante que daba lustre a los carnavales del teatro Colón de Rosario en el período de 1917-1918. Fue Francisco Canaro quien lo acompañó hasta el puerto para abordar el buque Lutetia, inocente de que en ese lugar de pañuelos, sin saberlo se habían despedido para siempre.
Sobre las causas de su muerte se ha especulado mucho, tenía 32 años cuando lo llevaron al hospital Bichat de París y allí murió el 29 de septiembre de 1924. Su genialidad musical entró en la dimensión mítica, el poeta Enrique Cadícamo dijo estos versos ante su muerte: “el bandoneón te rezaba/un responso compadrón (…)”
¡Ah! y también para este inolvidable personaje compuso León Benarós un poema:
“Si algún organito añejo
pasa por el arrabal
o alguien silba, bien o mal,
el tango Derecho Viejo,
nos estremece el pellejo
su responso milonguero
y un réquiem arrabalero
tirita en las calles solas:
es que rezan por Arolas
y hay que sacarse el sombrero”.
El tránsito y la permanencia de sus obras a través de los años demuestran que el genio compositivo de Arolas conduce a encontrar nuevos matices en sus tangos, es por esto y mucho más que ha perdurado en el tiempo. No en vano el escritor Jorge Luis Borges evocó su nombre cuando entonó el poema El tango:
“Gira en el hueco la amarilla rueda
de caballos y leones, y oigo el eco
de esos tangos de Arolas y de Greco
que yo he visto bailar en la vereda, (…)”
Sierra, Luis Adolfo. Historia de la orquesta típica: evolución instrumental del tango.