Con respecto a la JEP, que se le deje trabajar, que se le brinden todas las garantías para su labor y que se le cuestione lealmente y no con trampas.
Alejandro Gaviria cita en un tuit de esta semana una frase muy socorrida por los italianos en épocas de crisis políticas: “El enredo actual es grave, pero no es serio”. Precisa descripción para nuestra realidad actual.
Varias de las informaciones conocidas por los colombianos de a pie preocupan por no tener claridad sobre ellas. Veamos:
Dicen tres magistrados de la Sala de Revisión de la Justicia Especial para la Paz, compuesta por cinco, en decisión mayoritaria, que encontraron que debían otorgar la garantía de no extradición a los Estados Unidos al exguerrillero alias jesús santrich, por cuanto los hechos que le imputan los americanos no aparecen determinados en cuál fecha se realizaron. Una magistrada, Catalina López Díaz, afirma todo lo contrario y se aparta de la mayoría de la Sala argumentando que sí existen pruebas para afirmar que el implicado delinquió después de la fecha consagrada por los acuerdos que es la del primero de diciembre de 2016. He aquí la primera gran disparidad de afirmaciones que preocupa.
Una vez concedida por la JEP la garantía de no extradición a Santrich nos encontramos con otro hecho aún más preocupante y relevante: aparece en redes sociales un video que supuestamente confirma los hechos y la fecha cierta de ellos. Tan mediática prueba produce un efecto aparentemente devastador en contra de la JEP. Conocido el hecho la Justicia Especial deja claro que jamás recibió el video del cuento, lo que confirma la misma Fiscalía. Este episodio deja más preguntas que respuestas: ¿Quién tenía el video? ¿Lo filtró la Fiscalía? ¿Lo filtró la embajada gringa? ¿Qué buscaban ocultándole el video a la JEP? ¿Desprestigiarla? Va siendo claro que se pretendió inducir a un fallo equivocado a la justicia transicional.
Otro hecho que tampoco es claro y que reafirma que los acontecimientos son graves, pero no serios, es la decisión del viernes en la noche de la Fiscalía General de la Nación. Solamente un año después y luego de conocida la decisión de la JEP encontró, milagrosamente, las pruebas para dictarle una medida de aseguramiento a alias santrich por narcotráfico cometido después del 1° de diciembre de 2016. ¡Milagro! ¡Tenemos las pruebas! La libertad de alias santrich, ordenada por el juez natural, demoró lo suficiente hasta que la Fiscalía pudiere perfeccionar su decisión de última hora.
Resta señalar una incoherencia de marca mayor en el partido de Gobierno: En Colombia reclaman el cumplimiento del tratado de extradición con los Estados Unidos y la necesidad de ese mecanismo de cooperación internacional, pero en Estados Unidos, para defender al exministro Andrés Felipe Arias, juran que ese tratado no existe y que es injusto pedir que se lo apliquen al citado personaje.
Una acotación final: No me asiste ningún interés en el caso Santrich. Si es responsable y los hechos se dieron luego de la fecha ya citada, que le caiga todo el peso de la ley. De lo contrario, que no se cometa una injusticia. Con respecto a la JEP que se le deje trabajar, que se le brinden todas las garantías para su labor y que se le cuestione lealmente y no con trampas.