Con la presentación de los equipos y sus participantes, que serán en total 150, se da inicio hoy a la primera edición de la carrera ciclística Colombia Oro y Paz 2.1., la primera competencia avalada por la Unión Ciclística Internacional en territorio patrio a la que pueden asistir equipos World Tour, así como escuadras continentales profesionales y selecciones nacionales. Más allá de la compleja nomenclatura, el hecho concreto es que por las carreteras colombianas podremos ver rodar ¡por fin! a nuestros embajadores del ciclismo, a quienes por su nivel individual y por el prestigio de sus equipos, apenas podemos seguir por televisión.

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El hecho es trascendental en tanto el ámbito ciclístico mundial empieza a darle a Colombia la importancia que merece y que ha sido forjada durante más de cuatro décadas por nuestros “escarabajos” en las carreteras europeas. Desde ahora, no solo los pedalistas colombianos son protagonistas, sino que el país es territorio avalado para que los grandes equipos y  sus figuras puedan competir. Si bien por estas fechas la temporada apenas despunta y los corredores comienzan su trasegar hacia las emblemáticas competencias de tres semanas, el paso más difícil, que era que al país se le abrieran las puertas, ya se ha dado.

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La prueba tendrá un recorrido muy técnico, al mejor estilo de las clásicas del viejo continente, con finales en plano para que los grandes velocistas den su espectáculo, y con una etapa reina que es la que, muy probablemente, vaya a decidir la carrera. Los campeonatos nacionales de ruta élite, que se celebraron entre el viernes y ayer en Medellín, nos permitieron disfrutar de un pequeño abrebocas de lo que será la Colombia Oro y Paz 2.1. Sea la ocasión para felicitar a Egan Bernal, campeón contrarreloj, y a Sergio Luis Henao, bicampeón de la ruta, ambos ciclistas integrantes del poderoso Team Sky, quienes lucirán desde mañana mismo el tricolor nacional sobre sus camisetas de competencia.

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El logro que hoy celebramos y que nos permite soñar con que, en adelante, cada inicio de temporada podamos ver a los grandes del pelotón internacional en nuestro país, es fruto de una dedicada gestión realizada por el Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Ciclismo en cabeza de Jorge Ovidio González, cuyas ejecutorias al frente de la rectora del ciclismo nacional ha dejado positivos resultados en todas las modalidades del deporte de las bielas, especialmente en el bicicrós y en el ciclismo.

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Para EL  MUNDO en particular este hecho nos genera gran alegría, pues hemos considerado al ciclismo como el deporte que más fielmente refleja los valores que desde nuestra declaración de principios hemos promovido y que mediante el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil hemos fomentado entre nuestros lectores y amigos. En tanto deporte insignia, celebramos no solamente por lo que gana el país en cuanto a imagen internacional, sino por lo que ganan los aficionados, principalmente nuestra juventud, que podrá ver más de cerca a quienes están llamados a ser sus modelos a emular como ejemplos de sacrificio, disciplina, perseverancia y trabajo en equipo.

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La historia del ciclismo nacional tiene, pues, un nuevo hito a partir del cual seguir fomentando el amor por este deporte, no solo entre los aficionados y los dirigentes políticos sino, especialmente, entre la empresa privada. Deben ser muchos los jóvenes y niños con condiciones para relevar en el futuro a Nairo, a Rigoberto, a Fernando Gaviria, a Sergio Luis, a Miguel Ángel López, a Darwin Atapuma o a Egan Bernal, por mencionar solo a algunos de los nuestros. Ese apoyo es lo fundamental para que esos talentos puedan surgir y que el nivel de los nuestros siga creciendo de manera sostenida como ha ocurrido en la última década. Damos a todos los participantes una calurosa bienvenida y les expresamos nuestros deseos de que la competencia sea limpia y emotiva.