Refrescante el regreso al cultivo de extensiones y captar nuestros campos y los campesinos celebren su día, el que se les dio cuando Presidente, el Dr. Guillermo León Valencia
Los millones de campesinos que tenemos en esta patria, deben (debemos) sentirnos bien entusiasmados con las nuevas, según las cuales, luego de atajos y empujones violentos y muertes a granel, los hermosos y oxigenados campos, están siendo renovados adecuadamente. Refrescante el regreso al cultivo de extensiones y captar nuestros campos y los campesinos celebren su día, el que se les dio cuando Presidente, el Dr. Guillermo León Valencia.
Enaltecedor que regresemos a captar el oxigenado de nuestros campos y los campesinos celebren su día, el que se les dio cuando Presidente el Dr. Guillermo León Valencia.
Una política pública y agrícola, campesina, familiar y comunitaria, son básicas, como en el pasado, para el “renacer de la agricultura”. ¡Poco se ha hablado de “cifras positivas para el renacimiento del campo!”. En el 2018, se han cumplido 53 años del Día del Campesino. ¡Maravilloso un presidente que tuviese como meta fundamental, el campo y los campesinos…
(Hace poco leímos que hay países interesados en invertir en nuestro campo, con sendos recursos). ¿No están hablando “fuera de tarro”, quienes afirman que el agro ha estado relegado a ser una industria descuidada y “casi nada” lucrativa? Pero continúa siendo generador de empleo y crecimiento de la economía nacional y como se dijo, restaurador del campo, con resultados tangibles.
Y valga la oportunidad para repetir que el Gobierno Nacional está tomando medidas pertinentes en orden a que los ciudadanos, propongan y reciban de la mejor manera, a los viejos y queridos campesinos que tuvieron que abandonar parcelas o venderlas a “menos precio”, por obra y gracia de la malhadada violencia. El Sistema Nacional de atención y reparación integral a las víctimas y como lo registró este diario, “reclaman la urgente atención y acción de la sociedad y el Gobierno, con programas de prevención y erradicación de estas situaciones, que se legitiman, con el silencio y la indolencia”.
Disfrutamos de buenos vientos de sosiego nacional y de parcelas sembradas, florecientes y en pleno fragor agrícola.
¡Gracias a Dios y a las gentes de buena voluntad, son recibidas de la mejor manera, las “víctimas de la violencia,” en pos del anhelado crecimiento de la economía y la convivencia…
Nunca ha sido tarde para reparaciones y correcciones en los frentes del suceder nacional. Somos un pueblo “echado pa´lante”: optimista, sin embargo algunos sinsabores de laya varia.
Y de gran fe, en lustrosos programas de interés nacional.