Hay que ver el video para darse cuenta de que ni el propio funcionario sabe cómo van a realizar lo que pretenden.
La semana anterior pasó desapercibida una preocupante declaración de Emilio Archila, alto consejero presidencial para la Estabilización y la Consolidación del Posconflicto, con relación a la lucha contra el narcotráfico, específicamente sobre la sustitución de cultivos ilícitos. En un corto video de cuarenta y nueve segundos anunció que el combate contra el narcotráfico será integral, lo que implica que en primer lugar se usarán todos los mecanismos existentes para perpetuar la guerra, en segundo lugar, se llevarán métodos alternativos a los campesinos afectados y por último, la presencia del Estado a estas zonas.
Con respecto a la primera medida señaló que esto abarca tanto la erradicación voluntaria como la forzosa y que, además, por la forma en que lo informa, el Gobierno está ansioso por cumplir los estándares de la Corte Constitucional para reiniciar la aspersión aérea con glifosato. Es decir, como lo mencioné en una pasada columna, se continuará envenenando a nuestros campesinos, fauna, flora y de esta forma exponerlos injustamente a que su salud y la de sus familias se vea perjudicada por intereses que solo buscan hacer negocio con esta tragedia.
Sobre la segunda, y un poco confusa determinación, indicó que había que llevar formas y productos alternativos, proyectos agropecuarios e “incluso medioambientales”. Hay que ver el video para darse cuenta de que ni el propio funcionario sabe cómo van a realizar lo que pretenden. Parece más un saludo a la bandera, una forma políticamente correcta de decir que algo se va a hacer pero que aún no es clara la manera en que se va a ejecutar.
En cuanto a la última medida anunciada, es desconcertante que se diga que “finalmente debe llegar el estado y debe llegar el estado de la manera como lo estamos haciendo en los planes de desarrollo con enfoque territorial”. Así las cosas, es claro que lo que se está proponiendo es llegar primero con el "garrote", con toda la fuerza del estado sobre uno de los eslabones más débiles de la cadena del narcotráfico y después, con lo que quede, arreglar el daño causado.
Respetado Emilio Archila, sin bienes públicos, vías terciarias, cadenas logísticas, comercio justo -sin intermediación-, asociaciones y cooperativas, los proyectos de sustitución siempre estarán condenados al fracaso. Es necesario que el plan se inicie con la llegada del estado y no dejar a su suerte a esta población que sólo está tratando de sobrevivir. Es hora de replantear esta fallida, costosa y violenta estrategia de la guerra contra las drogas.