Miles de inmigrantes y refugiados se verán afectados por el veto que empezó a regir el pasado jueves.
La semana pasada el Tribunal Supremo de Estados Unidos, la máxima autoridad judicial de ese país, admitió evaluar el caso del veto migratorio propuesto por el presidente Donald Trump, permitiendo que se cumplan algunos de sus puntos.
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Mientras el Supremo estudia qué decisión tomará, las autoridades migratorias estadounidenses prohibirán la entrada a individuos de Irán, Somalia, Sudán, Siria, Yemen y Libia que no prueben que tienen “familiares cercanos” o tengan planes establecidos para trabajar o estudiar en el país norteamericano.
Asimismo, el pasado jueves entró en vigencia la prohibición de entrada por 120 días a los refugiados de los países a los que se le aplica la medida.
Durante el próximo periodo judicial, que va de octubre de 2017 a junio de 2018, el Supremo decidirá la constitucionalidad de la medida migratoria del mandatario, que estaba bloqueado por dos tribunales estatales que consideraron que Trump abusó de su poder, discriminó a los musulmanes como minoría religiosa y por omitir los derechos de los inmigrantes.
El jefe del Ejecutivo firmó el pasado 27 de enero una orden ejecutiva que entró en vigor de manera inmediata y que sembró el caos en aeropuertos de todo el mundo, ya que prohibió la entrada de vuelos procedentes de los países implicados en el veto y que, posteriormente, fue bloqueada por la Justicia.
“La decisión unánime de hoy del Tribunal Supremo es una victoria clara para nuestra seguridad nacional. Mi responsabilidad número uno como comandante en jefe es mantener seguro al pueblo estadounidense. La decisión de hoy me permite usar una herramienta importante para proteger a nuestra nación. También estoy particularmente satisfecho de que la decisión del Supremo fuera por 9-0", dijo Trump en un comunicado, difundido por la Casa Blanca.
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Ya se venía trabajando
La restricción de la entrada a ciudadanos de países de mayoría musulmana venía desde antes de la era Trump. El Senado trabajó, durante el gobierno del expresidente Barack Obama, un texto para endurecer la entrada de migrantes.
Para Mauricio Jaramillo, internacionalista y docente de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, la medida se cocinó en el legislativo y se amplió en el Ejecutivo, con Obama, y Trump lo aplicó agresivamente.
“Con Obama, era una iniciativa bipartidista. Cuando se planteó, la idea inicial no era un veto, sino aumentar los controles sobre los inmigrantes de ciertos países. Por lo tanto, a las personas que llegaban de Somalia, por ejemplo, se les aplicaba un estricto control para aceptar la entrada al país. Ahora, Trump prohibió completamente el ingreso. Tomó una decisión bastante radical”, manifestó el docente.
No garantiza la seguridad
Para Jaramillo, el veto de Trump, que según el mandatario “garantiza la seguridad del país”, no cumple con su objetivo.
“No la garantiza. Incluso le da oxigeno político a los que promueven el odio entre civilizaciones, reconfirma prototipos, profundiza las estigmatizaciones y caricaturiza al mundo musulmán”, aseguró el internacionalista.
Agregó que, además, el veto es un retroceso en la difusión, ampliación y aplicación de los derechos humanos en el mundo.
Por su parte, Juan Camilo Velandia, analista internacional y docente de la Universidad de la Sabana, afirmó que la idea del veto es generar una sensación de estabilidad y seguridad entre los ciudadanos.
“El hecho de que cuatro de los seis países estén en conflicto armado podría generar una sensación de seguridad. Sin embargo, medidas tan estrictas, como ese veto, generarán en los próximos meses un drama familiar impresionante”, afirmó Velandia.
Del hecho que se generen grupos de resistencia contra la medida, el docente de la Universidad de la Sabana argumentó que Estados Unidos es un país que, en este siglo, no ha generado grandes manifestaciones.
“EE. UU. ha demostrado que los grupos de resistencia , como Occupy Wall Street, que querían reinvindicar los derechos económicos, suelen tener influencia de corto plazo y mediático. Por lo tanto, es poco probable que se genere un grupo contra la medida”, concluyó Velandia.
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Hasta el cierre de esta edición, Hawai era el único estado que había cuestionado el alcance del veto migratorio ante un Tribunal Federal que acaba de entrar en vigor.