Mientras Rusia muestra los dientes, como en Crimea, los gringos no pasan del gruñido, que no se traduce en nada
El chavismo en Venezuela no se cae. ¿Qué lo hace tan perdurable y resistente a la muerte, o a su colapso final? A mi juicio básicamente tres factores, dos externos, por así llamarlos, y el otro interno. El primero de los foráneos es el apoyo de Rusia, China y Cuba. El respaldo ruso obra ante todo en lo político, pues en lo militar, si bien hay cierta asistencia, Moscú todavía evita comprometerse a fondo. En cuanto al sostén chino, éste, por contraste, se da en lo económico.
Lo importante es que ambas potencias pertenecen al Consejo de Seguridad de la ONU, con capacidad de frenar cualquier iniciativa que a ese nivel se intente para restablecer la normalidad en Venezuela. O sea, de vetar cualquier censura o decisión punitiva, que agravaría la situación del régimen. Una condena, o siquiera una simple amonestación emanada de ese organismo, según como se lea en el mundo conllevaría el riesgo de legitimar la tan esperada intromisión de grandes o medianas potencias como Estados Unidos o Brasil, que opten por intervenir no necesariamente mediante una incursión militar (lo cual sería escandaloso en el mundo actual) sino mediante un bloqueo naval, por ejemplo.
No olvidemos que Rusia, pese a que ya no es la potencia militar de otrora (la Unión Soviética de Stalin y Jruschov) todavía cohíbe e intimida a Europa y Estados Unidos, cuyo presidente ya está fichado por su continuo faroleo y repetidas amenazas, que nunca cumple en contra ninguno de sus rivales predilectos (Norcorea, Cuba, China, Irán y la misma Venezuela). Moscú, en cambio, sin mucho ruido se hace sentir con hechos: sus aviones, a modo de advertencia, sobrevuelan de vez en cuando a Venezuela y tiene algún personal allí prestando asesoría castrense. En cuanto a Cuba, es decisivo su aporte en labores de inteligencia, espionaje y represión.
Añadamos aquí que en el planeta la actitud de las dos grandes potencias conocidas ha cambiado: mientras Rusia muestra los dientes, como en Crimea, los gringos no pasan del gruñido, que no se traduce en nada, al menos hasta ahora. Y téngase la certeza de que sin la injerencia militar directa o indirecta de USA el régimen chavista mal que bien se sostendrá , por más tiempo del que suponemos. Así son las leyes de la guerra o del pulso que la sustituye entre fuerzas que se temen y recelan. La clave siempre está en la capacidad disuasiva, sea ésta real o simulada. Vale decir, en el miedo que al contendor se infunde.
En lo que a China respecta, a ella hoy solo la mueve el interés económico. Que Venezuela le pague su enorme deuda, o que se la compense con petróleo gratuito y garantizado por décadas, que no serían pocas.
El segundo factor que favorece al chavismo es la migración masiva, provocada o espontánea, lo cual lo exime de tener que alimentar y sostener a la clase media desamparada e inconforme. Emigra ella, la pequeña burguesía, y se acaba la oposición. Es la fórmula cubana, ya probada por lo ingeniosa y segura. Y, finalmente, otra herramienta que sostiene en pie la satrapía en mención es lo que hemos llamado el “monolito”. Pero ya explicaremos el alcance de estos dos flagelos.