Aunque acepta que es un grupo en formación, por la juventud de varios de sus jugadores, el técnico Octavio Zambrano destaca que el Poderoso puede ganar jugando buen fútbol.
Con 28 años en los bancos técnicos, la mayoría de ellos en el fútbol de Estados Unidos, luego en Hungría, Moldavia, Canadá, Ecuador y Colombia, el ecuatoriano Octavio Zambrano llegó al DIM dispuesto a recuperar no sólo el oficio futbolístico de un equipo venido a menos en los últimos años, sino también la fe de una afición que alimenta la esperanza de un renacer deportivo.
Y aunque no ha sido fácil, por las limitaciones para conformar la nómina, la salida de jugadores ya comenzado el torneo, los altos y los bajos de un proceso que inicia y el costo de las lecciones en el camino de aprendizaje para muchos jóvenes, el Equipo del Pueblo avizora hoy las fases definitivas del Finalización con más tranquilidad que dudas.
Por eso EL MUNDO habló con el técnico Octavio Zambrano, para conocer en detalle los momentos, las dificultades y las decisiones que ha tenido que enfrentar y adoptar en la conformación de un colectivo que entienda y exprese su manera de jugar.
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Profe, el comienzo fue de altos y bajos. Se arrancó muy bien, cuatro partidos sumando puntos y con una buena expresión futbolística, pero después el equipo cayó en un bache. ¿Qué pasó?
Cuando empezamos a estructurar el equipo lo hicimos con base en la nómina que teníamos, los jugadores que ya estaban en el club y los que debían llegar, entre ellos Didier Moreno, que hacía parte de ese primer grupo y Déinner Quiñones en el segundo. La idea era ir sumando piezas hasta lograr la estructura que pretendíamos. Pero sinceramente no había contemplado en ese proceso la posibilidad de que se iban a ir a jugadores. Con Didier (hoy en España) no sólo teníamos un jugador recuperador, fuerte en la marca y con buenas posibilidades en la elaboración, sino que era un líder dentro y fuera de la cancha. Y Déinner (hoy en México) era una cuota de creatividad.
La partida de Didier Moreno se notó mucho en la cancha, ¿pero fue más difícil su ausencia en lo deportivo o en lo anímico?
Así fue, la ausencia de Didier se sintió en lo deportivo, pero nos costó mucho más fuera de la cancha por lo que representaba para el grupo, por su carisma, liderazgo, empatía, lealtad, por tantas cosas que son parte de ese todo en el fútbol, y que realmente muchas veces no se ven. Esos intangibles que son tan importantes como los tangibles.
¿Desde ese punto de vista, fue un error traspasar a Didier Moreno al fútbol español?
No fue un error porque desde hace años el jugador soñaba con salir del país y recibir las regalías que eso le representaba en lo personal y lo profesional. A raíz de su transferencia, recibió su convocatoria a la Selección Colombia y seguramente ha mejorado su estándar económico. El error estuvo en que el DIM no tenía listo un jugador de sus características para reemplazarlo. Es inevitable que el DIM produzca jugadores de exportación pero de igual manera debe tener un plan estratégico deportivo para que el equipo no se resienta, es decir jugadores en línea para reemplazar a los que se van.
¿Cómo y cuándo entendió entonces que ya no era ese equipo que estaba pensando y que tenía que cambiar?
Con Didier teníamos un cabeza de área, Luis Luna era un complemento y Anchico y Ricaurte cumplían otras funciones, tenían más soltura. Pero cuando Didier se va no lo podíamos remplazar con Luna porque son dos jugadores diferentes. Ahí nos costó mucho y después de varios intentos lo que decidimos fue cambiar el módulo del medio campo, y en vez de jugar con un cabeza de área pasamos a un doble cinco, fue cuando entraron jugadores como Bryan Castrillón, que es un jugador que va por fuera y aporta dinámica, y con un cinco de ida y vuelta como es Larry Angulo. De cierta forma nos tocó rearmar el equipo, en virtud de la salida de Didier.
¿Y cómo incidió eso en el resto del equipo?
Esa situación hizo que emergieran más los otros referentes, Cano, Caicedo, David González, Anchico y Pertuz, jugadores con experiencia, que conocen el club y se dieron cuenta que había un vacío que había que llenar. Y lo hicieron. Por eso ahora estamos fortalecidos, no con un líder como lo era Didier, sino con un grupo de jugadores que son referentes para todos los otros. Ahí nos reforzamos en armonía, con personas que aportaron para llenar los vacíos.
¿La decisión de recurrir a jóvenes como Castrillón y Angulo en pleno bache futbolístico fue la última carta para salvar la idea o había plena confianza en que con ellos se encontraba el revulsivo que se necesitaba?
Cuando vimos jugar a Larry Angulo por primera vez decidimos inmediatamente que había que tenerlo, que en él había potencial, pero sabíamos que había que llevarlo, pulirlo, ayudarlo a formar. Pensábamos en él como un proyecto a largo plazo. Con Castrillón igual, desde el comienzo lo vimos bien en lo futbolístico, pero la verdad me pareció un poco débil en la contextura física e inmediatamente lo mandé con los preparadores físicos para fortalecer el tren superior. Después, a medida que fueron pasando días y semanas y él se fue afianzando, me di cuenta que no sólo era un gran jugador sino que tácticamente es un jugador con una inteligencia de juego especial, porque pese a su juventud entiende muy bien las tareas de ataque y defensa, las transiciones, sabe dónde ubicarse. Eso aceleró su proceso, porque lógicamente un jugador tan joven no tiene todo ese bagaje, sin embargo lo hizo.
Con Parra fue otro tema. Cuando lo vi jugar a él por primera vez fue por video porque era inminente su regreso al club, y sinceramente a mí no me cautivó porque lo veía como un jugador dedicado solamente a recuperar balón, a romper el juego, pero no tenía mucho juego de creación, no hace parte de un medio campo que logre hilvanar. Y a mí realmente ese tipo de jugadores no me cautivan, me gustan los jugadores polifuncionales, y yo se lo dije. Fuimos claros con él, le dije qué era lo que pretendía de él y que si lo lograba iba a tener su posibilidad. Y crédito a él, trabajó, trabajó y dio todo sin decaer. Siendo un muchacho que estaba prácticamente relegado, pasó a ser un titular importante en el equipo.
¿De ese equipo que usted reconoce en lo colectivo, qué es lo que más le gusta en lo futbolístico?
Este es un grupo que puede jugar buen fútbol y puede ganar jugando buen fútbol. Quizás a veces hemos pecado de ser un poquito inocentes por esa razón, cuando perdimos puntos importantes en postrimerías de partidos como fue con Cali y Junior, situaciones de errores mentales que son parte del crecimiento de un grupo y que confirman que muchos de nuestros jugadores tienen mucho que aprender todavía dentro de lo que es manejar un partido. Esa fue una lección costosa, pero así hay que aprender.
Pero lo que más me ha gustado de este grupo es que hemos sabido entender estas cosas y hemos ido aprendiendo, y eso me da la pauta de que este grupo tiene un techo mucho más alto, porque la mayoría de los jugadores que tenemos, excepto los más experimentados como David, Cano, Anchico, Caicedo, están en proceso de formación y ellos han demostrado que todavía pueden aprender e incorporar nuevos argumentos futbolísticos y eso es muy importante para un entrenador, porque uno siempre va a la cancha con la idea de potenciar al jugador, individual y colectivamente.
¿Está Andrés Ricaurte para Selección Colombia?
Ha hecho suficientes méritos para ser convocado, sigue creciendo como jugador y su potencial es inmenso. Estar rodeado de jugadores de nivel Selección lo terminaría de madurar como jugador, sigue incorporando argumentos deportivos, no cesa de aprender y el cielo es el límite.
Los jugadores extranjeros son los llamados a marcar diferencia, a ser referentes, pero en el Medellín el uruguayo Jonathan Barboza, el ecuatoriano Luis Luna y el argentino Alejandro Barbaro están a la espera mientras los más jóvenes asumen esos roles. ¿Cómo se maneja esa situación?
Es un tema que hay que saber manejar. De ellos Barbaro es el más joven y también está en proceso de formación, pero Luna y Barboza obviamente tienen un mayor nivel de exigencia, yo siento que ellos han aportado, pero su verdadera contribución se verá ahora que viene la liguilla final, en la que esperamos consolidarnos esta semana. Está demostrado que necesitamos de todos los jugadores, no solamente de los once que están jugando, esta es una nómina que incluye por lo menos 20 jugadores que tienen que rotar de una manera u otra y ahí cada uno hace su aporte.
Aquí hay una meritocracia, donde el hecho de ser extranjero no le asegura a un jugador el derecho de jugar. Juegan los que están más cerca de cumplir con lo que planteamos que se haga en la cancha. Entonces tras cambiar el módulo en el medio campo, siendo Luna más un cabeza de área doble cinco, no encajó como era y por eso el cambio, pero volvió el fin de semana -ante Jaguares- porque Larry Angulo estaba resentido y Luna lo hizo con solvencia, 60 minutos muy buenos y eso le dio a Larry el respiro que necesitaba. Ese tipo de situaciones también hay que verlas como valiosas, y así también esperamos que cuando Barboza se integre muestre su valor como jugador.
Faltando nueve puntos por disputar y con 29 en la tabla, el DIM se ve como uno de los seguros finalistas. ¿Para qué está el equipo?
Independiente Medellín siempre tiene que apostar por lo más alto. Con un equipo de este calibre, con esta historia y con esta hinchada, no podemos decir lo contrario, porque no sería coherente. Nosotros aspiramos a lo más alto, vamos poquito a poco dando pasos sólidos, hemos venido de atrás, empezamos bien, luego tuvimos un bache, pero creo que salimos airosos y siento que esa es otra fortaleza, entonces veremos qué tanto más podemos dar y crecer para concretar nuestro objetivo.
¿Qué respaldo tiene usted de la directiva?
Apoyo total, don Raúl Giraldo y yo llegamos a un acuerdo de los objetivos a mediano y largo plazo, y su apoyo nunca ha decaído. Ahora tenemos en Michael Gil un presidente con grandes ideas para potenciar esta poderosa marca que es el DIM.
A sellar el tiquete
El DIM espera asegurar matemáticamente su cupo entre los ocho clasificados a los Cuartos del torneo Finalización ante el ya clasificado Atlético Bucaramanga, en el juego que cierra este domingo la fecha 17 en el Atanasio Girardot.
El Poderoso, con 29 puntos, y el conjunto Leopardo, que suma 32 unidades, disputan el juego más atractivo de la antepenúltima fecha del torneo. Dos equipos en ascenso futbolístico, que han recorrido el torneo de menos a más y que llegan al remate del año fortalecidos anímicamente y con grandes pretensiones.
Probables alineaciones:
Independiente Medellín
David González
Elvis Perlaza
Jesús David Murillo
Hernán Pertuz
Sebastián Macías
William Parra
Bryan Castrillón
Larry Angulo
Andrés Ricaurte
Juan Fernando Caicedo
Germán Cano
DT: Octavio Zambrano.
Atlético Bucaramanga
James Aguirre
Jeisson Palacios
Marlon Torres
Jeisson Quiñones
Fabio Rodríguez
Gabriel Gómez
César Quintero
Bryan Rovira
Jhon Freddy Pérez
Sherman Cárdenas
Michael Rangel
DT: Flabio Torres.
Estadio: Atanasio Girardot.
Hora: 8:00 p.m.