Los médicos, que en un principio temieron por su vida, creen que tardará un mes en recuperarse aunque sufrirá secuelas físicas de por vida.
El soldado de Corea del Norte que logró desertar al Sur tras ser acribillado a disparos por el Ejército norcoreano salió el pasado sábado de la unidad de cuidados intensivos y fue trasladado a planta debido a la mejora de su estado, según informó el hospital.
El traslado se produjo antes de lo previsto ya que el desertor, de 24 años, se encontrara estable y sin fiebre tras recobrar la consciencia después de ser operado en dos ocasiones, detalló el Hospital Universitario Ajou (al sur de Seúl).
El soldado, apellidado Oh, recibió cinco o seis disparos de sus compañeros del Ejército norcoreano cuando el pasado 13 de noviembre cruzó la zona fronteriza conocida como Zona de Seguridad Conjunta (JSA) y malherido fue rescatado por miembros de las tropas surcoreanas.
Los médicos, que en un principio temieron por su vida, creen que tardará un mes en recuperarse aunque sufrirá secuelas físicas de por vida.
Durante las cirugías para extraer las balas al desertor, que padece además tuberculosis y hepatitis b, se le encontraron lombrices intestinales que contribuyeron a infectar órganos afectados por los disparos.
Esto muestra las duras condiciones de vida que soportaba el militar y constituye un reflejo de la actual situación que vive la empobrecida Corea del Norte, golpeada por las sanciones internacionales como castigo por sus programas de armas.
El equipo médico ha dicho además que el joven, cuya espectacular huida quedó documentada en varios vídeos grabados por cámaras de seguridad, muestra además síntomas de "estrés psicológico severo y depresión".
Si su estado continúa mejorando, Oh será trasladado en unos días a un hospital militar, informó la agencia Yonhap que calculó su tratamiento médico en 100 millones de wones.
En este sentido, el Ministerio de Unificación surcoreano confirmó que el gasto será "elevado" y que habrá que decidir qué departamento del Gobierno se hace cargo de esta inusual partida.
Por otro lado, el Gobierno de Corea del Norte decidió reforzar la seguridad y reformar la zona por donde se escapó este militar, para evitar nuevas deserciones de los cuerpos de seguridad.
Por estos días se han visto trabajadores del régimen trasplantando árboles y creando trincheras que bloquean el acceso a este sector, el cual es el único en el que las fuerzas armadas norcoreanas tienen contacto directo con el Ejército de EE. UU..