El primer espectador de nuestros barrios pobres

Autor: Laura Cecilia Bedoya Ángel
29 octubre de 2017 - 02:00 PM

Una voz experta que nos acerca a la relación de Jorge Luis Borges con el tango y con la vida de las calles  y las gentes de Buenos Aires.

Medellín

Cuando se quiere hablar de la fuente en que bebieron los poetas del tango, se debe visitar a un bardo que vivió en el barrio Palermo de Buenos Aires y que fue vecino de los Borges, y no sólo eso, sino que visitaba su casa los domingos después de asistir al Hipódromo, es por esto, bandoneón, que hoy quiero que seas testigo de un tema que tanto me apasiona.

Este muchacho que un día recitara en la casa de sus amigos el poema El misionero de Almafuerte, infundió el amor a la poesía a un niño llamado Jorge Luis Borges, quien refiere que no entendió nada de esa letra, pero que lo cautivó la musicalidad de los versos entonados por Evaristo Carriego.

Y es de este “Magro poeta de ojitos hurgadores, siempre trajeado de negro, que vivía en el arrabal”, de quien van a hablar estas líneas.

Se podría decir que Carriego fue quien mostró el barrio con todas sus desventuras y posibles consuelos a través de su poética.

Cuenta Borges que en 1929 se ganó el Premio municipal de literatura, y que además fue el galardón que más lo emocionó en toda su vida y se decidió, entonces a escribir sobre el antiguo vecino y su estudio lo llevó al tango. Pues bien, ese libro se llama Evaristo Carriego.

Cuando el escritor quiere perfilar al poeta objeto de su estudio, tiene que recurrir a la información de sus padres, al discurso fúnebre de Marcelo del Mazo-el mejor amigo de Carriego-a las notas de Roberto Giusti, y a las referencias de Álvaro Melián Lafinur y en fin, a otras personas, lo que hace que escriba en el inicio del capítulo : “Poseo recuerdos de Carriego: recuerdos de recuerdos, de otros recuerdos,(…)”

Lea también: Por la ausente

Y es bien importante, anotar que tanto Carriego como Borges fueron grandes caminadores de las calles de Buenos Aires, y por eso que, Giusti, quien escribió sobre el cantor del barrio describió una de sus facetas: “Su conversación, evocaba los patios de vecindad, los quejumbrosos organillos, los bailes, los velorios, los guapos, los lugares de perdición, su carne de presidio y de hospital. Hombres del Centro, le escuchábamos encantados, como si nos contase fábulas de un lejano país.”

 Y todo esto está reflejado en su libro póstumo La canción del barrio que está compuesto por poemas en los que se nos aparecen temas como aquel que habla de la niña huérfana que padece maltrato y que no sabe su verdadero nombre, todos la llaman por su apodo Mamboretá. Nombra a un Canillita (1) y aparecen el casamiento y el velorio, y no ha de faltar la muchacha enferma. No puedo dejar pasar la llegada del infaltable organito.

Sobre el último tema nos regaló esta entrañable poesía Has vuelto y la voy a transcribir:

Has vuelto, organillo. En la acera

hay risas. Has vuelto llorón y cansado

como antes.

El ciego te espera

las más de las noches sentado

a la puerta. Calla y escucha. Borrosas

memorias de cosas lejanas

evoca en silencio, de cosas

de cuando sus ojos tenían mañanas,

de cuando era joven…la novia…¡quién sabe!

Alegrías, penas,

vividas en horas distantes. ¡Qué suave

se le pone el rostro cada vez que suenas

algún aire antiguo! ¡Recuerda y suspira! (…)

Pianito que cruzas la calle cansado

moliendo el eterno

familiar motivo que el año pasado

gemía a la luna de invierno:

con tu voz gangosa dirás en la esquina

la canción ingenua, la de siempre, acaso

esa preferida de nuestra vecina

la costurerita que dio aquel mal paso.(…)”

Para Borges, este es el mejor poema de Carriego y exalta el verso “de cuando sus ojos tenían mañanas” y lo que sería un símbolo preferido por él, la articulación que hace con su otro poema La costurerita que dio aquel mal paso.

Lea también: Evaristo Carriego la poesía del bandoneón

Este tema del organito inspiró a Homero Manzi y a su hijo Acho para componer un tango memorable, El último organito, igualmente José González Castillo y su hijo Cátulo crearon el tango Organito de la tarde.

Hay una poesía que se llama La costurerita que dio aquel mal paso, donde se recogen las historias de las mujeres que se han marchado de sus casas muy seguras de las promesas de amor y que luego han sido engañadas, que dio origen a tangos que se pueden agrupar en la serie de las milonguitas. De esta fuente han bebido algunos compositores para los tangos Margo (2), Zorro gris(3) y Milonguita (Estercita (4).

Despido esta columna contando que su vida fue breve, murió de 29 años. Había nacido en 1883. Y así despidió Jorge Luis Borges, su semblanza sobre Carriego: ”Creo que fue el primer espectador de nuestros barrios pobres y que para la historia de nuestra poesía, eso importa. El primero, es decir el descubridor, el inventor.”

(1) Canillita: niño o adolescente que vende periódicos en la calle. Así lo llamó Florencio Sánchez porque e sus piernas eran delgadas como una canilla.

(2 )Margo. (tango). Música: Armando Pontier . Letra: Homero Expósito.

(3) Zorro gris. (tango). Música: Rafael Tuegols. Letra:Francisco García Jiménez.

(4) Milonguita .(Estercita). Música: Enrique Delfino. Letra: Samuel Linnig.

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