La crisis en Venezuela, el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia de Estados Unidos y la inmigración fueron temas fundamentales que se trataron en el vuelo hasta Roma.
El papa Francisco habló de Venezuela, Estados Unidos y Colombia en el avión que le trasladó a Roma. Abordó también ante los periodistas, asuntos como inmigración y medioambiente.
Francisco habló de la crisis humanitaria en Venezuela y la posibilidad de que se retire la ley que protege a los "soñadores", los menores inmigrantes que llegaron a Estados Unidos, a propuesta del presidente de ese país, Donald Trump.
El papa defendió el trabajo que el Vaticano ha hecho para intentar solucionar la crisis en Venezuela, pero observó que a partir de ahora Naciones Unidas "debe hacerse oír para ayudar".
La crisis en Venezuela ha estado muy presente en todo el viaje del papa a Colombia, que está recibiendo decenas de miles de venezolanos que huyen del país vecino.
Francisco se refirió a la situación venezolana ya en el viaje de ida, cuando pidió "diálogo" y "estabilidad" y luego, en Cartagena, instó al "fin de la violencia política" en el país.
Al responder a preguntas de los periodistas que viajaron con él sobre el papel del Vaticano en la crisis de Venezuela, Francisco dijo que la Santa Sede siempre "habló fuerte y claramente".
"Lo que dice (el presidente venezolano, Nicolás Maduro), que lo explique él. No sé qué tiene en su mente. Pero la Santa Sede hizo mucho", subrayó.
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El Vaticano "envió a un nuncio de primer nivel" para los diálogos que coordinaron los expresidentes dominicano Leonel Fernández y panameño Martín Torrijos y el exmandatario del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, explicó el papa.
Para Francisco, lo más doloroso en Venezuela "es el problema humanitario".
Actualmente el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al Hussein, afirmó que pueden haberse cometido "crímenes contra la humanidad" en Venezuela en el marco de las protestas antigubernamentales, y urgió al Consejo de Derechos Humanos a abrir una investigación internacional.
Como ya hizo en su viaje a Cuba, cuando por sorpresa efectuó un llamamiento para que Colombia, en plenas negociaciones con la guerrilla de las Farc, no perdiese la oportunidad de conseguir la paz, así ocurrió en este viaje.
Fue también durante el rezo del Ángelus cuando hizo un llamamiento por Venezuela.
"Expreso mi cercanía a cada uno de los hijos e hijas de esa amada nación, como también a los que han encontrado en esta tierra colombiana un lugar de acogida", agregó.
"Hago un llamamiento para que se rechace todo tipo de violencia en la vida política y se encuentre una solución a la grave crisis que se está viviendo y afecta a todos, especialmente a los más pobres y desfavorecidos de la sociedad", agregó.
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Durante la rueda de prensa de regreso, un cansado Francisco y con las heridas producidas por el golpe que se dio con el cristal del papamóvil, también dedicó espacio a la posible abolición de la ley que protege a los "soñadores" en Estados Unidos.
Aunque reconoció que no conocía bien los términos de la ley que pone fin al programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Daca), señaló que "separar a los jóvenes de la familia no es algo que dé un bueno fruto, ni para los jóvenes ni para la familia".
"Creo que esta ley viene no del Parlamento sino del Ejecutivo (de Trump), y si es así, tengo esperanza de que se repiense", señaló.
También criticó que se diga que se pretende invertir en África para resolver el problema de la inmigración, cuando en realidad sólo se "explota" el continente negro.
A propósito de la destrucción del medioambiente y la falta de toma de conciencia de ello dijo, citando al Antiguo Testamento para criticar la falta de medidas rápidas contra el cambio climático: "El hombre es un estúpido, es un testarudo que no ve. El único animal que tropieza dos veces con la misma piedra".