Gracias a los deportistas en muchas disciplinas el himno nacional ha sonado en múltiples podios por los logros de estos héroes que muchas veces con bajos presupuesto o incluso con recursos propios se enfrentan a los gigantes mundiales.
Entrada la recta final del 2019, un año lleno de turbulencias políticas para Colombia y el mundo, en donde el rey que ha marcado estos ocho meses es la polarización y el odio de los unos contra los otros y viceversa, el país ha tenido algunos momentos que nos han logrado unir, gracias a muchos compatriotas que con su esfuerzo le han mostrado al mundo qué, este país macondiano tiene otras facetas para hincharnos de orgullo al sentirnos colombianos.
El deporte es ese factor diferenciador. Gracias a los deportistas en muchas disciplinas el himno nacional ha sonado en múltiples podios por los logros de estos héroes que muchas veces con bajos presupuesto o incluso con recursos propios se enfrentan a los gigantes mundiales.
Para los jueces encargados de hacer la elección del deportista del año para este 2019 el asunto no va a estar nada fácil, las presiones de los representantes de las disciplinas deportivas que le han dado lustre a la tricolor nacional pujarán para que sus representantes sean los galardonadas, e infortunadamente, este aspecto se vislumbra como otro factor para la división entre aficionados, directivos y especialistas.
Las hazañas logradas en el curubito de los escenarios deportivos como son Wimbledon y el Tour de Francia rompieron con el mito de famosa frase de cajón “nos faltaron centavos para el peso”. La pareja en tenis Robert Farah y Juan Sebastián Cabal, como Egan Bernal en ciclismo, son los referentes para una nueva generación de deportistas que deben formarse con la mentalidad, que desde este país suramericano sí se pueden hacer grandes cosas.
Pero no solo Farah, Cabal y Bernal son los de mostrar. En otras disciplinas como el tiro con arco, en donde Sara López se alzó con el oro, el triunfo de María Camila Osorio en el US Open juvenil, llegando a convertirse en la número uno en el escalafón de la categoría, los innumerables logros de los deportistas en las diferentes competencias paralímpicas, los patinadores, los practicantes de hapkido, las futbolistas con su triunfo en los juegos Panamericanos en Lima, y otros deportistas que contribuyeron en estas justas en alcanzar las 28 medallas doradas, obligan a ir más allá de un ministerio del Deporte.
El apoyo por parte del Estado a los deportistas en sus diferentes etapas, desde la formación hasta el alto rendimiento, debe obedecer no a los antojos de la administración de turno, sino a una política clara, que defina los criterios propios que se requieren para que el país siga avanzado en una multidisciplinariedad deportiva logre izar la bandera en los escenarios en donde los competidores estén representando al país y no seguir, como en muchos casos con la práctica deportiva de la “carrera de la ponchera” para conseguir los recursos para la preparación y participación.
En este 2019 en especial y en años anteriores los deportistas colombianos han demostrado con creces que, con una acción planificada y seria, Colombia puede llegar a ser potencia americana en la práctica deportiva.
Pero como se dice, “amanecerá y veremos…”