La ciencia política le puso la lupa a los resultados de las elecciones territoriales, en un país como Colombia en el cual concluyó se percibe un pluralismo moderado.
La evaluación y el análisis desde la ciencia política realizado por el catedrático y político Armando Estrada Villa dejó al descubierto que el odio y el miedo fueron los grandes derrotados en los comicios del 27 de octubre.
Y esa estrategia sicológica con el elector y que empleó el Centro Democrático con éxito en las elecciones nacionales del 2018, no tuvo ningún eco en las urnas territoriales, pues a la gente no le dio miedo votar por una lesbiana en Bogotá y tampoco por Daniel Quintero en Medellín tras la durísima campaña sucia a la que fue sometido.
En ello, reiteró Estrada Villa, el uribismo se equivocó completamente.
Esta es una de las varias y muy interesantes radiografías que formuló este analista en el siguiente dialogo con EL MUNDO en torno a lo ocurrido en las elecciones del pasado 27 de octubre.
¿Para la ciencia política cuáles fueron los acontecimientos más relevantes o las preocupaciones que dejaron los comicios territoriales en Colombia?
En primer lugar hay que resaltar la enorme dispersión de partidos que tiene Colombia en la actualidad.
Podemos hablar de un pluralismo moderado porque se presentan los dos partidos tradicionales sensiblemente debilitados, pero aparecen nuevas fuerzas políticas que tampoco tienen mayor poder e influencia electoral.
Si uno analiza las elecciones de gobernaciones y alcaldías, no encuentra ningún partido predominante, encuentra que tanto los viejos como los nuevos tuvieron la necesidad de aliarse en muchas partes para tratar de sacar adelante sus proyectos políticos.
Entonces, se percibe un pluralismo moderado que da lugar a la dispersión del electorado y de los votos.
En esto tiene que ver mucho la inscripción por firmas, ¿cuál es su posición sobre este modelo electoral que tanto debate está levantando?
Mi posición es crítica frente a la inscripción por firmas.
Primero porque brinda una ventaja a los que emplean este sistema frente a los que se inscriben con aval. Empiezan la campaña con mayor anticipación y por consiguiente no están en el punto de partida todos los candidatos.
Además hay aspirantes que se inscriben por firmas sabiendo que hacen parte de un partido durante mucho tiempo. Es el caso de Germán Vargas Lleras que siendo el jefe de Cambio Radical prefirió inscribirse por firmas. También el caso de Aníbal Gaviria, que había sido alcalde y gobernador avalado por el Partido Liberal, y ahora para poder tener ventaja se inscribió por firmas y posteriormente recibió como debía ser y como nadie lo dudaba, empezando por él mismo, el apoyo del Partido Liberal que corrió a avalarlo en vista que era un candidato supremamente importante con enormes posibilidades de triunfo como después se demostró.
Lo de la inscripción de firmas es algo que se debe revisar y permitir que lo hagan personas que no hayan pertenecido a partidos políticos, que no haga parte de una estrategia, sino de una apertura democrática.
El país se debe abrir a nuevas fuerzas, a nuevas posibilidades, a nuevas personas que sin estar militando en los partidos, quieren participar en el certamen electoral, en lo que sí se justifica la inscripción por firmas, pero no en el caso de quienes han militado en un partido político durante toda la vida y que lo hacen para sacar ventaja.
¿Qué otro hecho político o resultado se destacó en las elecciones del 27 de octubre?
Hay que destacar como algo importante el triunfo de una mujer en Bogotá. Y no por ser mujer, sino por las características tan especiales que tiene la doctora Clara López, no solo es mujer y las posibilidades de ellas son muy limitadas en los grandes centros urbanos, sino también por su condición sexual porque fueron capaces en Bogotá de votar no sólo por ser mujer, sino también por su homosexualidad o su lesbianismo. Es un hecho positivo que la gente no Se asuste porque un homosexual aspire a algo o quiera escalar posiciones dentro del Estado.
¿Los partidos Liberal y conservador son hoy especies en vía de extinción?
No cabe la menor duda. El caso del Partido Liberal es dramático a partir del momento del proceso 8.000.
Elección tras elección el Partido Liberal ha venido disminuyendo votos. De seis y siete millones de votos ahora es un partido de dos millones de votos.
El Partido Conservador igual, de una votación como lo que tuvo con Pastrana, ahora tiene una votación de dos millones de votos.
Lo que muestra la decadencia de los dos partidos tradicionales es la forma como han mermado su caudal electoral, como han mermado su representación.
El Partido Liberal llegó a tener en Medellín ocho y hasta diez concejales y ahora sólo tiene dos, lo mismo que el Conservador. Y si uno mira en el escenario nacional también han perdido votos de manera importante.
¿Y qué decir del Centro Democrático, tampoco avanzó mucho o se estancó?
Ni siquiera se estancó, disminuyó.
El Centro Democrático en las elecciones de Congreso llegó a ser casi el 30% en Antioquia y Medellín, en el país fue cerca del 20% Disminuyó considerablemente desde el punto de vista porcentual tanto en Antioquia como en el país.
El Centro Democrático con todo y ser un partido nuevo, con ser dirigido por el político más importante del país, como es el doctor Uribe, también bajó su votación, si se compara el Senado y la Cámara del año pasado con las recientes votaciones de asambleas y concejos.
¿Y cuáles serían las causas para ese bajonazo del uribismo en las pasadas y recientes elecciones?
El país entendió que el proceso de paz hay que mantenerlo pese a todas las dificultades, a los líos que tiene, pese a las ventajas exageradas que les dan a los dirigentes de las Farc y con el tratamiento no muy adecuado a las víctimas.
Pero de todas maneras, yo creo, el país se sensibilizó que es mejor mantener el proceso de paz que destruirlo.
¿Y eso ha afectado al uribismo?
Claro que lo afectó.
Se dio cuando Márquez dijo que volvía a la guerra, el doctor Uribe sacó un trino diciendo había que modificar la Constitución para que la Farc no tuvieran esas ventajas, es decir, quería de cierta manera quitarle fuerza e importancia al proceso de paz y eso no tuvo ningún eco y la gente no lo aceptó.
Creo que el uribismo se presentó a estas elecciones sin la bandera que tanto éxito le habían dado antes, porque es muy fácil pedirle a los colombianos que odien a las Farc, que les dé miedo de ellas, pero a los colombianos no les da miedo de Claudia López y no tienen por qué odiar a una persona como Quintero en Medellín.
Entonces el argumento del odio y del miedo que tanto le sirvió al Centro Democrático en elecciones anteriores, tanto parlamentarias como presidenciales, no podía ser el discurso para unas elecciones locales como las del 27 de octubre.
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¿Por qué ganó Daniel Quintero y repitió Aníbal Gaviria?
Quintero ganó porque se presentó como un independiente.
Generalmente la gente vota por el partido, por el candidato o el programa. Los programas sólo atraen a los intelectuales y a las personas que saben leer y escribir de corrido, y las personas del común no se motivan por el programa.
Del partido ya hemos hablado que están desacreditados y no tienen la ascendencia que tuvieron en otra época.
Entonces, en la elección prima el candidato, Quintero ganó porque se presentó como independiente a diferencia de Ramos que se presentó como candidato de partido y siendo el Centro Democrático un partido aún muy nuevo también están desacreditados y ya no gozan del respaldo popular que tuvieron en otra época.
El segundo elemento por el cual ganó Quintero tiene que ver con los elementos que más se utilizan en política para tratar de convencer, que son el miedo, el odio, la esperanza y el descontento.
Cuando Ramos acudió al miedo y al odio, no había por qué temer y odiar a Quintero, cuando este montó su campaña sobre el descontento con muchas de las cosas que pasan en la ciudad, así Medellín haya sido una ciudad tradicionalmente bien administrada. Entonces él habló de la esperanza, del futuro y del descontento y allí radica la razón de ser de su victoria.
No se montó en un partido, no pidió odiar a nadie, eludió deliberadamente las riñas y los enfrentamientos y se montó sobre la esperanza, el futuro y el descontento.
¿Y por qué repitió Aníbal Gaviria?
Porque era un candidato muy fuerte y con un gran reconocimiento político y social, que había hecho durante su alcaldía y gobernación muy buena relación con los alcaldes y los dirigentes políticos de los municipios.
Por eso es que cuando él salió como candidato, en municipios aún conservadores hablaban bien de él, veían bien su nombre.
Las buenas relaciones que mantuvo, la forma como utilizó el poder cuando lo tuvo, para acercarse a la gente, para que la gente fuera atendida en sus reclamos y en sus peticiones así varias no se pudieran atender porque no todo lo que se pide el Estado lo puede conceder.
También ganó porque habló un lenguaje de conciliación, no buscó enfrentamientos, los que le buscaron pelea no encontraron en él un contendor, los que lo querían de sparring él eludió esa situación e hizo una campaña serena, tranquila sin enfrentarse nunca a nadie, sin pelear con nadie y en esta polarización de país cuando mucha gente está buscando fortalecer y ampliar la polarización, Aníbal Gaviria no quiso meterse en ese campo.
Entonces tenía prestigio, tenía programa y fuera de eso lo que tiene hastiado a los colombianos, la pelea, el enfrentamiento y la polarización, Gaviria no entró en ese campo.
¿Y cómo entender todo lo que pasó en la elección para la conformación de la Asamblea de Antioquia y el Concejo de Medellín?
Lo primero que hay que destacar es el triunfo en el Concejo y en la Asamblea del Centro Democrático y por ello en forma individual es el grupo político más significativo.
También significar que la renovación en sí no es mucha, porque aunque entran grupos alternativos y nuevos, la mayoría sigue estando en los partidos que han ejercido el poder en el departamento en los últimos años.
Otro aspecto es la derrota que sufrió el fajardismo, porque sus candidatos a cuerpos colegiados y al Ejecutivo no tuvieron un buen resultado, cuando aquí en la región eran los que le competían al uribismo y Fajardo era un hombre fuerte en la política antioqueña. Pero hoy ya lo ven como un político más después de tantos años de estar en ella y ocupar tantos cargos importantes.