Pese a las altas cifras de letalidad que deja la pandemia, el mundo intenta recuperar su actividad sin bajar la guardia frente a las medidas de protección.
Sigue creciendo en todo el mundo el número de contagios y muertes a causa de la covid-19. Para este mediodía, en cifras acumuladas que reporta el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, el mundo registraba 3'170.474 casos positivos, es decir 73.772 casos más que el martes; los fallecimientos llegaban a 220.324, con 6.799 decesos más que ayer; mientras que el número de personas recuperadas ascendía a 979.212, es decir 40.641 nuevos casos.
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Estados Unidos es el país con mayores cifras de contagios y muertes, 1'040.233 y 59.819, respectivamente; y en ese orden le siguen España 236.899 y 24.275; Italia 203.591 y 27.682; Francia 165.911 y 23.660; Reino Unido 165,221 y 26,097; Alemania 160.479 y 6.374; Turquía 117.589 y 3.081; Irán 93.657 y 5.957; China 82.858 y 4.633; Brasil 73.235 y 5.083; Bélgica 47.859 y 7.501.
Esos once países suman el 75.3% de todos los casos confirmados en el mundo, así como el 81.1% de todas las muertes causadas por la covid-19.
En este informe de las últimas horas, Reino Unido registró las mayores cifras con 8.072 casos confirmados y 5.005 muertes; y le siguen Estados Unidos 25.692 y 2.754; España 4.771 y 453; Brasil 5.047 y 409; Francia 69 y 367; Italia 2.086 y 323; Alemania 1.441 y 213; Ecuador 1.018 y 208; Bélgica 525 y 170; Países Bajos 386 y 145; Canadá 1.348 y 138; Suecia 681 y 107; Rusia 5.841 y 105; Turquía 2.936 y 89; Irán 1.073 y 80; India 2.336 y 69; Perú 2.491 y 72.
De los 3'170.474 positivos acumulados, 1'970.938 siguen activos: de ellos 1'910.467 (97%) se encuentran en condiciones leves y 60.471 (3%) en estado grave o crítico.
Los otros 1'199.536 corresponden a los casos cerrados, es decir que tuvieron un resultado: de ellos 979.212 (82%) son pacientes recuperados y 220.324 (18%) los fallecidos.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, aceptó que los gobiernos de todo el mundo están enfrentando enormes desafíos para proteger a las personas de la covid-19, pero llamó especial atención en que los estados de emergencia que algunos están implementando no deben ser usados en ningún momento como un arma para aplastar el disenso, controlar a la población, perpetuarse en el poder y mucho menos pueden ser medidas discriminatorias o atentar contra los derechos humanos.