Hay variedades de lobos: algunos de ellos, buenos estrategas, se saben confundir con las ovejas, sus víctimas y deliciosos manjares, tomando prestada de una de ellas el propio pellejo. El rebaño, ingenuo y con tendencia a un comportamiento uniforme, acoge al lobo de modo acrítico, como si fuera una de las suyas, cayendo en la trampa de la falsa apariencia del depredador.

Los seguidores del ecologismo radical son también ovejas hipnotizadas por un hábil discurso que proviene de unos cuantos cánidos cubiertos por una piel verde. Podría decirse que verde y también roja, pues en el fondo conceptual del activismo político ecologista hay también una poderosa carga de neo-marxismo. El australiano Peter Singer es uno de aquellos feroces depredadores.

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Ahora ha resultado que Singer se dirige a los colombianos recomendándonos con un tono benevolente y apaciguador algunas de las siguientes bellas ideas: “reconciliación”, “seguir adelante con la sociedad”, altruismo”, “eliminar la pobreza” “contribuir a una vida mejor para los otros…” (Portafolio, 03 04 2019).

El profesor australiano, reconocido por sus ideaciones sobre los derechos de los animales y la participación vehemente en la ideología de la neo-izquierda marxista, manifiesta incoherencias y contradicciones que no fueron tenidas en cuenta por el autor de la nota de prensa del medio bogotano, posiblemente por ignorar él mismo sobre quién estaba escribiendo.

A pesar de ser adalid de las ideas anotadas anteriormente, hay que destacar que el bioeticista australiano es abanderado del aborto eugenésico, de la práctica de la eutanasia y del infanticidio. De modo simultáneo, mientras defiende el vegetarianismo como actitud de respeto ante la vida, afirma tesis que lo hacen retroceder a lo más extremo y doloroso de la ideología nazi de los años treinta del siglo pasado: sus ideas son cuidadosamente maquilladas y soportadas por un edificio de retórica que está al alcance de muchos mediocres pero optimistas docentes de áreas humanas en diversos niveles universitarios locales.

Peter Singer imagina que hay seres humanos que no son personas. Pertenecen, según él, a la especie humana, pero su estado de compromiso mental o neurológico les impide acceder a la categoría que él mismo considera sí es la de las verdaderas personas: la autoconciencia, la reflexión, la aceptación de parte de las mayorías. Por tales razones, para aniquilar a aquellos que en criterio de Singer carecen de las condiciones de ser cabalmente dignos de respeto a su vida, sólo basta la voluntad del más fuerte: en este caso, adivinemos, la del propio académico Singer. El retorno a las “vidas que no merecen ser vividas”. Para colmo de paradojas, él ha olvidado -ofuscado por su necesidad revivir el de utilitarismo de Bentham- el origen judío de sus propios ancestros, como si no hubiese ocurrido un holocausto en el cual fue precisamente la pérdida de la medida de lo humano lo que estuvo en aquel trágico y equívoco núcleo argumental.

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El profesor de filosofía que ahora se anima a dar lecciones de buenas maneras a los colombianos “contribuir a una vida mejor para todos” puede repetir ése mismo discurso ante cualquier auditorio: ante los maoríes, los esquimales, los japoneses, los aficionados a los deportes y sensaciones extremas, o ante los colombianos. Pero son apenas palabras emitidas por un hábil y disfrazado depredador. No existe coherencia -ni la tal contribución a “la vida mejor para todos” cuando quien lo dice en el “todos” excluye a los que él mismo les niega la condición de persona. Un lobo cubierto por una piel verde está merodeando por ahí y algunas ovejas confundidas salen a su encuentro. Es una realidad que tiene algo de cómico, pero mucho de trágico.

Comentarios:

Edgar
2019-04-16 12:44:28

Peter Singer! Claro que le conocemos al menos algunos de sus planteamientos como ateo confeso. Tiene una visión particular de Dios que, según él afirmaba, debió crear un mundo sin sufrimiento, si es que es tan poderoso. Al paso le salió el padre Alfonso Llano Escobar, otro bioético muy serio que le replicaba con argumentos contundentes en el periódico El Tiempo de Bogotá. En síntesis, escribió el Padre Alfonso Llano, Dios no creó el sufrimiento, "somos los seres humanos los causantes del sufrimiento que llena la tierra." "Si Dios interfiriera la libertad humana se contradiría y ya no sería éste mundo","superar el problema del mal es asunto de fe, de la cual carece Peter Singer. Martin Luther King, Gandhi, y Teresa de Calcuta fueron creyentes que vencieron el mal con el bién".

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