Recomendaciones, a partir de los análisis de la RAE, sobre el uso del idioma y la pandemia
1. Se habla de emitir “coronabonos”. ¿Se puede formar esta palabra?
Dice la RAE: es correcto; el español cuenta con diversos procesos de formación de palabras. Es adecuado crear el acrónimo coronabono a partir de coronavirus y bono. No hay certeza sobre si estos coronabonos se concretarán en la emisión de deuda europea mutualizada, esto es, avalada por todos los miembros de la Unión Europea, o en la concesión de préstamos comunitarios en condiciones excepcionales.
2. Vacuna contra la COVID-19, mejor que contra el coronavirus
Las expresiones vacuna contra la COVID-19; vacuna anti-COVID-19, son preferibles a: vacuna contra el coronavirus, para referirse a la que se está intentando obtener para frenar la pandemia, lo explica la Real Academia Nacional de Medicina. Pueden formarse expresiones con el mismo significado empleando el prefijo anti-.
En el lenguaje médico y en el español general, se habla tanto de vacunas contra una enfermedad (vacuna antigripal) como de vacunas contra el virus o la bacteria que las provocan (vacuna contra el virus del papiloma humano).
Resulta más preciso hablar de vacuna contra la COVID-19, que es el nombre de la enfermedad establecido por la OMS. Vacuna contra el coronavirus es una fórmula más imprecisa, pues existen otros coronavirus diferentes del SARS-CoV-2 (el causante de la actual pandemia), por lo que en todo caso habría que usar la forma más compleja: vacuna contra el SARS-CoV-2.
3. Con el prefijo anti-
Se usa este prefijo seguido de un adjetivo derivado, a partir del nombre de la enfermedad o del agente que la causa: vacuna antidiftérica, vacuna antirrábica, etc.
Para esta enfermedad, el adjetivo sería: covídico/a, y el del virus: coronavírico o coronaviral, todos correctos, aunque su uso es muy escaso. A partir de ellos, podrían formarse las expresiones: vacuna anticovídica, en referencia a la enfermedad, y vacuna anticoronavírica o vacuna anticoronaviral, en relación con el virus. (RAE)
4. Tasa de mortalidad y tasa de letalidad
La tasa de mortalidad se calcula tomando como referencia a la población total, mientras que la tasa de letalidad solo tiene en cuenta a las personas afectadas por una determinada enfermedad, por lo que no conviene confundir ambas expresiones.
El Diccionario de términos médicos, de la Real Academia Nacional de Medicina, define (tasa de) mortalidad como la ‘proporción entre el número de fallecidos en una población durante un determinado lapso de tiempo y la población total en ese mismo período’ y (tasa de) letalidad como el ‘cociente entre el número de fallecimientos a causa de una determinada enfermedad en un período de tiempo y el número de afectados por esa misma enfermedad en ese mismo período’. Uso adecuado: Madrid tiene una tasa de letalidad del COVID-19 del 7 %. La tasa de letalidad en Alemania es unas 20 veces más baja que en España y 40 veces menor que en Italia.
5. Víctima no es solo 'víctima mortal’
El sustantivo víctima se refiere tanto a las personas que han sufrido un contagio como a las que han muerto como consecuencia de él.
Como se indica en el Diccionario panhispánico de dudas, una víctima es tanto una ‘persona que padece daño’ como la que ‘ha muerto por causa ajena o fortuita’.
6. Infodemia
El término infodemia, que se emplea para referirse a la sobreabundancia de información (alguna rigurosa y otra falsa) sobre un tema, está bien formado y, por tanto, se considera válido.
Uso adecuado: Infodemia en internet: la desinformación se volvió el mejor aliado del coronavirus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también advirtió sobre una infodemia. El peligro de la infodemia de noticias falsas frente a la COVID-19.
La Organización Mundial de la Salud emplea desde hace tiempo el anglicismo infodemic para referirse a un exceso de información acerca de un tema, mucha de la cual son rumores que dificultan que las personas encuentren fuentes y orientación fiables cuando lo necesiten.
En español se está empleando el acrónimo infodemia, que es adecuado tanto si se considera formado a partir de las voces: información y epidemia, como si es el resultado de la adaptación del anglicismo. Por esta razón, no es necesario destacarlo con comillas ni cursiva.
Y, por ser un sustantivo común, se escribe con inicial minúscula.
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A solas con nosotros mismos, podemos realizar ese “viaje a la sinceridad”. Encontrarnos con nosotros mismos, saber exactamente cuánto valemos, qué deseamos y cuál es el costo que estamos dispuestos a pagar, en moneda de virtudes y sacrificios, de lealtad y trabajo, de fe y benevolencia, de generosidad y discreción, de disciplina y humildad.