El homicidio no puede convertirse en algo normal

Autor: Guillermo Benavídez
29 octubre de 2017 - 12:32 PM

En promedio, en Medellín son asesinadas tres personas cada dos días. Los casos aumentaron con respecto a 2016. Las principales causas de los homicidios, según las autoridades, están en el enfrentamiento entre grupos ilegales y la intolerancia.

Medellín

El hombre se cree con el derecho de hacer cualquier cosa para asegurar su supervivencia, sin importarle el otro, a quien, si es necesario, eliminará. Lo dijo el filósofo inglés Thomas Hobbes (1588-1679), quien afirmaría, además, que ese es el estado natural del hombre. Pero luego, cansado de esa circunstancia, el ser humano habría buscado a sus pares, con quienes creó leyes y un Estado. Leyes que dicen qué es bueno y qué es malo. Y un Estado que amenace con castigar a los hombres para que haya obediencia y respeto.

Tal vez Hobbes, puesto en Medellín, el pasado viernes 27 de octubre, el día 300 de este año, en horas de la mañana, habría dicho que, ciertamente, el hombre es violento, brutal, que no obedece la ley y mucho menos es respetuoso.

Su argumento estaría basado en lo siguiente. Esa mañana, en la capital antioqueña, las autoridades reportaron tres diligencias de inspección a cadáver en las comunas 4-Manrique, 13-San Javier y 16-Belén.

Mediante llamada al 123, un joven reportó una novedad en la calle 71A con carrera 31, barrio Manrique. En una vivienda fue hallado el cuerpo sin vida de una mujer de 40 años. El general Óscar Gómez, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, indicó que la víctima, al parecer, fue apuñalada en horas de la madrugada.

En Belén Malibú, en el parque, fue avistado por un vecino del lugar el cadáver de una persona dentro de un costal negro. Los peritos lo trasladaron tal cual a Medicina Legal, donde determinarán el sexo y las probables causas de la muerte.

Y en el barrio El Pesebre, de la comuna 13, los vecinos del lugar reportaron que a eso de las 8:00 a.m. escucharon 8 disparos. Dentro de un vehículo fue asesinado un hombre que vestía sombrero y carriel y que fue identificado preliminarmente como Juan Pablo Arenas Zea, de 34 años. Esos tres casos elevaron la cifra de homicidios en la ciudad a 461 en 2017.

Hobbes, rebasado por la absurda y cruda realidad de Medellín.

Seguridad, cultura y participación, los mayores retos de Medellín

Todo homicidio es doloroso, lamentable

Nada justifica un homicidio, afirmó en diálogo con el periódico EL MUNDO Andrés Felipe Tobón Villada, secretario de Seguridad de Medellín. “Por eso, cada que se reportan asesinatos, como los del viernes, declaramos lo doloroso y lamentable que es. Hay una familia que sufre. Esto no puede convertirse en algo normal”, expresó Tobón.

El funcionario señaló que entre el 1 de enero y el 26 de octubre de este año fueron asesinadas 458 personas, 19 casos más que en igual periodo de 2016, cuando la cifra fue de 439.

“En la distribución de la tipología del homicidio, encontramos que el 50 % de estos casos está vinculado a combates entre estructuras delincuenciales, que se compiten las rentas criminales del territorio, buscando el dinero de la extorsión, del microtráfico y de otras dinámicas”, destacó el secretario. Esa competencia entre ellos, añadió, genera situaciones de violencia homicida. “Y preocupa más aún que otro 30 % está vinculado con asuntos de convivencia. Muchos de esos hechos se presentaron después del consumo irresponsable de bebidas alcohólicas y de estupefacientes”, resaltó Tobón.

En igual sentido se pronunció el general Gómez. “81 casos obedecen a problemas de convivencia y violencia intrafamiliar. Por falta de cultura ciudadana. ¿Cómo es posible que entre familiares y vecinos se estén matando?”, apuntó el comandante de la Policía Metropolitana. Aclaró también que la institución intensificó su tarea de hacer cumplir el Código Nacional de Policía y Convivencia. “Los casos más denunciados son el exceso de ruido y el consumo de licor y estupefacientes en espacio público. Empezando octubre, un mecánico de 39 años, Alejandro León Londoño Espinosa, fue asesinado con arma blanca por un vecino por intolerancia. Los dos estaban cada uno en su apartamento en el barrio Robledo escuchando música en un nivel alto. Cuando uno de ellos se sobrepasó con el ruido, el otro fue y lo atacó. Un joven de 22 años le arrebató el cuchillo y con él mismo lo agredió. Intolerancia total. Lo capturamos y la Fiscalía investiga el caso”, recordó.

El oficial señaló que, en cuanto a los homicidios asociados a la delincuencia, en Medellín el contexto es diferente al resto del país. “Acá la delincuencia está organizada. Eso no pasa en el resto del país. Cada banda tiene su cabecilla, su estructura. Cuando les capturamos a los cabecillas o a otros integrantes, ellos se reacomodan. Los que quedan quieren ocupar esos lugares y eso genera violencia. Ellos solo saben hablar con la muerte. Hemos capturado 35 cabecillas y otros 992 integrantes de la parte baja de la estructura. Y cuando eso pasa, se presentan los homicidios. Igual trabajamos con mucho empeño para que no haya una muerte más en la ciudad. Con acciones, operativos, con el apoyo de la Alcaldía, de sus secretarías, estamos adelantando campañas, visitando a la comunidad, llevando la oferta institucional para que sus gentes opten por la vida pacífica”, indicó Gómez.

En el Centro, la seguridad es tarea de todos

Es un problema cíclico

Aunque Jaime Fajardo Landaeta, analista del conflicto, columnista de opinión y exdirector de Derechos Humanos de la Gobernación de Antioquia, está de acuerdo en que la intolerancia y la delincuencia son grandes determinadores de homicidios en Medellín, subrayó que la alta concentración de miseria y pobreza en muchos barrios de Medellín y la falta de oportunidades son factores detonantes de esas intolerancia y delincuencia.

“El problema de seguridad, convivencia y paz sigue siendo estructural en la ciudad. Se repite cíclicamente. Desde la época de Pablo Escobar venimos tratando de afrontarlo, pero cada que una administración diseña su propio plan de trabajo empezamos de cero, se desperdician grandes avances. Tenemos un problema serio y es el modelo económico de la ciudad. La Administración no llega a donde hay gran cantidad de gente marginada, desplazada, gente excluida de los servicios públicos. En cambio allá sí penetró y se quedó desde hace muchos años el narcotráfico”, formuló Fajardo Landaeta.

Manifestó el analista que en los barrios de la periferia un gran número de personas no tiene un empleo digno. “Y nadie se pregunta de dónde sacan el dinero para sobrevivir. Muchos viven de las rentas ilegales. Se crean estructuras alrededor de ellas. El negocio crece y ya no solo es narcotráfico, también extorsión y lavado de activos. Se hace muy apetecido, nadie lo abandona y por el contrario se pelean por ocupar esos puestos en la ilegalidad. Algo está fallando”, declaró Fajardo.

Guerra entre combos también afecta a Robledo y San Javier

Alianza criminal del norte

Sostuvo Luis Fernando Quijano Moreno, director de la Corporación para la paz y el Desarrollo Social, Corpades, que el aumento de homicidios en Medellín en los últimos tres meses obedece a un reacomodamiento del crimen urbano.

“Eso trae enfrentamientos que producen muerte. En Robledo, Altavista y San Javier en este momento se presenta un fenómeno y es que hay una alianza criminal del norte, integrada por los combos y estructuras del municipio de Bello, en alianza con las autodefensas gaitanistas, que se están apoderando de los territorios de los pesebreros.

Esta alianza inclusive se apoderó de Barbosa, Copacabana y Girardota y también estarían en Briceño, Anorí, Ituango, Segovia, Remedios y Vegachí. Es un nuevo modelo de control territorial. Están negociando, se están consolidando y en donde toca, se enfrentan”, aseguró Quijano.

Estrategia de seguridad no es lo suficientemente ambiciosa: analistas

Arrebatarle territorios al crimen

Fajardo Landaeta pidió penetrar en las comunidades abandonadas por el Estado, aprovechando el posconflicto. “Un plan para tratar a profundidad todos estos problemas de desplazamiento, de pobreza, desempleo que perviven en Medellín. La niñez y la juventud están altamente propensas a sucumbir ante la delincuencia en estas comunas. Medellín no tiene los instrumentos y mecanismos para acabar con la ilegalidad, no los tiene y no puede creer que los tiene porque si es así, están fallando, no sirven. Se requiere una propuesta de fondo y el posconflicto ofrece una oportunidad clara para solucionar a cabalidad toda esta problemática, pero si nos decidimos a hacerlo”, explicó.

Fajardo Landaeta se mostró preocupado con el incremento de lavado de activos. “Es aberrante. En Antioquia, en el Valle de Aburrá, en Medellín se presenta y no está en manos de los combos ni bandas en los barrios. El lavado de activos, producto del contrabando, del narcotráfico, rentas ilegales está llegando a la economía legal. ¿Quién está propiciando todo eso? Será posible que esto se trate en un proceso de posverdad? De ser posible, ¿qué hacer para que en esto también opere la Justicia Especial de Paz?”, se preguntó el analista.

Quijano, por su parte, recomendó a la Alcaldía que adelante una lucha más decidida, en conjunto con la Fiscalía y la Policía, para arrebatarle territorios al crimen. No solo con presencia policial, sino con programas, porque “está demostrado que las capturas solo ayudan a modificar las cúpulas criminales”.

También se expresó acerca del lavado de activos, del cual dijo que “economías legal y criminal andan a la par y hasta se fusionan”. “No nos han dicho la verdad de la economía criminal en Medellín. Y todo pasa en las narices de la institucionalidad. Los bancos ayudan. El sistema financiero contribuye y no nos digamos mentiras, esa actividad ayuda a la economía de un país que subió los impuestos, no da empleo, está endeudado, está en absoluta crisis. Entonces ellos callan porque los ilegales son los únicos que pagan cumplidos los arriendos, los servicios, los impuestos, invierten, compran vivienda, construyen edificios. La economía hoy la mueven ellos. Los demás, los honestos comerciantes, se están quebrando o ya están en la quiebra. No es descabellado que con la JEP investiguemos, se recuperen los activos que están en manos del crimen, que se devuelvan los muebles e inmuebles. Falta sí resolver cómo se haría todo eso”, remató Quijano.

El general Gómez confirmó que desde Bogotá se adelanta la investigación para desmantelar esa alianza criminal que impulsa el lavado de activos. “La Dijín y el CTI vienen trabajando en eso. Las investigaciones sobre empresas y empresarios que están vinculados con estructuras criminales para lavar dinero ilegal están en la mira de la dirección central”, reveló el general.

Atacar el bolsillo de la ilegalidad es un tema que tiene claro la Alcaldía. Andrés Tobón manifestó que la Administración Municipal trabaja en afectar las rentas criminales para que el dinero sucio no siga circulando. “Somos la única ciudad que tiene convenció con la Unidad de Información y Análisis Financiero, Uiaf, que dirige Juan Francisco Espinosa Palacios, con la intención de colaborar de la manera más abierta posible con toda la información que tiene Medellín para que detecten a dónde se están yendo esos dineros lavados en la ciudad, para que estos dineros se retiren, se capturen a los responsables y tengamos una extinción de dominio clara en Medellin. Es una prioridad para nosotros”, concluyó.

Homicidios Medellín

Entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2017

Por grupos de edad

Menores de edad: 37 (29 hombres, 8 mujeres)

Mayores de edad: 367 (334 hombres, 33 mujeres)

Total: 404 (363 hombres, 41 mujeres)

 

Grupos con más víctimas

Entre 20 y 24 años: 85 (82 h 3 m)

Entre 25 y 29 años: 66 (60h 6 m)

Entre 30 y 34 años: 60 (51 h 9 m)

Entre 35 y 39 años: 38 (hombres)

Entre 18 y 19 años: 29 (27 h 2 m)

Entre 15 y 17 años: 25 (20h 5 m)

Entre 40 y 44 años: 25 (21 h 4m)

 

 

Primeras víctimas según ciclo vital

Adolescencia (30 asesinatos)

Juventud (174 asesinatos)

Adultos (173 asesinatos)

 

Víctimas según nivel de escolaridad

Bachilleres: 127 (12 mujeres)

Solo primaria: 192 (23 mujeres)

 

Víctimas según estado conyugal

241 solteros (41 mujeres)

88 unión libre (11 mujeres)

28 casados (2 mujeres)

 

Víctimas según mecanismo

261 arma de fuego (19 mujeres)

85 cortopunzante (9 mujeres)

 

Según lugar de comisión del asesinato

238 en vía pública (16 mujeres)

59 en la vivienda (16 mujeres)

 

Total muertes violentas en Medellín

Entre enero y septiembre de 2017

(Homicidios, accidentes de tránsito, muertes accidentales, suicidios)

828 (695 hombres, 133 mujeres)

 

Total muertes en Colombia

Entre enero y septiembre de 2017

(Homicidios, accidentes de tránsito, muertes accidentales, suicidios)

16.602 (14.172 hombres, 2.420 mujeres, 10 indeterminados).

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses

Fuente: Sistema de información para la seguridad y la convivencia de Medellín, Sisc

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