Los dos extremos políticos en que se fracturó la campaña electoral para la primera vuelta, se volverán a enfrentar en la decisiva segunda ronda del 17 de junio.
Gustavo Petro e Iván Duque disputarán la segunda vuelta electoral.
La gran encuesta de las urnas de este domingo confirmó todas las predicciones de las empresas encuestadoras a lo largo de la campana electoral y Colombia deberá recurrir en tres semanas, por quinta ocasión tras la nueva Constitución de 1991, a una segunda vuelta para definir el presidente número 60 de la historia republicana de esta nación.
Y tal como lo vaticinaron los sondeos de opinión y de intención de voto en el último tramo del debate electoral, el próximo 17 de junio se medirán en esa segunda ronda la derecha y la izquierda, los dos extremos políticos y programáticos en que se fracturó la lucha democrática por el poder presidencial colombiano, pero ante todo será una dura emulación entre la institucionalización y la incertidumbre en el manejo del futuro de esta nación.
Como lo habían estimado seis empresas encuestadoras, unas más cercanas a otras a la verdad electoral de este 27 de mayo, la gran final por la Presidencia de Colombia la definirán el abogado y experto en finanzas y hacienda pública, el centro derecha y de estirpe uribista, Iván Duque Márquez, quien ganó la primera vuelta con más de 7.5 millones de sufragantes a favor, y el economista de izquierda democrática y exguerrillero Gustavo Petro Urrego, quien con su segundo lugar y 4.8 millones de tarjetas electorales, lleva a la política contestaría por primera vez en la historia política y electoral nacional, a disputar en forma real y en repechaje la conducción de la nación.
Sin embargo, Petro no la tuvo fácil y se tuvo que esperar a que el preconteo, que no es escrutinio, de la Registraduría Nacional del Estado Civil llegara al 90 por ciento de la votación depositada para confirmar su reñida ventaja sobre un sorprendente Sergio Fajardo Valderrama, quien escasamente fue vencido por menos de 300.000 votos, al contabilizar 4.5 millones de sufragios y lograr el tercer y meritorio guarismo electoral.
Los resultados de la muy tranquila jornada electoral también confirmaron los vaticinios que anticipamos en los trabajos de análisis en EL MUNDO sobre que habría segunda vuelta en junio y que la votación sería de unos 19 millones de votos, pues con el 99.75%, se alcanzan los 19.6 millones de sufragantes.
Esta votación total también es muy diciente, pues superó ampliamente el récord que se había impuesto en los pasados comicios legislativos del 11 de marzo, cuando tanto para el Senado como en la sumatoria de las Cámaras regionales 17.8 millones de colombianos salieron a votar.
Pero otro hecho electoral significativo que dejó este domingo la asistencia de los electores a las urnas, es que se batió la marca en el porcentaje de participación que databa desde la primera vuelta presidencial de 1998 entre Andrés Pastrana y Horacio Serpa, como principales contendores. Ese año la participación fue del 52% y por primera vez se pasaba el umbral del 50% derrotando a la abstención, que siempre ha sido muy alta en Colombia, pero que es una situación que también es un fenómeno mundial.
Con los por ahora 19.6 millones de votos, a las urnas concurrió casi el 53.3% de votantes de los 36.3 millones de ciudadanos habilitados para sufragar. El récord global está en 56% pero para la segunda vuelta presidencial de ese mismo 1998 entre el ganador Pastrana y Serpa, y cuando el pacto de una zona de distensión para las Farc fue el promotor del triunfo pastranista.
Aparte de la extraordinaria presentación electoral del candidato del Partido Verde, del Polo y del movimiento Compromiso Ciudadano con Sergio Fajardo, la debacle y la paliza de los otros candidatos del llamado centro político fue total y se convirtió en la despedida como dirigentes presidenciables de Germán Vargas Lleras y de Humberto De la Calle, pues entre los dos no sacaron ni siquiera los dos millones de votos.
Duque aseguró su triunfo al recibir al apoyo popular en 22 departamentos, entre tanto Petro fue el más votado en nueve regiones y Fajardo fue el gran triunfo en Bogotá.
También la jornada electoral fue una humillación sin precedentes para estructuras partidistas como la Liberal, la U, Cambio Radical y parte del conservatismo que se hundieron en el profundo precipicio de la derrota arrastrados por Vargas Lleras y De la Calle.
La hecatombe es de enormes dimensiones y consecuencias para el Partido Liberal, que seguramente llevará a la renuncia a su director nacional el expresidente César Gaviria Trujillo, a quien su propio partido le acaba de cobrar sus errores en la conducción del liberalismo colombiano, que queda herido de muerte y si no se refunda y corrige su camino, va camino a su propia extinción.
Otro gran derrotado es el saliente gobierno de Juan Manuel Santos y su partido de la U, a quien las urnas le dieron una despedida o entierro de tercera categoría, lo que ya también se sabía que podría ocurrir, toda vez que los sondeos de imagen lo dan desde hace rato como el jefe de Estado en la vida nacional con el más bajo índice de popularidad en las postrimerías de su mandato.
El que sigue muy vivo en la política de Colombia es el uribismo, pues su jefe natural, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, acaba de acertar con su varita mágica y ya tiene con un pie en la Casa de Nariño a un desconocido, de quien hace cuatro años nadie tenía noticias en Colombia y en ese lapso se puede convertir, o ya lo es, en la gran revelación de la política colombiana en caso de ratificar su victoria en la segunda vuelta del 17 de junio.
En esa fecha se realizará la quinta definición presidencial en Colombia en segundo round, pues esa misma historia se registró en 1994 entre Samper y Pastrana, en 1998 cuando se midieron Pastrana y Serpa, la del 2010 entre Santos y Mockus y hace cuatro años Santos venció a Zuluaga.
Ahora vendrán tres semanas de intensos agites y negociaciones para conformar alianzas y coaliciones alrededor de los dos finalistas, pero Iván Duque con su ventaja de más de 2.5 millones de votos y con nuevos refuerzos que le llegarán de otras fuerzas políticas y sociales, parte como amplio favorito, pero sin confiarse, sobre Gustavo Petro, quien de todas formas con su votación de este domingo y con la que alcance a sumar para junio, es un toque de alarma y manda un claro mensaje a la dirigencia tradicional colombiana, que debe enderezar la crítica situación social de muchos colombianos, pues su pobreza e indignación son un caldo de cultivo para las propuestas de la izquierda que siguen ganando terreno, poco a poco, en la vida política colombiana.
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