El caso de Carlos Pesebre

Autor: Henry Horacio Chaves
20 octubre de 2017 - 12:09 AM

No deja de causar suspicacia la absolución de un delincuente de la talla de Pesebre

Es cierto que una es la verdad procesal y otra la que se conoce en los medios y en las calles, pero cada tanto la rama judicial provoca un cierto desaliento con las informaciones que se derivan de sus actuaciones porque parecen alejadas del mundo real e incluso del sentido común. El ejemplo de la semana es el caso de Freyner Alfonso Ramírez García, más conocido como “Carlos Pesebre”, beneficiado con una sentencia del Tribunal Superior de Medellín, cuya sala penal le revocó la condena de 36 años de prisión por el homicidio de su lugarteniente Mauricio Alberto Velásquez Valencia, alias Meca.

De Carlos Pesebre nadie duda que es un delincuente de talla mayor, o “de alto valor” como dicen las autoridades. Pero no es una certeza derivada solo de las versiones callejeras que se han tejido sobre él en las últimas dos décadas, sino que él mismo aceptó que era el jefe de la denominada “Odín Robledo”, una de las más peligrosas estructuras del crimen organizado en Medellín.  Por eso, entre los analistas y entre la población, hay un fundado temor en que si queda libre se recrudezca la violencia en el Valle de Aburrá por cuenta de un incremento en las confrontaciones por el control de territorios, como ya ocurrió cuando se sintió con derecho a ocupar el lugar de alias Sebastián en la estructura criminal de la región.

Lea también: http://www.elmundo.com/noticia/La-gente-de-bien/357253

Aunque la magistrada Maritza Ortiz salvó su votó, la sala penal del Tribunal acogió la ponencia de su colega Miguel Humberto Jaime quien le dio peso a las contradicciones e incoherencias de un testigo clave en el caso, con lo cual se revocó su condena y se absolvió a Pesebre. Su libertad depende de que no tenga otros procesos abiertos o que exista la orden de un juez para mantenerlo recluido por otro delito. En las películas dirían que fue un tecnicismo lo que aprovechó la defensa para pedir su libertad, en la calle sabemos que de lo que se benefician es de las debilidades del aparato judicial.

Aunque en distintas épocas Carlos Pesebre ha sido imputado por varios delitos, e incluso ha sido señalado como responsable de muchos asesinatos, los expedientes fueron archivados o precluidos. Así había sido hasta que se logró su captura en 2013, en medio de un espectacular operativo de la fuerza pública en el suroeste. Entonces, aceptó el cargo de concierto para delinquir y fue condenado a 9 años de prisión, pena en la que ya puede recibir el beneficio de excarcelación por buen comportamiento, no obstante  “oficina” que seguían delinquiendo desde la cárcel. De hecho, por eso se reversó un beneficio de detención domiciliaria que un juez de Valledupar le había concedido en diciembre de 2014.

La decisión del Tribunal Superior motivó la reacción del alcalde de Medellín quien advirtió del riesgo de “volver a tener a estos grandes criminales en la calle” y por eso le pidió al Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, que analice el caso de manera detallada. A su voz, se sumaron varios analistas quienes consideran que se trata de un hombre acostumbrado a imponer su voluntad a sangre y fuego, lo que además de enemigos intestinos en el crimen, le ha ocasionado estar incluido en la lista Clinton y en varios expedientes internacionales.

En un país en el que la justicia está cada vez más cuestionada, cuando se habla de venta de fallos y procesos escondidos a cambio de dinero, de testigos falsos o convenientemente incoherentes, no deja de causar suspicacia la absolución de un delincuente de la talla de Pesebre, de quien desde hace muchos años se dijo que había pagado más de 25 millones de pesos para que le borraran los antecedentes judiciales y quien en otra ocasión hizo correr el rumor de su muerte para que lo dejaran de perseguir. Ese es el personaje que se beneficiará del fallo del alto tribunal que tanto preocupa en las esquinas.

Además:http://www.elmundo.com/noticia/Indolencia-ciudadana/352968

Pero más allá de las suspicacias, lo que queda en claro una vez más es la debilidad del sistema para recoger pruebas que superen el testimonio de los propios delincuentes. No la tienen fácil los jueces para impartir justicia si además de las amenazas tienen que lidiar con la debilidad de los procesos de policía judicial, la insuficiente planta de investigadores, la carencia de recursos técnicos especializados y los vacíos legales.

Por ahora, si las autoridades no encuentran méritos en otro expediente, lo más probable es que en las próximas horas Carlos Pesebre esté libre. Lo que es más seguro en todo caso es que desde la cárcel o desde la calle seguirá delinquiendo e infundiendo temor en nuestros barrios.

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