A la misma que Sergio cumplía con otra exigente jornada de entrenamiento en las canchas de la Liga Antioqueña de Tenis, Roger Federer se clasificaba a la final de Wimbledon en busca de su octavo título en La Catedral.
Cerca de esa legendario cancha central del All England Club el joven tenista antioqueño Sergio Hernández tuvo su primer contacto con el césped en su participación en Wimbledon junior, una experiencia que aunque fue corta resulta definitiva  para Checho al igual que su participación previa en el Roland Garros juvenil quien está a la víspera de finalizar su etapa como juvenil y en algunos meses más comenzará su dura batalla para llegar a la categoría profesional.

“Aunque los resultados no fueron tan satisfactorios, la experiencia de estar allá es grandiosa. Para mí fue imposible jugar en césped. Pero ir a Wimbledon, estar ahí, es algo clave para las aspiraciones de uno. Espero ya volver pero como profesional”, afirma Sergio, quien dimensionó la importancia de que el país tenga representación en los Grand Slam juveniles, algo que a veces como se dice “pasa de agache”. “Allá llegan los mejores 60 tenistas juveniles, 60 de miles que juegan al tenis en todo el mundo. Ahora, imagínese lo difícil que es figurar en el profesionalismo que junta a todas las categorías y que con el nuevo formato de la ATP que sólo permitirá un escalafón de 750 tenistas profesionales será muy llegar hasta ese escalón. Por eso hay que decirle a la gente que a veces critica que el hecho de que los colombianos lleguen al top 100 es algo muy meritorio más allá de los problemas que surgen. La gente tiene que darse cuenta de lo que significa llegar a la élite”, expone Checho, en referencia a lo que han sido las actuaciones de referentes del tenis nacional como Santiago Giraldo, Alejandro Falla, Alejandro González y actualmente Juan Sebastián Cabal y Robert Farah como dupla.

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Ahora con el objetivo de meterse al final del año  mínimo entre los mejores 600 del ranking ATP Sergio debe dar un salto de calidad en sus entrenamientos. “Ya existe la necesidad de entrenar por fuera de Medellín porque casi ningún tenista profesional entrena en la altura, y esa es una razón fundamental por la cual nos cuesta tanto competir en lugares a nivel del mar”, en ese requisito para seguir preparándose es fundamental el apoyo de su patrocinador, un aliado fundamental para su carrera y lastimosamente es una excepción entre la constante apatía de la empresa privada para apoyar a los jóvenes tenistas del país. “Celsia ha sido clave, pues llegó en un momento en el que debía empezar a competir en el exterior, y gracias a su apoyo he podido estar en Europa y desarrollar un buen calendario de competencias”, reconoce Sergio, quien estima los gastos de los entrenamientos que requiere hacer en el exterior y su programa de competencias en unos 200 millones de pesos anuales, bajita la mano, cifra que asume en su totalidad el patrocinador.

El patrocinio le llegó a Hernández hace dos años, cuanjdo llevaba casi nueve años en ese proyecto familiar de intentar una carrera en el tenis. Casi una década en la que fueron sus papás el sustento de ese difícil sueño, tanto en lo económico como en lo emocional. “el tenis es un deporte hermoso y se disfruta, pero muy frustrante”, dice el joven tenista, quien recuerda los ingentes esfuerzos de sus papás que le permitieron viajar y tener un buen entrenamiento y también han estado ahí cuando las cosas no resultan como se espera.

Hace pocos días mientras aún estaba en Londres recibió la tarjeta de invitación para participar en el Claro Open Medellín, que finaliza este domingo en el Club Campestre. Allí, Sergio se convirtió en el colombiano más joven en superar la primera ronda en las doce ediciones del torneo y se adjudicó unos puntos ATP que granito a granito lo van ayudando en sus aspiraciones rumbo al profesionalismo.
Superada su etapa juvenil, a Checho  le espera  un camino arduo para escalar posiciones en el ranking ATP y espera seguir acercándose al equipo colombiano de Copa Davis, y claro, volver a la mágica atmósfera de los Grand Slam convertido en todo un profesional. “Uno tiene sus sueños, pero también soy consciente en el deporte en el que estoy y trato de tener los pies en la tierra. Pero en dos años sí espero hacer los méritos para estar en el top 100, que sería muy grande”, concluye Sergio.