La historia de La cumparsita está acompañada de matices, este sería el punto de partida, la presencia del Carnaval de Montevideo
Bandoneón, vamos a ser testigos de lo que pasó en este café el 19 de abril de 1917. (1)
Me refiero a “…la confitería La Giralda, en la plaza Independencia, donde hoy está el Palacio Salvo. Dos humildes placas sobre 18 de Julio esquina Andes son prácticamente los úniocs testimonios de que allí se registró un momento histórico de la música del Río de la Plata”. (2)
Ese día un joven menor de edad, se bajó del tranvía y escuchó el sonido de unas notas conocidas que lo llenaron de miedo, aunque él era el compositor, y pensó para sí, “de pronto no va a gustar”, llegó hasta el café, entró por la puerta trasera y se sentó en la mesa que ocupaban unos amigos.
Uno de ellos le dijo, “¿Ya escuchaste el nuevo tango de Firpo?”, él no respondió. El público pidió bis invadiendo el recinto con las cuatro primeras notas que le imprimieron ese carácter especial a La cumparsita. En medio del entusiasmo fue presentado el joven que minutos antes desconfiaba de la acogida de su primera creación, Gerardo Hernán Matos Rodríguez.
Fue el pianista y director Roberto Firpo con un quinteto integrado por Agesilao Ferrasano y Cayetano Puglisi en los violines, Juan Bautista Deajmbrogio en bandoneón y Alejandro Micheti en flauta, quien estrenó la pieza que en ese momento despertó tanto entusiasmo.
Pienso que la historia de La cumparsita está acompañada de matices, el que voy a referir sería el punto de partida, la presencia del Carnaval de Montevideo, y bien es cierto que los integrantes de La Federación de estudiantes de la Universidad de la República buscaban componer una marcha para salir en las fiestas, pasar la gorra y conseguir dinero para pagar el local.
De las veladas de la Federación salían pequeños grupos de muchachos a comprar en una Vaquería cercana, el negocio era atendido por un joven italiano que mezclaba su idioma con el español, jerga llamada cocoliche. Entonces, los veía llegar y decía “¡Attenti…¡Alla Madonna!...Eccole qua la ‘cumparsa de estudiantes’”, porque no le salía decir comparsa. Fue Intrioni, compañero de estas lides quien dio la idea de llamar el tango así y como las comparsas eran numerosas y el grupo de ese momento, estaba conformado por pocos, derivó en cumparsita. (3)
En el café La Giralda fue fundado el museo en homenaje a La Cumparsita, aquí rememorada junto a la estatua de Matos.
Retomando la presencia del Carnaval de Montevideo, es necesario resaltar la combinación de Europa y África en tal manifestación cultural, lo europeo está marcado por la influencia de los conquistadores, que trajeron, en su cultura, costumbres venidas del cristianismo y de las fiestas paganas que permiten esa desmesura dionisiaca del carnaval que se celebra antes de la cuaresma cristiana.
La presencia africana está dada por el hecho histórico del desembarco en Montevideo a mediados del S. XVIII de más de 20 pueblos africanos destinados a la esclavitud. Una manera de sobrevivir a semejante atropello fue su música, pues bien, ellos acomodaron el candombe de origen africano a su modo de vida y dice el investigador Asdrúbal Valencia que hoy es el ritmo tradicional de la cultura afro-uruguaya.
El candombe que se toca todo el año en los barrios Sur y Palermo, durante el carnaval se hace presente con las Llamadas y sus tambores (cuerdas) chico, repique y piano que le dan una fisonomía propia al carnaval más largo del mundo.
Es preciso ocuparme de otro capítulo del proceso de creación, la sobrina nieta de Matos, Rosario Infantozzi, cuenta que su tío pasó por un estado de delirio acompañado por el temor a la muerte, fueron esos los instantes en que llegaron a su mente las notas de La cumparsita, y cuando volvió al estado de vigilia, pidió a su hermana Ofelia, que copiara la música que le había llegado en la noche. Así fue, ella en una escritura musical simple, plasmó el dictado de su hermano, para salvarlo del olvido, más adelante la partitura fue “adecentada,” hasta llegar al atril de Roberto Firpo, como lo narraría el autor más tarde.
Esto me permite hacer un paralelo en el proceso de creación, Samuel Taylor Coleridge, -S.XVIII-cuenta que por una enfermedad tuvo que tomar un hipnótico que lo sumió en un sueño profundo, cuando despertó recordó haber recibido trescientos versos sobre el palacio de Kublai Kan, emperador mongol del siglo XIII. Tiempo después se supo que Kublai kan, erigió un palacio, según el plano que había soñado.
Para despedirnos invito las palabras de Alberto Magnone en su libro La cumparsita. El tango Universal: “Debe haber sido estremecedor el momento en que fuerzas cósmicas insuflaron en la mente febril de Matos Rodríguez esas cuatro notas iniciales de La Cumparsita, que aparecen, a la manera del famoso ejemplo de la 5ª Sinfonía de Beethoven, como los golpes del destino llamando a la puerta. Nadie permanece indiferente ante esa clarinada inicial: No importa en qué esté ocupado el pensamiento, nos atrapa de manera hipnótica.”
(1) La Giralda, confitería de día y café en la noche.
(2) Alberto Magnone. La cumparsita . El tango Universal
(3) Rosario Infantozzi. De Matos Rodríguez. La cumparsita