En este momento debemos todos unirnos en dos propósitos fundamentales: 1. Salvar a Hidroituango y 2. Defender a EPM
El retraso de la entrada en operación de Hidroituango por causa de accidente de obra del pasado mes de abril, además de las cuantiosas pérdidas económicas para la empresa Hidroituango, significa un grave riesgo para el Municipio de Medellín, por razón de la inminente reducción de las transferencias que recibe de EPM, recursos que el primero dedica a la inversión social en nuestra ciudad. Para debatir este importante asunto, la semana pasada el Sindicato de los Trabajadores Profesionales de EPM-Sinpro convocó un foro, donde intervinieron como panelistas representantes del Concejo de Medellín, de la Academia y de Sinpro, con una amplia participación de los asistentes.
Como una introducción al foro, el ingeniero y exdirectivo de EPM Luis Fernando Múnera destacó, en primer lugar, la importancia del debate que se está dando en la ciudad en torno a las transferencias, ya que no sólo se trata del riesgo que corre la inversión social en la ciudad, sino la misma seguridad de EPM. A renglón seguido, hizo un recuento histórico del comportamiento de los incrementos de las transferencias a partir de 1988 hasta llegar a los niveles actuales del 55% de las utilidades de la empresa; finalmente se preguntó si es necesario plantear la posibilidad de reducir este nivel de participación.
A continuación la ingeniera Olga Lucía Arango, Presidenta de Sinpro, resumió la posición de los profesionales de EPM en los siguientes términos:
1. Una empresa de naturaleza pública, como lo es EPM, debe responder a claras prioridades: prestación de servicios de calidad, cobertura y rentabilidad de la empresa.
2. Las transferencias deben hacerse exclusivamente para inversión social y generación de bienestar y progreso, pero sin poner en riesgo la sostenibilidad de la empresa.
Es que el asunto no es de poca monta. El 22% de los ingresos del Municipio de Medellín lo conforman las transferencias de EPM, de las cuales dependen programas tales como Buen Comienzo para la asistencia a la población infantil más vulnerable, los restaurantes escolares, la educación básica, el apoyo a la educación superior, así como la mitad del presupuesto dedicado a la protección de los ecosistemas, a todo lo cual se suma el proyecto de Innovación denominado Ruta N. Sin embargo, a pesar de la alta inversión social, según un informe de “Medellín como Vamos”, la ciudad sigue siendo una de las dos ciudades capitales colombianas con mayor inequidad social.
EPM tiene obligaciones con sus acreedores exigibles a corto plazo, a las que se suman el costo de atender la contingencia de Hidroituango y las transferencias al Municipio de Medellín, incluidas en el Plan de Desarrollo Municipal 2019. Para atender estos pagos se consideran dos alternativas: 1). Vender su participación accionaria en ISA y 2). Vender activos en Aguas de Antofagasta (Chile), en Guatemala y en UNE. De estos activos, ISA, por su rentabilidad, es el más atractivo para un potencial comprador, aunque se argumenta que con esta venta EPM perdería una posición estratégica, un activo intangible, como lo es el acceso a información privilegiada sobre la transmisión de energía en el Sistema Interconectado Nacional; quienes así argumentan olvidan que los intangibles ya están incluidos en la valoración de las acciones. Los otros activos referidos en 2), por su baja rentabilidad no son fáciles de liquidar en el corto plazo. En estas condiciones, la primera opción para lograr la liquidez, que de manera inmediata requiere EPM, es vender su participación en ISA.
Pero hay que ir más adelante, como lo plantearon los panelistas en el Foro de Sinpro. En primer lugar el Municipio de Medellín hoy por hoy es un ente “epmdependiente”, lo que podría haberlo llevado a lo que se llama pereza fiscal. De otra manera no se explica, por ejemplo, como la Empresa de Desarrollo Urbano-EDU no esté percibiendo la plusvalía generada por la valorización de los inmuebles inducida por el Metro y el Tranvía de Ayacucho (esto es algo que el Departamento Jurídico del Municipio de Medellín debe investigar, para ver si todavía es exigible); el Túnel del Toyo es otro caso donde la inversión del Municipio de Medellín está valorizando propiedades de terceros, sin ninguna compensación. El EDU debería ser una empresa que genere utilidades con desarrollos inmobiliarios propios; por otro aspecto, empresas municipales, tales como las terminales de transporte y Plaza Mayor, deberán ser restructuradas para mejorar su rentabilidad y no descargar toda la responsabilidad de las transferencias en EPM. Tal como me lo agrega el ingeniero Francisco Gómez, exdirector de Valorización de Medellín, otra fuente de ingresos para la ciudad sería gravar la plusvalía de los terrenos generada por los cambios en el uso del suelo.
P.S. Aunque esté columnista ha cuestionado a EPM por la imprevisión en el programa de aceleración de la construcción de Hidroituango, causa directa de la actual crisis, su compromiso profesional lo obliga a reconocer el buen manejo del plan de contingencia adelantado por la empresa, para atender la emergencia causada por el accidente del pasado abril y las acciones para evitar el colapso de la presa. En este momento debemos todos unirnos en dos propósitos fundamentales: 1. Salvar a Hidroituango y 2. Defender a EPM.