La vida del campesino “siempre ha sido dura, pero han cambiado las épocas y cada vez hay más incertidumbre. Se necesita que se le apueste al desarrollo del campo”, comentó Nicolás Gallego, caficultor de Salgar, quien hace más de 60 años se dedica al agro.
Alonso Suárez, alcalde de Betulia, indicó que “el desarrollo agroindustrial de esta región no es el adecuado, y sería menor sino fuera por el Comité Departamental de Cafeteros que nos cofinancia algunos proyectos; en su momento invirtió en infraestructura vial, educativa, pero no ha sido suficiente”.
En la misma línea, Herbert Holguín, alcalde de Urrao, señaló que “lo que nosotros sacamos es la materia prima, el gran reto es darle valor agregado a los productos con el procesamiento, con miras a la exportación. Eso se vería reflejado en la calidad de vida”.
Suárez añadió que “las Umatas locales (Unidades Municipales de Asistencia Técnica) son dependencias que sólo brindan asesorías porque el presupuesto de estos municipios es escaso para hacer proyectos de impacto; un proyecto de impacto no sólo brinda acompañamiento, sino que invierte capital”.
En 2016, la Gobernación de Antioquia creó la Empresa Agroindustrial de Antioquia con el propósito de “dignificar la actividad de los productores y sus familias”, según señaló en su momento el gobernador Luis Pérez, quien añadió: “Esta será la oportunidad de apoyar una revolución rural donde los campesinos logren su formalización laboral y el acceso a la seguridad social, subsidio familiar de vivienda rural y programas de habitabilidad, formalización y regularización de los derechos de propiedad y acceso a la tierra”.
Rodolfo Correa, secretario de Productividad y Competitividad de la Gobernación de Antioquia, apuntó que buscan “asociar a pequeños y medianos cafeteros a través de cooperativas, la meta es tener unos centros de producción compartidas para que puedan usar conjuntamente una misma tecnología. Además, crear una red de comercialización para que los campesinos no sigan haciéndolo aisladamente, sino que acopien  y negocien con proveedores y compradores; de tal manera que se termine la  intermediación”.
El alcalde de Betulia destacó que haya iniciativas en pro del agro, aunque añadió que aún no son suficientes, en cuanto hay muchos problemas por resolver, como los precios de los insumos, el procesamiento y acceso a tecnología agraria, la educación y condiciones dignas para garantizar el relevo generacional.
Suárez precisó que, en el caso del café, producto insignia de la región, venden el café verde, café pergamino seco, y las empresas lo procesan para exportarlo: “Nosotros no tenemos el valor agregado suficiente, necesitamos apoyo del Gobierno Nacional en compañía de los gremios”.
  Hay otros productos diferentes al café que son cultivados en el Suroeste y también necesitan inversión para que sean rentables. Holguín señaló que en Urrao, el municipio más grande de la región, cultivan “maracuyá, gulupa, el producto que se está mostrando en el municipio, somos uno de los primeros productores de aguacate hass, éramos de los primeros productores de fríjol cargamanto, pero la gente dejó de sembrar mucho por los precios, lo mismo que el tomate de aliño. No tenemos canales de comercialización estables  y esa es nuestra gran lucha”.   
Juan Carlos Rendón, subsecretario de Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Jardín, señaló que en este municipio hay tecnificación principalmente en el área de las piscícolas y frutales: “Tenemos cultivo de lulo, gulupa, aguacate hass. Hay varias empresas asociadas para el procesamiento y comercialización. También hay piscícolas tecnificadas de truchas. En cuando a la parte pecuaria ha disminuido, no hay tecnificación, aunque se han hecho proyectos silvopastoriles”.  
Nicolás Gallego concluyó que “si no se invierte en el desarrollo del campo, la situación del país no va a mejorar”.