El Museo Universitario presentó sus nuevas Exposiciones temporales. Una metáfora con el anhelo de acercarnos al cielo, la magia que se esconde al fusionar materiales naturales y elaborados y los retratos de la transmisión de herencias intergeneracionales son algunas de ellas.
Esculpir una obra, retratarla cuando se trata de una fotografía, armarla cuando su proceso inicia en el modelado, pintarla una vez sus componentes ya son uno solo o simplemente recrearla imaginativamente al momento mismo de su concepción, esos son procesos que cada autor vive de una forma diferente, de acuerdo a su arte y a su visión artística.
Superados los procesos estéticos, toda muestra toma el calificativo de estar lista para disponerla, luego, al deleite del público. Según Guillermo Adarve después del tiempo creativo, se genera en todos los artistas plásticos una duda, cómo disponer los elementos en la sala para que el espectador entienda e interiorice el concepto.
Eso fue algo que discutieron los autores de las nuevas Exposiciones temporales en el tradicional Conversatorio Arte y proceso que hace el Muua (Museo Universitario de la Universidad de Antioquia). Las muestras son de tipo temáticas y en palabras de Mauricio Hincapié Acosta, curador de ese lugar, tienen como objetivo integrar los elementos expositivos de manera que los visitantes conozcan diversos temas específicos, de acuerdo al sentido de cada muestra, de una manera interdisciplinar.
Estación espacial, de la serie Así en la tierra como en el cielo, de Guillermo Adarve.
Una de las nuevas muestras es Césped prohibido, de Adriana del Pilar Torres Cortes, quien a partir de un centro circular sintético y la instalación de unos materiales naturales (carbón, tierra, ladera, arena) y elaborados, (cemento, basuras, residuos industriales) creó todas las piezas de la misma.
Según la artista, en la muestra dichos materiales son desplazados como testimonio de sus vaivenes, entre el centro urbano, el campo y las zonas rurales de la región de Antioquia.
También hace parte de la exhibición una pintura de un paisaje sobre tres bastidores, uno de ellos apoyado contra una estructura sobre la cual se instala un pedazo de césped natural.
A Césped prohibido, Adriana del Pilar lo denomina “laboratorio de un proceso orgánico”.
Le sigue la serie fotográfica Barroco tropical: herencias generacionales, de la artista visual Liliana Correa Rodríguez, que yace en el hall del segundo piso del Museo Universitario, compuesta por más de cuarenta retratos de familias que han heredado un oficio de generación en generación.
Tras una investigación desarrollada entre Colombia y México, las fotografías indagan sobre las herencias que se transmiten de manera intergeneracional y que continúan vivas en Latinoamérica, oficios únicos y exclusivos en ciertas regiones.
En la foto, integrantes de la familia Londoño Londoño, silleteros de la vereda Barro Blanco (Santa Elena), herederos de la tradición ancestral antioqueña. Pieza de la serie fotográfica digital Barroco tropical: herencias generacionales, de Liliana Correa Rodríguez.
Para Juan David Quintero Arbeláez , curador, se trata de un “sentido homenaje a la familia, una propuesta artística de carácter colaborativo y participativo, a la cual se han vinculado muchas personas de diferentes formas, no solo con la imagen de sus retratos, sino, escritores que analizan desde diversas disciplinas de las ciencias sociales las tradiciones que señala el proyecto”.
Una familia silletera, una familia que conduce camiones de escalera, una familia panadera, una familia carnicera, una familia de tejedores y otra artesana del fique.
Asimismo, está Así en la tierra como en el cielo, del artista Guillermo Adarve, ubicada en el hall del cuarto piso del Muua, es una exposición que explora el anhelo eterno de llegar al cielo de los humanos.
“Observar el cielo nocturno y en especial sus estrellas, se convierte en un ejercicio de contemplación sin darnos cuenta que el espacio es nuestro origen y nuestro final, espacio que no debe ser solamente mirado sino también sentido”, expresó el artista.
Cada una de las piezas la conforma material orgánico “haciendo esa poesía que entraña la observación del universo y la capacidad que todos tenemos de sentirlo, así sea por un instante no más”, en palabras del autor.
Las piezas Leyenda, Doña Rosario Rojo y Hoy es un día normal de la serie de collage digital Realidad imaginada, de Jaime Arango.
Para finalizar, el curador Hincapié Acosta destacó la investigación personal de cada uno de los expositores, que da muestra, según comentó, de una interdisciplinariedad de saberes y de la aplicación de nuevas técnicas, en los frutos artísticos exhibidos.
Las nuevas Exposiciones temporales estarán en el Muua hasta el próximo miércoles 25 de septiembre. El horario del Museo es de lunes a jueves de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. y los viernes de 8:00 a.m. a 4:00 p.m.
Lo primero a conocer es que el Muua tiene unas muestras permanentes, en el segundo piso está la colección de Antropología en la Sala Graciliano Arcila Vélez, un recorrido por el pasado y la herencia de los pueblos prehispánicos a partir de un guion dividido en las regiones colombianas: Caribe, Pacífica, Orinoquia, Amazonia y Andina.
Mientras que, la otra muestra permanente es de ciencias naturales, en la Sala Francisco A. Uribe Mejía, integrada por ocho dioramas científicos y que yace en el tercer piso del Museo universitario.
No obstante, a sus alrededores, en los pasillos, se exhiben las Exposiciones temporales recién estrenadas.