Peter Drucker en las postrimerías del siglo XX frente a los cambios generados por la rápida evolución de las nuevas tecnologías de la información de la comunicación y el crecimiento exponencial de la producción y socialización del conocimiento propuso un nuevo estadio denominado la sociedad Post Industrial o sociedad del conocimiento, marco en el cual el talento humano pasa a ser el eje de la gestión organizacional, entrando a ser valoradas sus capacidades y competencias como capital humano y rompiendo el paradigma de la escuela tayloriana del “hombre como apéndice de la máquina”.

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Pero, también desde la teoría del desarrollo de los factores productivos surge la Teoría del desarrollo endógeno (años 80 del siglo XX), la cual se soporta en la educación y el desarrollo del capital humano. Benjamín García Páez (2000) en su artículo titulado Educación, capital humano y crecimiento, define la educación como “el medio por el cual una nación es capaz de apropiarse o compartir los beneficios provenientes de los avances tecnológicos en el ámbito mundial”; a su vez, sobre el crecimiento plantea que “una fuerza de trabajo altamente calificada resulta absolutamente necesaria para lograr un crecimiento económico sostenido y un desarrollo humano pleno.”

Sobre el capital humano dice el mismo autor, “la creación de capital humano se define como el mejoramiento en la calidad de la mano de obra como resultado de un mayor nivel educativo, capacitación, mejor atención médica, interacción con otros trabajadores que han acumulado experiencia, y de otros factores que factores que coadyuvan a elevar la productividad del trabajo, sin añadir, necesariamente, más capital físico a la producción”.

Ante ese escenario de la necesidad de impactar en el crecimiento económico y mejorar la productividad del país, el gobierno de Duque da respuesta a través de la transformación de Colciencias en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, decisión que se debió haberse tomado hace mucho tiempo, pero afortunadamente nunca es tarde, pero en relación con la postura de los de la Teoría del Desarrollo Endógeno, el crecimiento se da gracias a la simbiosis entre el capital humano y el capital físico, teniendo el uso de  la tecnología como una amalgama entre ellas.

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La duda surge sobre la capacidad institucional, política y administrativa para crear una verdadera sinergia entre tres ministerios directamente ligados, Hacienda (el tema es de recursos económicos), Educación (formación de investigadores desde los primeros niveles de la educación primaria) y obviamente el nuevo Ministerio que dé razón de la política de ciencia y tecnología del país, con una orientación clara hacia la investigación aplicada como eje del desarrollo y qué realmente coadyuve a resolver los problemas del país en todas sus esferas.