Los competidores podrán hacerse una buena idea de las dificultades que les esperan en las dos próximas semanas con la primera etapa, que tendrá 31 kilómetros cronometrados cerca de la ciudad peruana de Pisco.
El Rally Dakar inicia este sábado su cuadragésima edición, la décima en Sudamérica y a priori una de las más duras de los últimos años por su dificultad, con cinco días de dunas en Perú, otros cinco a más de 3.000 metros de altitud en Bolivia y cinco más en el calor de Argentina y su complicada orografía.
Serán tres partes muy distintas cuyas condiciones extremas pondrán a prueba hasta el límite la resistencia de los 525 participantes inscritos para competir a lo largo de cerca de 9.000 kilómetros, más de la mitad de ellos cronometrados.
Del podio de partida saldrán 337 vehículos, entre ellos 140 motos, 105 coches, unos 50 quads, 42 camiones y 14 vehículos utilitarios todoterreno (UTV), la reciente categoría creada en el rally, a mitad de camino entre los quads y los coches.
Ni bien dejen atrás el podio de salida instalado en Lima, se adentrarán en el mar de pronunciadas dunas que se extienden por la costa peruana que baña el océano Pacífico, cuya arena fina será toda una pesadilla para los corredores por el riesgo de quedarse varados.
Después subirán al altiplano boliviano, donde el frío y la altura, con tramos de hasta 4.800 metros sobre el nivel del mar, seguirán desafiando la capacidad de los pilotos y de sus máquinas, pues habrá una etapa maratón para todos los corredores, sin asistencia de ningún tipo, tras el día de descanso previsto en La Paz.
La prueba de fuego llegará en Argentina, con la famosa etapa de Súper Fiambalá, uno de los escenarios ya míticos del Dakar desde que llegó a Sudamérica, donde habrá otra etapa maratón solo para motos y quads.
Allí el calor, las pistas rápidas, la arena y los numerosos ríos y barrancos a sortear en su retorcida orografía decidirán quién se sube a lo más alto del podio en Córdoba (Argentina), donde estará la meta.
En coches, los grandes favoritos son nuevamente los cuatro pilotos de la marca francesa Peugeot, que este año correrá su último Dakar y quiere despedirse por lo alto con su tercer título consecutivo y un pleno en el podio como el logrado el año pasado.
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Para ello dispondrá de su autodenominado dream team, compuesto los franceses Stéphane Peterhansel, ganador en los dos últimos años y acreedor de trece triunfos, seis de ellos en motos y siete en coches; Sébastien Loeb, nueve veces campeón del mundo de rallys; Cyril Despres, cinco veces ganador del Dakar en motos, y el español Carlos Sainz, una vez ganador del Dakar y dos del mundial de rallys.
Las motos se anticipa como una categoría más abierta, de pronóstico reservado, pues si bien parten como favoritos el británico Sam Sunderland, vigente campeón, y el australiano Toby Price, ganador en 2016, hay un amplio ramillete de pilotos al acecho de hacerse un nombre en rally.
En ese grupo está el austríaco Matthias Walkner, apodado el Nuevo Coma, pero también el español Joan Barreda, recuperado a tiempo de una lesión, el argentino Franco Caimi y el chileno Pablo Quintanilla, entre otros.
Todos los corredores, ya sea de coches, motos o de otras categorías, coinciden en destacar la particular dureza de esta edición del Dakar, sin un momento para relajarse, pues la posibilidad de cometer un error fatal está presente en todo el recorrido.
Colombia tendrá cinco representantes en el Rally: Santiago Bernal (KTM) y John Trejos (Husqvarna), en motos; Cristian Cajicá (Can Am), en cuatrimotos; y en automóviles a Mauricio Salazar Velásquez y Mauricio Salazar Sierra.