La acción de la octava edición del Festival de Tenis de Mesa concluirá este martes, en el coliseo menor Rodrigo Pérez Castro.
La delegación de El Carmen de Viboral sobresale por su amabilidad y señorío en el Festival de Tenis de Mesa. Dirigidos por el entrenador Juan Camilo Soto, los quince deportistas del municipio del Oriente antioqueño demuestran valores y juego limpio en el torneo.
“Nuestro proyecto tiene como punto de partida la formación de seres humanos íntegros, por encima de la formación deportivista que solamente busca conseguir una medalla. Detrás de la persona debe haber un ser humano que le aporte a el mundo, al país, podría decir que somos una delegación que de alguna manera sobresale en el Festival por su unión, por el cariño y el respeto que demuestra cada uno de sus representantes. A través de esto conectamos un vínculo con lo deportivo, que también es nuestra finalidad”, argumentó Soto.
El estratega se siente satisfecho por el desempeño de sus pupilos a lo largo del Festival: “En los sorteos no hemos sido muy favorecidos, nos ha tocado los rivales más complicados en las rondas previas, sin embargo hemos clasificado en la mayoría de las modalidades a las finales, acomodándonos entre los cinco, cuatro mejores, arañando bronce. Torneo muy equilibrado, medallería repartida, no tan centralizado como en otras ocasiones, por ese lado contento, porque los niños son buenos competidores”, agregó.
Juan Miguel Jiménez Aguirre y Emanuel Pereira forman parte del equipo de dobles masculino de El Carmen en el torneo. Ambos coinciden en afirmar que forman un equipo “siempre unido y dispuesto a apoyar al otro”.
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“Llevamos aproximadamente dos años jugando juntos en dobles, la experiencia ha sido muy positiva porque nos entendemos y nos ayudamos siempre para lograr ganar los partidos”, aseguró Emmanuel, quien no pudo acudir este lunes a su primer día de clases “porque el deporte es muy importante. Ya me pondré al día cuando regrese a clases”, agregó el espigado deportista.
Juan Miguel hoy se destaca en la mesa junto con su compañero. Pero no fue fácil para él, ya que al comienzo no le gustaba mucho este deporte: “Un tío mío es entrenador y me insistió para que practicara el tenis de mesa. Al principio no quería pero cuando aprendí bien comenzó a apasionarme y hoy ya estoy compitiendo por segunda ocasión en el Festival”, dijo el joven tenismesista.
La aspiración de ambos es llegar hasta la selección Colombia de la disciplina. Por ahora, sienten que están realizando el debido proceso formativo.